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Juez de línea

La soledad del portero

Si hiciéramos un recuento de los puntos que el ahora capitán Sergio Herrera ha aportado al equipo posiblemente la cifra nos sorprendería

Boyomo y Herrando se miran tras el error de Herrera, Pedrosa celebra el gol y la afición se echa las manos a la cabeza.Oskar Montero

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Dicen que hasta el mejor escribano echa un borrón. Los que día a día nos peleamos con las letras, las frases y los titulares sabemos algo de eso. ¡Qué les voy a contar! Ayer, una mala inteligencia de Sergio Herrera con Boyomo le costó dos puntos a Osasuna. El portero hizo una de esas cosas raras que de vez en cuando nos hielan la sangre y que esta vez cortó la respiración a todo el osasunismo. Cuando la grada se disponía a celebrar la tercera victoria, a felicitarse por el magnífico comportamiento de su equipo como local, a sumar el sexto partido en casa sin recibir gol, el guardameta cometió un error de bulto; uno de esos fallos de ‘tierra trágame’, de los que no encuentras un rincón en el planeta para esconderte.

No sé si el peor momento es cuando no alcanza el balón al que llegaba con ventaja o aguantar con entereza los pocos minutos que quedaban de partido expuesto a la mirada censora de la afición, al rumor de la grada e incluso a algún silbido. Hablamos mucho de la soledad del portero pero es difícil imaginar cómo vive por dentro esos momentos; más aún un tipo tan expresivo como Herrera. El fútbol es así, que diría el otro: eres un héroe si contienes al rival con tus intervenciones y un villano si te comes un gol tonto. Lo último es siempre lo primero en el fútbol. Quiero decir que para llegar a esa jugada en la que se esfuma la victoria antes el partido ha pasado por momentos determinantes, incluso en remates mucho más comprometidos; y es ahí donde Sergio Herrera demuestra por qué es no el titular en esa posición, sino su dueño sin discusión desde hace años.

Si hiciéramos un recuento de los puntos que el ahora capitán ha aportado al equipo posiblemente la cifra nos sorprendería. Es lógico que el vestuario abrace a su compañero y trate de quitar hierro al asunto, pero la imagen de jugadores tirados en el suelo y con las manos sobre la cabeza expresa lo que estaba pasando en ese momento en el que no solo se esfuman los puntos sino todo el trabajo de una hora y media larga, que no fue poco.

La cara de Lisci tras el partido era, más que un poema, una elegía. No le había gustado el comportamiento del equipo en la segunda parte, sin señalar a nadie. Pero ese segundo acto no fue muy diferente a la estrategia desplegada en los dos partidos anteriores en El Sadar; Osasuna cede el terreno y el balón, trabaja duro en defensa en duelos de uno contra uno y se encomienda a lo que pueda deparar el robo de balón y un ataque a toda mecha. No vi muchas diferencias entre lo de ayer y lo ofrecido ante Valencia y Rayo, que no puntuaron, entre otras cosas, por las eficaces intervenciones de Sergio Herrera.

Un error en cadena

El partido deparó momentos para analizar la soledad del portero y el individualismo del delantero. Dos maneras distintas de sufrir o de ver el fútbol. Porque antes del error de Herrera quedan registradas jugadas de Víctor Muñoz, Raúl García de Haro y Becker en las que olvidan el concepto de equipo y buscan la gloria personal ignorando a compañeros en mejor situación para realizar el remate a gol. De que el plan de Lisci no saliera bien también es responsabilidad de quienes en un momento dado tampoco interpretan correctamente su relación con la pelota y con el resto de jugadores que visten una camiseta roja. A la vista de lo ocurrido cabe preguntarse si el entrenador seguirá agarrado a su plan o intentará introducir cambios en la forma de llevarlo a cabo después de repasar que en las dos victorias anteriores también hubo un plus de sufrimiento, aliviado por los puntos.

Vídeo del Osasuna 1 - Elche 1

Ahora que el análisis de las imágenes es una de la piedras angulares del fútbol, tras encontrar el porqué del error de ayer sería conveniente que Herrera valorara alguna de su paradas ayer durante la segunda parte. No cura pero apacigua el ánimo. Tanto como el comprobar que en este trance el portero no está solo.

Exponen a Boyomo como ejemplo de central

El defensa no solo llama la atención de los clubes. También los analistas tácticos lo ponen como ejemplo de central cuyas zonas de calor descubren su desenvoltura. Es lo que ha hecho el analista Sergio Durán, que desmenuza en vídeo al detalle los movimientos de un jugador al que augura un próximo cambio de equipo.