Dicen los entendidos y los nostálgicos que Clemente Iriarte tenía un don. Que dominaba el centro del campo como nadie, que de sus botas partía la magia y que esa magia se transformaba en goles gracias a que sus balones aterrizaban sobre un tridente ofensivo como pocos se ha visto en Osasuna. Enrique Martín Monreal, Patxi Iriguíbel y José Manuel Echeverría esperaban ávidos las asistencias del habilidoso medio centro navarro. El equipo era un engranaje. Todo funcionaba.

Elegancia, carácter, calidad o precisión con el exterior son cualidades que acompañan a Iriarte y que recuerdan, con un resquicio de emoción, aquellos que compartieron con él vestuario y campo.

Martín Monreal, uno de sus compañeros sobre el césped, tiene grabada en su retina su generosidad. “Era un tipo que siempre trataba de ayudar. De poner su experiencia al servicio de los más jóvenes, de quienes aterrizábamos en el fútbol profesional”. El exjugador y exentrenador del conjunto rojillo calificaba de “mucha pena” el fallecimiento de Clemente Iriarte. “Hace no mucho estuve con él. Ha sido una pérdida muy grande”, aseguraba.

“Yo llegué a Osasuna un año más tarde que Iriarte. Fue un hallazgo muy importante para el equipo. Tenía muchas habilidades”, rememora Martín Monreal. “Robaba balones con mucha facilidad. Hubo una conexión muy importante para mi juego, para su juego y para el del equipo”, recuerda el exrojillo, quien no ha vislumbrado jugador similar en su vida. “De vez en cuando uno ve a Modric, por decir algún jugador actual de la elite, cuando toca con el exterior. Con todo el respeto del mundo, pero no habrá un futbolista como Clemente Iriarte en la historia que haya jugado con el exterior de esa manera. Era impresionante, es algo que se me ha quedado grabado. Es una cosa que no he visto ni como jugador ni como entrenador”, constataba.

Por encima de su faceta deportiva, el extécnico de Osasuna resaltaba la humana. “Sin aspavientos de ningún tipo, estaba liderando a un montón de gente que aterrizábamos en el primer equipo. Era un ejemplo de compañero, para nosotros era una referencia en todos los aspectos. Esa actitud, esa disposición... Era un líder y lo demostraba partido tras partido”.

Uno de los componentes de aquel tridente de ensueño que más emocionado se mostraba ayer tras conocerse la trágica noticia fue Patxi Iriguíbel. Con la voz entrecortada, recordaba unos años “muy majos” junto a Clemente Iriarte. “Era una persona con la que tuvimos mucha relación. Años muy emotivos, muy bonitos, con una relación humana muy cercana. Tengo recuerdos muy gratos”, destacaba.

“Clemente era un bastión para quienes estábamos ahí arriba, para que hiciéramos las cosas mejor”, apuntaba sobre su labor deportiva. “La verdad es que teníamos una gran ligazón ambos. Éramos de los mayorcicos. Te vienen recuerdos muy bonitos, porque fue una etapa muy emotiva. Iriarte era muy querido, muy entrañable, tenía su historia... Y éramos a la vez muy reservados, muy navarros”, decía. Para Iriguíbel, “no hacía falta hablar mucho” entre ambos, porque su relación era “muy cercana”, “muy de sufrir y de reír”. Vivencias que “cambiaban en pocos días”.

La tercera pata de este tridente al que Clemente Iriarte surtía de medidas asistencias era José Manuel Echeverría. El exjugador rojillo lo recordaba ayer como una “persona muy entrañable”. “Tuve la suerte de conocerlo y de coincidir unos años deportivos muy bonitos con él”, rememoraba.

Respecto a su faceta futbolística, hablaba de Clemente Iriarte como un jugador “elegante”. “De lo que más ha hablado la gente es de sus pases y de cómo dirigía. A mí, lo que me llamaba la atención de él, siempre, es cómo se tiraba a por el balón. Cómo rebañaba y se lanzaba a por el esférico, sin cometer falta ni nada”, destacaba. “Era muy profesional y no había para él partido pequeño o grande. Entrenaba con el mismo tesón, con el mismo orden, fuese quien fuese el rival”, aseguraba.

Por encima de todo ello, Echeverría lo recuerda como una persona “muy observadora”, además de “un buen conversador”, a quien “no le gustaba ser protagonista de nada”. “Huía de todo ello, del ruido. Era muy discreto en ese sentido”.

Enrique Martín Monreal, Patxi Iriguíbel y José Manuel Echeverría. Tres futbolistas, tres exrojillos, que le deben mucho a un Clemente Iriarte que acaba de decir adiós. Un 10 como los de antes. De los que respondían con el número sobre el campo. Que noqueaba al rival. Que bailaba al oponente con una calidad extrema y sin alardes sobre el terreno de juego. Con elegancia y saber estar. A quienes no tuvimos el privilegio de verlo sobre el césped, siempre nos quedarán los testimonios de las personas que sí compartieron vestuario con él. Sus anécdotas. Sus impresiones. Y ahí hay un denominador común que destacan todos ellos: Clemente Iriarte era, ante todo, un señor sobre el campo.

“No le gustaba ser protagonista de nada. Huía de todo ello, del ruido. Era muy discreto en ese sentido”

Exjugador de Osasuna

“Clemente era un bastión para quienes estábamos ahí arriba, para que hiciéramos las cosas mejor”

Exjugador de Osasuna

“Era un tipo que siempre trataba de ayudar. De poner su experiencia al servicio de los más jóvenes”

Exjugador de Osasuna