- El presidente de Osasuna, Luis Sabalza Iriarte (Sangüesa, 23/10/1947), respondió ayer a las preguntas de este periódico. Lo hizo en la biblioteca del Hotel La Perla de Pamplona por gentileza de su director, Rafael Moreno, justo después de una sesión fotográfica en el Café Iruña, socio número uno del club, y sus aledaños, concretamente donde se encuentra ubicada una placa conmemorativa frente al antiguo Café Kutz, el lugar donde se fundó el club hace ya casi 102 años. En un entorno idílico para la entidad y también para Pamplona, el abogado sangüesino repasó la actualidad de la entidad y también sus planes de futuro. Ya recuperado de la intervención quirúrgica a la que fue sometido hace una semana para que le extirparan la vesícula, Sabalza habló de todo, tanto de la situación deportiva del club, como de la institucional.

Luis Sabalza: "Vamos a recomprar la parte sin edificar de Tajonar antes de San Fermín"Luis Sabalza

Osasuna terminó la Liga de la temporada pasada en la décima plaza y con una permanencia más que holgada. ¿Qué balance hace?

-Uno bueno y que todos hubiéramos firmado a principio de curso, aunque luego se vio que podíamos haber aspirado a un poquito más, sobre todo en los dos últimos partidos. Pero el décimo puesto es un éxito.

Es decir, que el equipo ha cumplido con creces el objetivo del que usted habló antes del inicio del curso.

-Y mantenernos en Primera División sigue siendo el objetivo. Es fundamental estar en la máxima categoría en todos los aspectos, para el club, para los aficionados, para la ciudad, para todo el mundo... Como decía Braulio, el décimo puesto de este año no sirve para el año que viene porque empezamos de cero y hay que seguir pensando que el objetivo fundamental es mantenernos.

Lleva casi ocho años como presidente, pero qué diferentes fueron los cuatro primeros (2014-18), con el club inmerso en una profunda crisis institucional y a ratos deportiva, de los cuatro últimos (2018-22), con un ascenso a Primera y tres permanencias consecutivas.

-En 2014, cuando llegué al cargo, el aspecto judicial distorsionó un poco lo que es el club. Tuvimos muchos problemas y estábamos un poco mal vistos. A partir de la permanencia en Segunda en Sabadell, al año siguiente tuvimos la suerte de ascender y, aunque luego bajamos, fue como empezar a hacer otra vida. Se ha conseguido mucho en relativamente poco tiempo. En lo deportivo, llevar tres años en Primera, en mitad de la tabla y salvándonos relativamente pronto es importante. Y en lo institucional hemos logrado que el club sea reconocido y querido en todo el país.

Y los cuatro últimos años con el mismo entrenador, Jagoba Arrasate, después de que en los cuatro anteriores pasaran hasta media docena de técnicos por el banquillo.

-Forma parte del camino. Aprendimos de todo lo anterior. Siempre hemos creído en Jagoba, primero porque dije que lo que necesitábamos tras el año de Diego Martínez era conectar de nuevo con la grada, algo que consiguió. Desde ese punto de vista pensamos que habíamos estado bien con Jagoba, que también logró el ascenso, y que podíamos arriesgarnos a seguir con él porque creíamos en él y seguimos creyendo. La prueba es que ha renovado hasta 2024.

Hablando ya de la próxima temporada, aunque ya han anunciado la contratación de Rubén Peña, el mayor logro del club es haber atado durante el último año y medio a la columna vertebral del equipo.

-Sí, porque es síntoma de consolidación. Para mí, un gran fichaje ha sido Torró. Me refiero a su ampliación de contrato y cláusula. Eso da cierta tranquilidad porque quiere decir que los jugadores están contentos a pesar de que les ofrecen el oro y el moro.

¿Tiene el club necesidad de vender?

-Ninguna. Está bien organizado en lo que se refiere a la deuda.

Pero hace poco anunciaron que cuando el próximo 30 de junio concluya oficialmente el curso, las cuentas de Osasuna arrojarán pérdidas.

-Sí, pero son sobrevenidas, no por culpa nuestra. Aun con la pandemia de por medio, no hemos tenido pérdidas, pero este año vamos a tenerlas porque nos habían dicho desde la Liga que de la televisión nos iban a dar 2,5 millones más de lo que nos van a dar finalmente. Y contábamos con ese dinero. Si lo hubiéramos necesitado, era cuestión de haber accedido a la venta de un futbolista y entonces ya hubiéramos tenido beneficios. Está todo encauzado. Que los socios estén tranquilos, que no nos vamos a desmadrar. Prueba de ello es que no queremos pagar traspasos porque creemos que hay que sujetar un poco la economía.

¿Es síntoma de debilidad acudir al mercado sin dinero para traspasos?

-Hay que tener en cuenta que esto es un club, no como el Granada o el Espanyol, en los que el dueño pone el dinero que haga falta. Osasuna es un club de todos los socios. Tenemos que saber dónde estamos y no podemos permitir aquellas deudas que se generaron en épocas pasadas. Para crecer puedo tener deuda, pero no tan descomunal como antes.

Pero siguen arrastrando el fichaje de Budimir del verano pasado, cuando tuvieron que pedir un préstamo de 8 millones de euros.

-Ya hemos pagado la mitad y está muy encauzado.

