Barridos en Vallecas
No arranca Osasuna lejos de El Sadar. Si bien en casa los primeros partidos de los rojillos son ilusionantes, los dos viajes en este comienzo liguero dan escalofríos. Si en Girona el asunto no funcionó, en Vallecas fue una segunda parte horripilante la que dejó a los de Vicente Moreno con cara de pocos amigos y con muy malas sensaciones de nuevo.
Tras una primera mitad en la que Osasuna cumplió y Raúl García de Haro sacó sus dotes de mago para meter un derechazo a la escuadra, los rojillos se apagaron. Como si se hubieran marchado del campo desde el vestuario. El Rayo salió a fulminar, nunca mejor dicho, a un Osasuna que se quedó estupefacto tanto en el campo como en el banquillo. Si Mumin, además, saca el disparo de su vida, todo se complica.
El partido se volvió loco y para cuando Osasuna quiso reaccionar aquello estaba hecho unos zorros. Después del segundo gol local, los rojillos hicieron mención de ir a por el partido, pero cuando no sale, no sale. Y así un cabezazo de Rubén Peña se fue al palo y con él las esperanzas del empate. Y no por no intentarlo a la desesperada. Que en una de esas, Osasuna ni remató y Unai Nuñez se hizo una carrera de unos 70 metros, de las más cómodas en su vida, mientras los rojillos retrocedían hasta que el de la franja soltó un disparo que sentenció el encuentro. Siete goles en contra en dos partidos. Cifra para reflexionar con cierta urgencia si Osasuna quiere rascar algo fuera de casa.
Sorprendió que, pese al barrido de la segunda mitad, el Rayo Vallecano realizó tres cambios antes de que los rojillos movieran pieza alguna. Tampoco se queda lejos que, cuando el equipo necesita marcar, se quitase al mejor hombre en ataque y el que es capaz de hacerte una gamberrada y empatarte en una acción individual.
No sorprende, por desgracia, el bajo nivel de alguno de los jugadores que otrora eran pilares básicos para el once titular como Moi o Torró.
Segundo mal encuentro a domicilio. Esto, aún, no marca ninguna tendencia y aunque sea preocupante, Vicente Moreno tiene margen para tocar teclas y que la cosa comience a funcionar. Sobre todo para que no haya más meneos como los de Girona o la segunda mitad de Vallecas. Eso sí urge.