No hay que andarse con más vueltas. Si Osasuna hubiese aprovechado todos los partidos (o algunos, más bien) en los que han estado por delante, los rojillos estarían sumidos de llenos en la pelea por Europa y no contando de dónde van a sacar cinco puntos más para amarrar una permanencia que debería de estar cerrada hace tiempo. Los de Vicente Moreno dejaron escapar otros dos puntos en un partido notable por culpa de un error infantil y de actuación denunciable por parte del VAR.

Ha habido partidos con planteamientos más que cuestionables desde el banquillo, pero poco se le puede achacar a Vicente Moreno de lo ocurrido en Leganés. Es complicado pensar que en un partido Budimir va a tener tantas desdichas juntas como las ocurridas en Madrid. El croata tuvo hasta tres ocasiones clarísimas para marcar y fue incapaz. Conociendo al ariete, la autocrítica estará muy presente en su pensamiento. 

Tampoco se le puede decir nada al entrenador sobre el error de Bretones. Sí sobre la inseguridad que tiene. Al chaval le ha faltado confianza pero no puede cometer ese error tan flagrante. Debe de aprender, tiene futuro si se asienta más en defensa y evita estas cosas. 

Y por supuesto, no se puede decir nada al entrenador sobre la actuación del fenomenal Martínez Munuera en la sala VOR. Si ya venía de protagonizar una vergonzosa actuación en Copa, en Leganés culminó su semana fantástica anulando un gol por un supuesto fuera de juego de Rubén García. Supuesto porque la zona que está inhabilitada es la del tríceps y el codo, lugar con el que no se puede marcar gol, por lo que no cuenta para el fuera de juego. 

Eso es lo que se vio en una imagen que tardaron más de veinte minutos en enseñar. Osasuna debería de exigir explicaciones. Tiene el claro ejemplo de su rival de ayer que para algo sirve. Que les cedan las bolsas negras para El Sadar. 

Lo que sí debería de reflexionar el entrenador es la cantidad de minutos que ha desaprovechado a Jorge Herrando en el banquillo. El central cada vez que sale responde de manera sobresaliente y en Leganés se estrenó en Liga. El chaval se ha merecido más. 

Pero bueno. Otro empate más. 35 puntos. Ni frío ni calor. Vamos, como la temporada de Osasuna.