Alessio Lisci ha despertado la ilusión dormida en el osasunismo. A Vicente Moreno le tocó hacer el año de transición entre proyectos porque así lo decidió el club y ahora habrá que tener paciencia para construir uno nuevo.
Cualquiera que haya bajado a Tajonar durante esta pretemporada habrá visto que el cambio es real. Las formas, los métodos y los automatismos que se quieren implantar son completamente diferentes a lo visto hasta ahora por las tierras rojillas. Eso llevará un tiempo hasta que funcione. Los que se crearon excesivas expectativas con el Mirandés del italiano no deben de entrar a comparar a un equipo con dos años de trabajo con otro de apenas semanas.
Va a costar en todos los sentidos. El año pasado el extremo se completó con una cesión de un jugador del Bayern, este se ha conseguido en propiedad a uno del Madrid… Castilla. ¿Es peor jugador? No tiene pinta, pero es más joven y deberá tener su espacio de desarrollo como todos los jóvenes. Contaba el otro día mi compañero Javier Saldise que aún se buscan dos jugadores más. Pues también habrá que darles cierta chance para acoplarse al exigente modelo de Lisci. Como también habrá que tener paciencia con Osambela de central o la irrupción de Mauro o Pedroarena. De a poco, con exigencia, pero sin sentenciarles a las primeras de cambio.
Y esto es raro escribirlo en el entorno de Osasuna. Una entidad que siempre ha sido diferente, pero que cada vez más, empujada evidentemente desde diversos entes como la Liga, que buscan la uniformidad de los clubes y acabar con la singularidad de cada uno, se ve influenciado por las chorradas histriónicas que lideran las redes sociales. Bueno, a veces se ve influenciado y en otras, directamente, busca influenciar como si ahí residiera algo más del 5 % de la masa social rojilla.
Osasuna no puede escuchar a ese mundo en el que se quiere todo al momento si desea construir un proyecto. A Lisci en Miranda le costó, pero la paciencia de los burgaleses les llevó a vivir momentos históricos. A Jagoba Arrasate aquí también y miren cómo acabó todo. Por eso habrá que tener paciencia, que no relajación. Lo importante es que el equipo vaya cada vez a más siempre desde la premisa básica de lograr la salvación.
Una permanencia en una Liga en clara decadencia, que ni se acerca a lo que era hace años y en la que divisa desde lejos la explosión de la burbuja televisiva. No debería de haber problemas ya que tenemos, como se anunció desde Osasuna, el “Netflix del fútbol”… Ah, no.
Otro pequeño detalle es que este inicio de proyecto ocurre en año de elecciones. Un mal arranque podría poner a muchos nerviosos (y no hablo de directivos concretamente) y exagerarlo todo ante la presión de los votos. Por eso hubiese sido importante ver si realmente se ha aprendido de errores pasados. Pero va a ser que no, pese a que sería sanísimo para la salud del club tras más de una década viendo procesos fallidos por una cosa u otra. Que luego ganase el que fuese, como si repiten los que están, pero que por lo menos pueda haber un debate real, sosegado y productivo para que Osasuna (que no es sólo el primer equipo masculino) creciese.
Un intercambio de opiniones sobre, por ejemplo, qué se quiere hacer con el equipo femenino. Si realmente se aspira a llegar a Liga F en algún momento o si es normal que exista una desbandada de jugadoras, incluidas las señaladas por el propio club como sus apuestas o las que sienten (que aún lo hacen) esta entidad en sus propias entrañas. O cómo aprovechar la importantísima obra que ya acomete Osasuna en Tajonar y que puede ayudar a estar un poquito más cerca de poder mantener a todos los canteranos rojillos. El trabajo liderado por Ángel Alcalde está permitiendo que este nuevo Tajonar pueda ser el impulso que falta para lograr eso que era una quimera hace no tantos años.
Todos esos debates podrían estar sobre la mesa, pero van a volver a verse relegados al ostracismo hasta, como siempre, que la pelotita no entre. Entonces se volverá a despertar el interés por más temas. Es triste, pero real. Mientras se podría enriquecer el ecosistema rojillo para que el club crezca de verdad sólidamente, se rechaza y se valida que se hayan anulado hasta pequeños espacios de debate como la Asamblea de Compromisarios (veremos si vuelve con la nueva). Y la oportunidad estaba a un mes vista. Pero ese mismo ecosistema ha vuelto a provocar que no ocurra.
¿Volverán los socios de Osasuna a elegir a su presidente alguna vez en su historia? Para responder habrá que tener paciencia. Y mucha más de la que hay que tener con Lisci. Así que, si se puede soportar una, no va a ser problema dejar hacer al italiano.