La afición de Osasuna continuó este disfrutando de la final de Copa que su equipo disputó por la noche en La Cartuja de Sevilla. Lo hizo a lo grande y al completo, pues los más de 25.000 hinchas del conjunto navarro desplazados hasta la capital hispalense –los últimos fueron llegando a lo largo del día en autobús, tren, avión e incluso vehículos particulares– convirtieron la ciudad en una fiesta. Y es que no hubo una única fan zone, ya que rojillos y rojillas abarrotaron el centro de la ciudad, en el entorno de la emblemática Giralda, durante toda la mañana y buena parte de la tarde, para unas horas antes del partido desplazarse hasta el parque Magallanes, donde se ubicó la fan zone original, con el fin de continuar la fiesta y avivar el sueño de que Osasuna conquistara el primer título de su historia –obviando, eso sí, el de campeón de Segunda División de hace cuatro años–.

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Fans de Osasuna 'inundan' Sevilla Javier Bergasa

No fue un 6 de mayo cualquiera el que se vivió ayer en Sevilla, pues la animosa hinchada de Osasuna convirtió la capital hispalense en un auténtico 6 de julio en Pamplona, con la gente arengando al conjunto navarro en la calle con todo tipo de canciones, refrescando el gaznate con un variado surtido de refrigerios –sobre todo bebidas espirituosas– para soportar las altas temperaturas y saltando y bailando como si no hubiera un mañana.

Hubo momentos en los que dar un paso por la calle Mateos Gago, que desemboca en la Giralda y está repleta de bares, resultó complicado. La afición de Osasuna prefirió el centro de Sevilla para continuar con la fiesta montada en la capital hispalense desde el pasado jueves por la noche, mientras que dejó para la tarde la visita al parque Magallanes, ubicación original de la fan zone rojilla. Fue allí, por eso de que quedaba de camino al estadio, donde casi la gran mayoría de los 25.000 hinchas del conjunto navarro hizo una última parada para poner rumbo al estadio con las pilas y la ilusión todavía más cargadas.

La marea rojilla despertó la simpatía de una gran parte de la ciudadanía sevillana, sorprendida y agradecida por el alto consumo de los aficionados de Osasuna, en contraposición con la tacañería de los seguidores y seguidores del Real Madrid. “Se nota de dónde es cada uno por el color de su camiseta, pero también porque los navarros van siempre con un vaso, mientras que los madrileños llevan las manos vacías”, reconoció un taxista, simpatizante de Osasuna. Una gran victoria.