La contracrónica del Osasuna-Sevilla: la montaña rusa ilusiona
A Osasuna le queda un calendario complicado, pero se ha ganado el derecho a soñar gracias al mes de abril que se ha marcado
La temporada de Osasuna va camino de pasar a los libros de la historia como una de las más raras jamás recordadas. Los rojillos supieron llevarse un triunfo gracias a una obra de arte de Rubén García y que esta vez el sufrimiento sirvió para meterse los tres puntos al zurrón y dejar la ilusión volar.
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Osasuna sufrió demasiado para tener un jugador más y el marcador favorable desde tan pronto. Esta vez no se puede achacar a los cambios defensivos ni mucho menos, pero parece que la necesidad de los visitantes acabó inclinando el campo en la fase final del partido.
Un mes de abril espectacular
Pero al final, el fútbol son puntos y no sensaciones y Osasuna lleva un mes de abril espectacular y eso ha reconvertido el temor de mirar hacia abajo en una ilusión tremenda por intentar aprovechar una temporada en la que meterse a Europa es más barato que nunca entre otras cosas porque van más equipos que nunca.
Y que nadie se equivoque, la ilusión de estos próximos diez días no debe ni quitársela nadie, pero poco a poco habrá que ir analizando que el calendario a Osasuna es muy complicado, con dos salidas ahora a los campos del quinto y sexto clasificado.
Es bastante complejo de explicar que un equipo que ha ganado un encuentro en 18 está metido en la pelea por Europa. Pero a veces no hay que explicar nada y solamente disfrutar de la situación mientras la vida te lo permita.
Las puntuaciones del Osasuna-Sevilla: la varita de Rubén
El arbitraje
También es difícil comentar algo lógico sobre el arbitraje. Cordero Vega decidió expulsar a Lukebakio en una decisión que si fuese al revés tendría a la parroquia rojilla bastante enfadada. Luego quiso compensar a la mínima, en cuanto Pablo fue al suelo lo echó de manera tan descarada que tuvo que llamarle el VAR a corregirle con cierta urgencia.
Y sí, contra el Sevilla también apareció Sergio en los últimos minutos para evitar que volviese esa sensación tan horrible que han dejado otros partidos de esta temporada.
Pero con este Rubén García que recuerda a su mejor versión, con Aimar, con el febril Budimir y con todos lo único que queda hacer es ilusionarse con esta temporada que es lo más parecido a una montaña rusa de cualquier parque de atracciones. ¿Y a quién no le gusta una montaña rusa?