Villafranca es una localidad con larga tradición en el fútbol. Y cuna de ilustres futbolistas. Siete de ellos han jugado en Osasuna y han podido hacerlo en Primera división. El equipo del pueblo, el Alesves, cumplió en 2022 sus primeros cien años de vida. Llegó a marcar un hito histórico en la temporada 1956-57, cuando alcanzó la Tercera división en tiempos en los que solo había otras dos divisiones por encima. Los vecinos defienden con orgullo que ningún otro pueblo del Estado con ese número de habitantes –desde el pasado siglo nunca ha superado los 3.500– ha suministrado tantos efectivos a la Primera división.

Puede afirmarse también que en Villafranca el fútbol es un asunto de familia. Los Áriz Armendáriz aportaron dos hermanos a Osasuna, tres Glaría jugaron con el cuadro profesional y otros dos con el segundo equipo. Uno de estos, Jesús Glaría Yetano, hijo de José Glaría Jordán, Glaría I, era hasta ahora el último en enfundarse la camiseta roja en la élite del fútbol. Lo hizo una sola vez en Liga: fueron unos escasos cinco minutos y el debut tuvo como escenario precisamente Valladolid (0-1). Ocurrió hace casi 39 años, el 11 de marzo de 1984.

Jesús, conocido por sus compañeros como ‘Chupete’, era un prometedor extremo de la cantera que no gozó de oportunidades en el Campeonato y solo repitió en Copa del Rey y Copa de la Liga hasta sumar doce encuentros en total. Tras dejar Pamplona al concluir el curso 1983-84, prolongó su carrera durante diez años, tres de ellos en Primera división con el Zaragoza, club con el que participó en 62 partidos de Liga.

Los Áriz

Pero antes de los Glaría Jordán fueron los Áriz Armendáriz. Ahí estaban Ubaldo y Domingo en la primera década de actividad de Osasuna. Eran miembros de la familia que regentaba la harinera de Villafranca y estudiaron en el Colegio de Lekaroz, vivero también de talentos futbolísticos en los años veinte.

A la izquierda, Ubaldo Áriz, y a la derecha, Domingo Áriz.

A la izquierda, Ubaldo Áriz, y a la derecha, Domingo Áriz.

De los dos, Ubaldo fue el más habitual en las alineaciones entre la temporada de su ingreso, 1924-25, y la de su despedida, en 1928-29. Ambos llegan a coincidir en algunas alineaciones entre 1927 y 1929, formando juntos en el medio campo. Los dos hermanos participaron en el histórico encuentro de desempate contra el Murcia, en Madrid, en la primera eliminatoria que Osasuna disputó en la Copa del Rey, en diciembre de 1928, y cuyos partidos de ida y vuelta fueron anulados por diversas incidencias.

Ubaldo, nacido en 1906, jugó en el Alesves y, como queda dicho, en el Colegio de Lekaroz. Cuando abandonó Osasuna lo justificó en que sus “ocupaciones” le impedían seguir jugando al fútbol, aunque después se le veía entrenando en San Juan. Le apodaban ‘Chiquilín’ por su corta estatura. Y siempre se subrayaba su proverbial simpatía. Según recogía La Vanguardia en septiembre de 1925, en un Osasuna-Baracaldo jugado en Las Gaunas un periodista riojano comentó: “No comprendo cómo en tan pequeña cantidad de persona se pueda albergar tantísima cantidad de jugador…”. Que es lo que años después diría Mendilibar de Patxi Puñal.

Domingo, nacido en 1909 (en algunos documentos aparece como natural de Esparza de Galar), no tuvo mucha participación en Osasuna. En su vida profesional trazó una prolífica actividad como arquitecto.

Los Glaría

Los Glaría llegan a Osasuna en los años cincuenta, aunque hay constancia de una primera presencia de José en marzo de 1948 en un partido jugado en Zaragoza (2-0). El padre de Jesús y Paco Glaría Yetano (este jugó de centrocampista en Osasuna Promesas) hizo un largo periplo por Tudelano, Zaragoza, Logroñés y Sporting de Gijón antes de volver a San Juan a los 26 años de edad (1955-56) y jugar tres temporadas antes de fichar por el Almería.

José, a la sazón Glaría I, mantuvo una estrecha vinculación con Osasuna y fue presidente de la Asociación de Veteranos.

De izquierda a derecha, Francisco Glaría, José Glaría y Jesús Glaría.

Francisco, Glaría II, también pasó por Lekaroz, como los Áriz. Jugó con Osasuna en primera entre 1955-1960 (en cinco temporadas disputó 131 partidos oficiales y anotó 3 goles). La siguiente temporada pasó al Mallorca. Fue internacional con la selección B de España en dos ocasiones, contra Turquía y Luxemburgo. Se estableció en Zaragoza donde desempeño su carrera de ingeniero industrial.

Jaime, el tercero de la saga, formó parte del segundo equipo de Osasuna. Fue cedido al Logroñés y lo fichó el Atlético de Madrid, donde jugó en la temporada 1958-59 ocho partidos de Liga.

Por último, hay que hacer referencia a Jesús, el más descollante de los cuatro hermanos. No jugó en Osasuna y tuvo una brillante trayectoria en el Atlético de Madrid, Español y selección española.

Serafín

Fue también un mes de febrero, pero de 1957, cuando quedó registrado el debut de Serafín García Muñoz. Tenía poco más de 20 años y ya era un extremo que llamaba la atención. En aquel ejercicio de 1956-57 se dio la circunstancia de que tres futbolistas de Villafranca formaban parte de la plantilla de Osasuna.

El caso de Serafín es curioso porque tras abandonar el club en 1958 por no contar con minutos, regresó al club once años después. Entre medio, una trayectoria que escribió sus capítulos más brillantes en el Levante, club del que es una de sus leyendas. En la temporada 1965-66 fichó por el Barcelona, donde estuvo un año.

Serafín García

Serafín García Archivo