pamplona. Cristales rotos, coches abollados, surcos y manchas de grasa en las paredes, y dos árboles arrancados de cuajo fueron algunas de las huellas que dejó a su paso el último de los accidentes (el pasado jueves) que vienen sufriendo desde hace tiempo los vecinos de la confluencia entre las calles Cordovilla y Cuenca de Pamplona, en el barrio de la Chantrea.
Decenas de vecinos se concentraron estos días y colocaron fotografías de varios de los accidentes graves sufridos en la zona, para pedir a las autoridades una solución que impida que se den más hechos como este. "Tenemos miedo sobre todo por los críos, porque es una zona con mucha gente joven y los niños pueden, en cualquier momento, salir a la calle y ser atropellados", dijo ayer Ángel Garcés, vecina del número 13 de la calle Cordovilla, quien se lamentaba de la situación a la que han llegado.
Por otra parte, los vecinos afirman que han hablado con las autoridades y atención ciudadana, pero aún así las cosas, dicen, siguen igual. "Con el último accidente la Policía nos llegó a decir que el conductor iba a 27 kilómetros por hora. Si hubiera sido así no se habría llevado por delante árboles y coches. Se creen que somos tontos", afirmó la vecina. "De momento no hemos tenido pérdidas humanas, pero no pensamos esperar a que le pase algo a alguien para que ellos decidan moverse. Vamos a dejar un plazo de tiempo al Consistorio, pero si no hacen nada y se produce otro accidente no nos vamos a quedar con los brazos cruzados. Cortaremos la calle si es necesario", sentenció Garcés al respecto.
ACCIDENTES GRAVES Los accidentes se han vuelto tan comunes en la zona, que los propios vecinos ya no tienen en cuenta la enorme cantidad de incidentes que sólo han acabado en abolladuras y rozaduras. "En los últimos tres o cuatro años he podido llegar a contar más de 20 accidentes, de ellos 15 graves", expresó Carlos Larrea, vecino del número 13 de la calle Cordovilla. "En los últimos dos meses hemos tenido hasta cuatro graves, aunque con consecuencias únicamente materiales", declaró.
Según Larrea, la intersección es una zona conflictiva debido a que por la calle Cordovilla bajan a diario muchos coches a demasiada velocidad. "El problema es el cruce, no hacen caso al ceda el paso. Y al haber coches aparcados a los lados, obliga a salir casi hasta la mitad para ver lo que viene. Es muy peligroso", reconoció.
Los accidentes, que se han venido dando durante mucho tiempo, han dejado numerosos desperfectos materiales y mucho nerviosismo entre los vecinos. "La peor parte en el último accidente se la llevó el del nº15, la casa que hace esquina en el cruce. El mismo vecino nos comentó que de milagro no le pasó nada porque, precavido, decidió salir por la puerta trasera", recordó Larrea. "A mí de hecho, una vez me abollaron el coche al dejarlo aparcado justo en el cruce. Y la vecina, me había avisado que no lo dejara ahí, pero no le hice caso. No soy el único. En el último accidente dos coches se fueron directos al desguace", aseveró Larrea. "Sólo pedimos que pongan guardias dormidos arriba y abajo de la calle para que los coches tengan que frenar", afirmó Garcés.
Asimismo, los vecinos no olvidan que otra parte del problema son los chavales que suelen "trapichear" más abajo en esa misma zona. "Están denunciados, pero siguen viniendo igual", expresó Garcés. "Los vecinos hacemos lo único que podemos, salir a la calle para intentar que con nuestra presencia se marchen, pero, a pesar de todo, esto sigue siendo la ciudad sin ley", reconoció.