Pese a que Rubén García no está disfrutando de tantos minutos en Liga como en temporadas precedentes (acumula 404 en 13 partidos, el 15ª que más de la plantilla), el valenciano es el segundo máximo goleador de Osasuna en la competición con dos tantos (sólo superado por los siete de Budimir), algo que él mismo considera “un poco anecdótico”. “Me quedo con que en la mayoría de partidos que he jugado de titular mi rendimiento ha sido bastante bueno y me he encontrado muy a gusto”, añade. “Ahora juego menos, pero intento aportar, como en Sevilla contra el Betis (saliendo desde el banquillo marcó el 1-1 de un partido que Osasuna perdió 2-1 en el tiempo añadido), aunque es más complejo anímicamente, algo que también les pasa a Raúl, Barja, Pablo, Unai, Darko... Te podría decir mil nombres”, explica.

En cualquier caso, tanto Rubén García como el resto de compañeros con menos protagonismo (también los demás) saben que en enero va a haber Liga, Copa y también Supercopa, a la que Osasuna ha accedido por su condición de subcampeón de Copa. “Es una competición muy chula, muy bonita de jugar, vamos a ir con la máxima ambición y ¿por qué no?”, dice el futbolista rojillo sobre la cita en Arabia Saudí, donde el Barcelona será su rival en semifinales el jueves 11 enero. Yrevela por qué cree que su equipo puede dar la sorpresa en Riad: “El año pasado les decía a mis compañeros que llevaba 10-11 temporadas jugando y nunca había tenido la sensación de poder ganar a esos equipos grandes, pero ahora sí. Lo demostramos contra el Barça en El Sadar, aunque luego perdimos. Es verdad que la Supercopa es una competición a la que no estamos acostumbrados y hay que gestionar muchas más cosas que el juego, como las emociones, por ejemplo, y en eso sí que vamos un pelín por detrás. Pero a nivel de ilusión podemos competirle a cualquier equipo”.

Reconoce Rubén García que ganar varios partidos de Liga sería la mejor preparación para afrontar la Supercopa con la moral por las nubes: “Sería lo ideal y, si no, que el golpe anímico sea allí. El año pasado en Copa, cuando el equipo eliminó al Betis en Sevilla (2-4 en los penaltis tras nivelar dos veces un marcador adverso), el equipo dio un salto y volvimos a recuperar un poco la energía con la que habíamos empezado la Liga. Si nos vamos a Navidad con la sensación de haber ganado dos o tres partidos, seguramente enfoquemos ese mes de enero con una ilusión brillante, el cuchillo entre los dientes y creyendo que podemos”.