Vientos (o huracanes) de cambio en Osasuna. El club rojillo ha comunicado, una vez iniciada la pretemporada, a Roberto Torres que no cuenta con él y que su rol va a ser secundario. Obviamente, esto no es para intentar que el de Arre acepte ese papel sino para que se busque equipo a ser posible ya. Una noticia que impactó al osasunismo ya que no parecía que el canterano estuviese en la rampa de salida tras un verano en el que ya se habían ido Oier e Iñigo Pérez, dos piezas importantes en el vestuario.

Osasuna se engalanó allá por mayo para despedir al que fue su capitán durante más de un lustro y que ha sido pieza fundamental para la supervivencia del club. En aquel acto se vio a un Roberto Torres tremendamente emocionado. El nombre de ambos ha ido casi siempre ligado para lo bueno, para lo malo y, ahora, parece que en su final como rojillos. Pocos dúos de capitanes han tenido que soportar lo que estos dos, tanto a nivel de críticas como de momento complicados de su club. Y ahí es donde se demostró que ambos, con acciones vitales que fueron mucho más allá de bajarse el sueldo, sienten Osasuna como pocos, aunque es cierto que ambos no encajan en la política instalada del club desde hace un tiempo. Ambos son más de decir lo que piensan y eso en según que lugares de El Sadar es pecado capital. Además son poco de palabras o vídeos rimbombantes. Y eso no da retuits ni Me Gusta.

A Torres muchas veces se le ha achacado que tiene un fuerte carácter y que a veces se calienta demasiado, pero su importancia dentro del vestuario solamente hay que comprobarla en las fotos de este verano en las que aparece con muchos compañeros y exrojillos disfrutando de sus vacaciones juntos.

Pero el asunto va más allá. Como cada vez que hay una polémica en el entorno rojillo, Twitter sonríe con el aumento de nuevos usuarios que 'aparecen' para defender el discurso oficialista. En cuanto se apague el debate, se apagará la cuenta. Será casualidad, pero lo cierto es que esto ya es recurrente.

Pero, volviendo al tema, lo que más ha sorprendido no fue tanto la decisión, como las formas. Obviamente el de Arre ha perdido protagonismo pero invitar a tu capitán a marcharse de esta manera y en estas fechas cuando estás diciéndole a otros canteranos que no se vayan, que como aquí no les van a cuidar en ningún sitio, etc...es cuanto menos contraproducente. Y más por que Osasuna y su parcela deportiva no toma decisiones así en julio, las suele tomar en abril o mayo, como se vio con Oier e Iñigo. Extraña y mucho.

Torres no iba a ser infinito. Como todo el mundo tiene su ciclo y ahí están las personas que deben de tomar las decisiones, pero las formas deberían haber sido otras. Y si es porque ha aparecido una oportunidad de mercado sin igual (que habrá que verlo) que necesita sitio, también. Osasuna debe de tener claro cuáles son sus valores y que eso es lo que le hace diferente.

De darse definitivamente, la baja del de Arre completa un trío de salidas que va a obligar a otros a dar pasos importantes para mantener un vestuario sano, algo que es fundamental para la estabilidad rojilla y que ayuda en momentos complicados, como los ha habido en todas las últimas temporadas. Ojalá los jóvenes hayan aprendido de estos tres y no pase nada, pero el relevo no es natural, es forzado. Y ojalá Osasuna no olvide que tomar decisiones difíciles no es igual a hacerlas mal.