Asistimos a la pretemporada más larga de Osasuna. Así al menos ha planteado Jagoba Arrasate estas semanas que conducen al cierre de la Liga. Tiempo de probar. Sistemas y jugadores, explica el entrenador. Aunque después de una treintena de jornadas y de cuatro años en el cargo, pocos descubrimientos que no tenga apuntados en su cuaderno de notas puede hacer el responsable de la plantilla. Yo creo que esta recta final tiene más de reconocimiento al trabajo desarrollado, de conceder minutos al segundo bloque, de hacer visibles a todos los que han contribuido a conseguir la permanencia y quizá, en algunos casos, sea también la ocasión de conceder una despedida del club como protagonista en el campo. En Barcelona, por ejemplo, fue el día de Ramalho, alguien que ha sabido aceptar su papel con discreción y que en esta aparición hizo un desempeño correcto. Para otros, como los canteranos Javi Martínez y Kike Barja, es el momento de ir ganando espacio; en el caso del extremo, ha vuelto a padecer otro curso con contratiempos de lesiones que le han roto el ritmo y le han relegado a un papel secundario cuando estaba señalado para pelear por la titularidad. Su gol, trazando un desmarque al espacio y resolviendo con la gran calidad que atesora, es también un premio a la tenacidad. Javi y Kike están llamados a ser protagonistas en el campo y en el vestuario cuando llegue su tiempo y el relevo generacional.

Si en las decisiones del entrenador hay movimientos que parecen claros, otros dan argumentos para la especulación, para leer entre líneas, aunque es posible que vayamos descaminados. O no. Por ejemplo, ¿qué interpretación puede hacerse de la suplencia de Torró y del papel de Moncayola como eje del equipo? En el ruido de rumores tan propios de estas fechas, Torró suena como un jugador codiciado y que puede cambiar de aires. Su cláusula de rescisión, de 10 millones de euros, no es desorbitada si nos atenemos a cómo se mueve el mercado. Moncayola es un jugador diferente a Torró, pero si el entrenador habla de probar sistemas€ Porque los sistemas los hacen los jugadores.

También resultó llamativa, en estas circunstancias, la pareja Juan Cruz-Manu Sánchez en banda izquierda. El exjugador del Elche se desempeñó como lateral y la buena compenetración con su compañero -sumando la presencia en esa zona del hiperactivo Brasanac- permitió muchas y peligrosas llegadas por la izquierda, sobre todo en la primera parte. Son una pareja con fútbol profundo. Y, a lo que iba, viendo su feeling en el campo, ¿puede decidir a Osasuna a hacerse en propiedad con Manu Sánchez? El madrileño ha encajado en la plantilla y su versatilidad y carácter combativo suma mucho en un equipo como Osasuna. No sería un gasto superfluo.

Veremos los planes de Arrasate para el miércoles. Su intención de probar es compatible con la de ganar. Con la rueda de cambios, volvió al once más clásico para intentar romper un empate que pudo quebrarse en la última jugada (el larguero devolvió el balón pateado por Chimy) de un partido que Osasuna debió dejar resuelto antes de la hora de juego. En el periodo de pruebas.