Debatían ayer en una emisora de radio si es mejor el fútbol de ahora que el de hace veinte años. Todo ello a cuenta de la tecnificación y de la incidencia que el VAR tiene en el juego, en los parones de tiempo y hasta en las celebraciones. Ya he dicho en más de una ocasión que para un equipo históricamente castigado como Osasuna el vídeo arbitraje sumará siempre más a favor que en contra. Y en cuanto a la interpretación y ejecución del fútbol, los rojillos siguen conservando su virtud centenaria de competir de principio a fin, aderezada en cada época con las tendencias imperantes. El fútbol es como la moda: hoy se lleva la salida de balón al pie, el multitoque y la posesión. Esto, por ejemplo, lo interpretó ayer muy bien Osasuna durante la primera parte, mientras que en la segunda tiró más de intensidad y de disputa cuerpo a cuerpo de la pelota.

Está más que demostrado que en el Osasuna de Arrasate caben muchos Osasuna, incluso los que llegan a hacerlo rematadamente mal. Los aficionados más veteranos conservan en la memoria alineaciones que marcaron una época y recitan los nombres de los integrantes de una defensa infranqueable o de los delanteros que dieron tardes de gloria. Pues bien, cuando Arrasate termine su etapa en Pamplona nadie podrá asociar este periodo con un once clásico; se hablará de futbolistas indiscutibles en su demarcación pero no habrá alineación que cantar de carrerilla. En estos sí que es diferente el fútbol actual al de principios de siglo. Entonces, los suplentes ocupaban un estrato inferior, no había más rotación que la de la Tierra, los cambios estaban limitados a tres y las convocatorias de 18 futbolistas convertían durante semanas en invisibles a varios integrantes de la plantilla. Observemos lo que ha pasado en los siete últimos días; Arrasate no ha reparado en formar tres alineaciones completamente diferentes, repartiendo minutos entre 21 futbolistas, entre ellos dos porteros, y dejando solo fuera a Roberto Torres y Juan Pérez. Hasta Kike Barja y Pablo Ibáñez han hecho acto de aparición, siendo como eran los menos utilizados junto al centrocampista de Arre. El entrenador ha tratado esta semana de reactivar al equipo y a los jugadores para sobreponerse a una mala racha de resultados. Y lo ha conseguido. Osasuna ha sumado cuatro puntos en dos partidos, sigue pegado a los puestos altos y ayer le faltó sacar el diente en ataque para morder tres puntos que estuvieron a su alcance. En lo individual, lo más relevante fue ver salir de las sombras del banquillo a un Kike Barja que ha ido cayendo en el escalafón, que tiene que enfrentarse además a la comparación con Abde, pero que su respuesta ante tantos inconvenientes, lejos de lamentos, ha sido reivindicarse con un gol mezcla de tenacidad, habilidad y mala leche.

Está claro que Arrasate tiene unos gustos definidos y que su columna del equipo está contrastada en decenas de partidos. Pero el entrenador también manda el mensaje de que hay sitio para todos, que todos pueden y deben aportar cuando sean requeridos, que la puerta está siempre abierta. Tan importante cómo consolidar un equipo es contar con una plantilla enchufada y en la que ser suplente no sea un castigo sino el tránsito a una oportunidad. Y esto en el fútbol actual es un valor tan necesario como determinante.

Confidencial

Sabalza, a la asamblea con Canal. Luis Sabalza acudirá el jueves a la asamblea de clubes de LaLiga y lo hará acompañado del director general, Fran Canal, que este fin de semana ha puesto voz en diferentes medios a la postura del club respecto a su oposición a la nueva Ley del Deporte. El mensaje que mandan desde Osasuna es rotundo: “No hay marcha atrás”.