¿Es peligroso ese tipo de préstamo fuera de la banca tradicional?

-Sí y no. Si el jugador responde, se paga con su actuación. Pero si de repente te encuentras con una lesión como la del Chimy, imagina dos años sin que Budimir pueda jugar. Ese es el problema.

¿Ayudará a paliar las pérdidas el dinero ingresado por el partido de la selección argentina?

-Si eran de 1,5 millones, más o menos, se van a quedar en 1,2, ya que conseguimos unos 300.000 euros por acoger ese partido internacional en El Sadar.

Además de lo económico, ¿qué supuso para el club ese encuentro?

-Lo más importante de todo fue que supimos jugar nuestras bazas para que Argentina viniera a jugar a Pamplona. Después, que fue una satisfacción para el 50% de los socios que compraron entrada. Y en tercer lugar, el nombre de Osasuna y del estadio tuvieron una repercusión súper importante.

En lo que se refiere a la campaña de renovación de abonos, titulada Ganas de fiesta y con el escritor estadounidense Ernest Hemingway como imagen de la misma...

-Un inciso. A pesar de que Félix Monreal, director adjunto de DIARIO DE NOTICIAS, explicó el pasado sábado en un artículo que Hemingway era un apasionado del boxeo y sabía poco o nada de fútbol, le hemos elegido porque es un representante de la fiesta y, una vez superada la pandemia, todos tenemos ganas de fiesta, primero en San Fermín y luego con Osasuna.

Vayamos ahora al grano. El ritmo de renovaciones está resultando muy alto, con unas 1.000 al día.

-Alguna más, diría yo. Además, la previsión es que renueven casi el 100% de los socios.

Y eso pese a la subida de precios.

-Es verdad que han subido, no lo voy a negar, pero al socio le va a costar lo mismo o muy parecido al año anterior. La subida media es de un 6%, porque en algunas zonas sube un 10% y en otras un 2% o un 3%. Lo que ocurre es que hemos sectorizado el campo y hemos detectado que el del centro pagaba lo mismo que el del córner y hemos pensado que eso no puede ser así y que el del centro tiene que pagar algo más. Los asientos inferiores también pagaban relativamente poco y hay que intentar ponerlos al día. Se ha subido en eso. La media por socio es de 280 euros. Hemos subido los precios, pero ¿cuándo fue la última vez que subieron? Todavía hay sitios en el campo en los que se paga ahora menos que en la temporada 2013-14. Han pasado ocho años y hay que actualizar el fútbol.

¿Y qué me dice del Día de Ayuda al Club?

-La idea surge porque más o menos nos fallan 2.000 socios, que ni ceden la entrada ni van al estadio, y opino que ese día dejarán esa localidad y a ver si así podemos dar satisfacción a 2.000 aficionados ese día. Esa es la intención. Tenemos la opción de decretar dos días de pago y solo vamos a hacer uno. Además, tampoco es tanto lo que hemos puesto, porque 20 euros de ayuda no me parece que sea una cantidad excesiva.

Pero es obvio que el club también va a sacar rentabilidad económica.

-Siempre viene bien que haya un ingreso. Cuantos más ingresos, mejor equipo tendremos.

¿Qué me dice de que sólo podrán beneficiarse de algunos descuentos los que acudan a un mínimo de 15 partidos, incluyendo también la cesión del abono?

-Es por el mismo motivo. Lo que queremos es que el campo vibre, que se llene, que la gente empuje, que el otro equipo tema venir a El Sadar.

Los partidos del Promesas y del Femenino tampoco están incluidos en el abono. ¿Puede aclarar si serán de pago o gratuitos?

-El asunto es muy claro. Tanto el Femenino como el Promesas están casi en la máxima categoría en la que pueden competir y con equipos que llevan mucha gente al campo. En Tajonar caben unas 900 personas en la grada y no puedo dejar libre que todo el mundo vaya porque podría tener un problema de orden público. Cuando haya partidos, ya daremos las instrucciones pertinentes para que el socio que quiera ir pueda sacar su entrada, aunque todavía no hemos estudiado si a coste cero o con un precio simbólico. Es una cuestión de organización.

Tajonar va a ser en principio la sede de los partidos del filial y el Femenino. ¿Contemplan la posibilidad de que se muden a El Sadar en situaciones excepcionales?

-Hay que estudiar todo en función del calendario, porque no se puede coincidir con el primer equipo y hay que buscar que el partido sea interesante. A lo mejor puede darse cuando la Liga de Primera División pare por la disputa del Mundial de Qatar en noviembre y diciembre, pero al filial siempre la ha gustado jugar en Tajonar y en este tipo de decisiones también cuenta la opinión de los técnicos.

¿Cuáles van a ser los objetivos del Promesas y del Femenino?

-Mantenerse. El Promesas está ahora entre dos Segundas, pero más cerca de la profesional que de la aficionada y es importante para el club que los jugadores estén en Primera RFEF. Y el Femenino, hasta donde llegue, pero me parece que está en una categoría muy dura.

Para terminar, habla de la permanencia como objetivo del primer equipo masculino, pero, ¿cuál es su sueño?

-Jugar una final de la Copa del Rey. Prefiero eso, y ya no te digo ganarla, que quedarme quinto en la Liga.