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Real Sociedad-Osasuna, el análisis | Siempre nos quedará la Liga

El torneo atraía poco, sobre todo porque, salvo históricas excepciones, el camino era corto

Aimar controla el balón durante el partido.Javier Bergasa

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Como en la escena final de Casablanca (cuando Bogart se despide de Ingrid Bergman con un lapidario “Siempre nos quedará París”), Osasuna dijo adiós a la Copa, una competición con la que mantiene un idilio durante este siglo XXI. Una pasión intermitente, eso sí, pero que ha venido acompañada por momentos inolvidables. Y este año el idilio había renacido. Durante la anterior centuria, la Copa no ofrecía muchos alicientes. El torneo atraía poco, sobre todo porque, salvo históricas excepciones, el camino era corto. Alguna noche épica quedó grabada en la memoria, pero no ha sido hasta este siglo en curso que el osasunismo ha encontrado una vía de escape para palpar que es posible ganar un título grande sin que pasen otros cien años. Esa es la motivación que arrastró a la hincha a Bilbao y este jueves a San Sebastián.

Los que encontraron un hueco en las gradas confirmaron una vez más que no son el cortejo que acompaña al supuesto invitado de piedra porque aquí no se sueña con la Copa sino que se pelea por ella. Ocurre que en estas rondas a partido único los errores son irreparables, no hay un partido de vuelta que brinde esa segunda oportunidad, lo que supone un atractivo para la competición. Aunque este jueves penalizara a Osasuna. Por ser fieles a lo que sucedió en el campo, fueron los jugadores de Vicente Moreno los que se complicaron la vida y tiraron por la borda planteamientos, ilusiones y algunas reservas anticipadas en hoteles, apartamentos y pisos de Sevilla. Alquilar piso en Sevilla fin de semana del 25 al 27 de abril. ¿Cuántas veces se habrá repetido esta búsqueda en Google desde la eliminatoria en San Mamés? Pues esa hoja de ruta, los planes para otro fin de semana en rojo, se esfumaron en un cuarto de hora fatídico.

Después de un inicio de partido con Osasuna bien posicionado y jugando de cara, tres malas decisiones se cargaron la eliminatoria. Primero con la entrada de Iker Muñoz al engaño de Barrenetxea; luego, con un precipitado pase de Sergio Herrera que deja vendido a Iker ante la presión; y para rematar, una patada de Kung-fu de Catena a Brais, expresión certera de cómo estaban los ánimos del grupo tras recibir dos goles. Con diez futbolistas y como poco una hora de partido por delante, la Real -que no mejoró su imagen del domingo en El Sadar, solo su efectividad- ofreció un curso rápido de cómo dormir un partido con superioridad numérica y ventaja en el marcador.

Los rojillos se aferraron al lema de ‘Osasuna nunca se rinde’ para no entregar la eliminatoria, atacaron en la medida de sus posibilidades y sus fuerzas, pero con la incorporación de Elustondo por Aramburu la defensa realista ganó en solidez. El defensa, además de cuidar su banda, le marcó el terreno a Budimir, a quien le aplicó un par de tantarantanes, incluido un codazo en la cabeza que ni árbitro ni VAR observaron como merecedora de un castigo mayor. Vicente Moreno también aportó que a Iker Muñoz le clavaron los tacos en una pierna en la acción previa al 2-0. El árbitro, sin embargo, no carga con ninguna culpa en esta derrota. La hinchada agradeció el esfuerzo de este jueves y el trayecto otra vez ilusionante en esta Copa. Ahora hay que marcar otros objetivos, porque siempre nos quedará la Liga.