Este 9 de diciembre Luis Sabalza cumple diez años como presidente de Osasuna tras ser elegido en la misma fecha de 2014 para tomar posesión el día siguiente, el 10. El máximo mandatario de Osasuna ha pasado por momentos de todo tipo durante su periplo y ahora afronta un nuevo periodo electoral con la duda de si se volverá a presentar y si, esto es más difícil, tendrá contrincante con el que medirse por primera vez.
Y es que una de las principales características del mandato de Luis Sabalza es que no se ha tenido que someter a la elección de los socios ya que, ya sea por una o por otra, ningún proceso electoral ha llegado hasta el momento de votar. Así salió elegido por primera vez cuando Zabaleta, el presidente de la Gestora que puso las bases para salvar a Osasuna, no pudo presentarse y el antiguo defensor del socio salió elegido con 67 años. Lo hizo con una directiva compuesta por Fidel Medrano, Eva Blanco, Juan Ramón Lafón y Pedro Baile en la directiva. Según entró se encontró en medio de la temporada en la que acabó en Sabadell con el equipo y, por ende, el club se salvó sobre la bocina.
Poco a poco se fue conociendo la figura de un asesor externo llamado Fran Canal que acabó siendo el director general del club aunque desde el principio fue una figura capital a la hora de tomar decisiones. Ambas figuras han quedado muy ligadas. De hecho es la persona que más tiempo ha continuado en su cargo, ya que el presidente ha ido variando de acompañantes en la Junta Directiva. Ya sea por motivos personales o por perdida de confianza, pero uno tras otro han ido saliendo tanto los miembros originales (alguno incluso hizo amago de presentarse contra Sabalza en las elecciones) como los que les sustituyeron.
En el plano deportivo, el equipo ascendió la temporada siguiente y decidió tomar al difícil decisión de priorizar lo económico, aunque eso costase el descenso, para sanear al club. Lo logró, incluso llegando a dejar la deuda en unas cifras históricas por abajo, pero tras el acuerdo con CVC estas han vuelto a subir. Este es uno de los puntos que más ha ensombrecido una gestión que pasará, sin duda, a los libros de historia rojilla por la cantidad de hitos logrados en ella.
La llegada de Braulio y, un año después, de Arrasate le dieron los mejores años en lo deportivo. Con una estabilidad apenas recordada en las décadas anteriores o, incluso, en el principio de su mandato, Osasuna ha crecido hasta convertirse en uno de los proyectos mejor visto por parte de todo el fútbol profesional.
En lo social, Sabalza siempre se ha mostrado como una persona cercana al socio, como uno más, pero algunas decisiones suyas han sido muy criticadas. Por ejemplo, el sempiterno intento de controlar la Asamblea, con acuerdos con Indar Gorri o, directamente, presentando una lista afín en las últimas. Con el grupo de Graderío Sur ha tenido sus acercamientos y también sus alejamientos, pero pocas veces se le ha visto realmente cuestionado, excepto cuando se desveló las diferentes problemáticas del anterior director deportivo, Vasiljevic. Y entonces Sabalza decidió convocar unas nuevas elecciones para ver si contaba con el apoyo del socio o no.
Pero no las hubo, ni ahí, ni en 2021 tampoco. Los condicionantes hacen casi imposible poder presentarse ante la cantidad de millones que hay que avalar. Este año entrante, en 2025, hay de nuevo un proceso electoral a la vista.
La primera duda será saber si Sabalza decide presentarse o no. Al presidente le podrían pesar los diez años en el cargo, pero la realidad es que no se le ve quemado ni mucho menos por lo que no es descartable ni mucho menos que vaya a repetir como cabeza de lista a las próximas elecciones a sus 77 años.
Lo otro que habrá que ver es si hay o no otros candidatos. A día de hoy parece un asunto lejano y complicado. Más allá de la rumorología, Sabalza no ha tenido una oposición organizada en ninguno de los diez años, por lo que no parece plausible que salga alguien a discutirle otros cuatro años al frente de Osasuna si es que él está dispuesto con retos importantes como la construcción del nuevo Tajonar.