“Estoy muy contento por la renovación. Quiero dar las gracias al cuerpo técnico y a todos los compañeros que he tenido, porque sin ellos no hubiera sido posible esto. Estoy con todas las ganas posibles y con toda la ambición para seguir mejorando tanto deportivamente como a nivel humano”. Las primeras palabras de Iker Muñoz en la conferencia de prensa tras la ampliación de su contrato hasta 2027 fueron las de un chico agradecido con el entorno. También la de un jugador navarro no tiene reparos en hablar de sueño en lo que es su salto al primer equipo de Osasuna, en el que es miembro de pleno derecho. “Desde pequeño es algo que había soñado y por lo que llevo luchando muchos años. A Osasuna llegué en juveniles y, viendo el camino, siendo realista llega al primer equipo muy poca gente. Y fruto del trabajo y de la constancia he tenido la suerte de pertenecer al primer equipo que es lo que yo quería”.

“Todo ha pasado muy rápido”, explicó. “Desde que subí a entrenar el primer día, yo solo he pensado en entrenar cada día, hacerlo bien y no pensé a largo plazo”.

“No me he parado a asimilarlo, pero con ayuda de todos mis compañeros, que son los que me han acogido muy bien, todo este proceso ha sido mucho más fácil”, continuó.

Con 21 años recién cumplidos, Iker Muñoz asume que tiene muchas cosas en las que mejorar, pero no elude que se le catalogue como un futbolista con maneras de veterano. “Yo salgo al terreno de juego y lo hago como lo he hecho desde que era pequeño o desde que estaba en el Promesas. Intento jugar lo mejor posible, y esa veteranía que decís es igual un poco innata. Es algo que me sale desde dentro”, considera.

“Desde el primer momento que me llamaron de Osasuna no me lo pensé. Entré aquí en juvenil y en Navidad subí al División de Honor. Estuve dos años y luego en el Promesas me costó un poco la adaptación porque era jugar con gente más mayor”, recuerda su trayectoria como jugador rojillo. “A Pablo (Ibáñez) y Aimar (Oroz) les conozco desde hace tiempo. No he pensado más allá de nuestra coincidencia en el Promesas. Solo pensamos en el hacerlo lo mejor posible”.

Iker Muñoz y Braulio, en la rueda de prensa de la renovación del futbolista navarro hasta 2027. Oskar Montero

El futbolista de Villafranca es el recambio natural de un futbolista importante de la plantilla, Lucas Torró, al que dedica palabras de agradecimiento. “Lucas me ha ayudado desde el primer día. Es un gran profesional, que lleva muchos partidos en Primera y eso es algo muy difícil. Solo le puedo dar las gracias, la competencia que tenemos es muy sana”.

“Afrontamos la temporada con ilusión”, reflexionó sobre el equipo. “Yo me considero uno más e intentaré aprovechar mis oportunidades y ayudar al grupo para quedar lo más arriba posible”.

“Estamos para aprovechar las ocasiones que nos da el entrenador. Somos 25 tíos en la plantilla que todos queremos jugar y a partir de ahí podrán salir las cosas mejor o peor”, continuó. “El equipo está tranquilo. Estamos con la mente puesta en Getafe e iremos con la idea de sacar los tres puntos”.

El director deportivo, Braulio, alabó las condiciones del canterano como el relevo natural de Torró. Para el técnico, la apuesta por el futbolista navarro ha sido incluso por encima de jugadores que estaban a tiro en el mercado. “Hemos tenido la paciencia de esperar a que estuviera preparado y formado para el primer equipo porque le veíamos el nivel, no solo nosotros sino los entrenadores que ha tenido”, dijo. “Considero que a todos los niveles, la planificación que hemos hecho con Iker ha estado muy bien y fruto de ella es lo que él se ha ganado en el campo y en los entrenamientos”.