Igual llegamos a la jornada 38 haciendo pruebas... No me extrañaría nada. Doce partidos oficiales y Lisci no ha dado con la tecla. Ni con la tecla ni con la partitura. Ese cambio defensivo, además, muestra a un entrenador que comienza a desconfiar de sus principios, del estilo de juego que más le agrada. También puede interpretarse como un ejercicio de realismo ante la urgencia de cortar la sangría de derrotas a domicilio y ese mal sabor de boca que dejó la remontada del Celta en El Sadar.

Pero lejos de recibir con alivio el empate, lo esperado era que Osasuna aprovechara el mal momento del Oviedo, el enfado de la afición con su entrenador y hasta los problemas judiciales del propietario del club para embolsarse los tres puntos. Sin ofrecer esa superioridad individual y como equipo, los rojillos solo dieron sensación de poder ganar el partido en el tramo final del primer acto. Sin embargo, ni Budimir, ni Víctor Muñoz ni Raúl García de Haro sorprendieron a un Escandell que volvió a sumar paradas como el guardameta que más interviene en Primera división. Ese fue el momento de Osasuna y poco más. Porque el equipo estuvo incómodo con la defensa de cuatro, sobre todo por el lateral de Moncayola; sin olvidar que por la otra banda Víctor Muñoz fue en más de una ocasión el quinto defensa, persiguiendo a su par de un área a otra y sacando a la luz una capacidad defensiva que la hinchada no había visto hasta ahora. El extremo gana empaque como futbolista: demostró que es un jugador de noventa minutos y que tiene fuelle para un esprint largo cuando el resto daba síntomas de agotamiento.

Vídeo del Oviedo - Osasuna con las mejores jugadas del partido DIARIO DE NOTICIAS

Probó también Lisci con la fórmula del doble delantero, una apuesta complicada porque tanto Budimir como Rául son dos tipos hambrientos de gol. Esta vez el trigoleador en la Copa interpretó mejor su papel en ese dibujo, con descargas que aliviaban la salida de balón cuando el Oviedo amontonaba futbolistas en la linde del medio campo, agitando a los defensas con caídas a las bandas y defendiendo con autoridad el primer palo en los saques de esquina. El croata, por su parte, ganó pocos duelos por alto a los centrales en las prolongaciones de balón, pero de su cabeza salió lanzada la pelota en el mejor remate de Osasuna en todo el partido. Dicho esto, no entiendo que Lisci retire del campo al jugador que tiene más estrecha relación con el gol aunque al partido solo le queden por delante los últimos ocho minutos. Cómo será de imprescindible su presencia que el último centro de un compañero iba medido para él... pero ya no estaba en el campo. Tampoco estaba Moi Gómez, que fue uno de los rojillos más activos en un ilusionante proceso de recuperación.

En fin, que el entrenador no parece tener ahora mismo las ideas muy claras. En ese último doble cambio del partido, entra en escena Herrando, con lo que Osasuna acabó con tres centrales. Vuelta a la idea original con el objetivo de conservar el empate. Y otra vuelta de tuerca porque el domingo anterior eligió a Osambela como titular para esa demarcación y ayer vio todo el partido desde el banquillo.

Confieso que tengo muchas esperanzas en este entrenador, que parece un tipo con ideas nuevas para Osasuna y que posiblemente, por el modelo que trata de imponer, encuentre más dificultades. La clave la puso sobre la mesa él mismo cuando en la última rueda de prensa invocó la idea de que Osasuna tenía que ser “un equipo maduro”. Ese proceso de maduración implica también al joven entrenador, que hoy cumple 40 años. A Lisci le queda mucho por aprender y posiblemente está en el momento más importante de su carrera, porque de Osasuna puede salir como un entrenador prestigiado o como una prueba fallida que le mande a la casilla de salida. Apuesto por lo primero pese a este raquítico empate.

Becker: mucho dinero, pocos minutos

Sheraldo Becker está entre los ocho futbolistas que más cobran de la plantilla. Por minutos jugados, ocupa el puesto 18º, con 81. Visto lo poco que le utiliza el entrenador, cabe preguntarse si no hubiera sido mejor invertir ese dinero en retener a Pablo Ibáñez o en la negociación con Azpilicueta...