ANTE la noticia de que la escuela de Buztintxuri será en inglés y con gestión externa, me he puesto a escribir. ¿Por dónde empezar? ¿Por los modelos lingüísticos impuestos, ignorando la demanda social? ¿Por la moción aprobada por el Pleno de Ayuntamiento de Pamplona con el compromiso de gestión directa de dicha escuela? ¿Por el empeño de la administración de insultar a su propia responsabilidad política y de gestión, despreciando los servicios de gestión directa (los que ellos gestionan) sobre los de gestión indirecta (los que ellos no gestionan)?
De todos es conocido que la calidad de las escuelas infantiles públicas dista mucho de la de las privadas. De este modo, las Administraciones han encontrado una fórmula genial, desde el punto de vista político y de gestión: las gestiones indirectas o externalizaciones, según modas.
Éstas permiten mantener la fama de los servicios públicos, también el concepto de lo público hacia la población, pero permite un ahorro de dinero. ¿Cómo es posible que salga más barato la gestión indirecta que la directa, si tiene que ganar una empresa intermedia? No, no es por culpa de los funcionarios y de nuestra fama de trabajar menos (yo tengo las mismas ratios y no tengo ningún apoyo dentro del aula, exactamente igual que una educadora en una escuela concertada). No, tampoco es por mi abusivo salario (de hecho gano lo mismo que la cocinera, pero a mí se me descuenta la comida)... ¿Saben por qué es? Porque así las Administraciones tienen trabajando en servicios público a trabajadoras con unos salarios ilegales para su propia normativa de gestión del personal. Si fueran trabajadoras públicas tendrían que ganar, por ejemplo: de 1.200 a 1.600 euros (según la Administración), lo correspondiente a su nivel y complemento. Pero si realizan un concierto, pueden contratar a una empresa y que ésta les pague 700 euros. De hecho el convenio estatal permite un salario de 600 euros para una educadora que puede tener bajo su cargo y responsabilidad a 18 niños, durante 8 horas diarias. Es una buena manera de ahorrar ¿verdad? sobre todo ahora que estamos en crisis.
De hecho en el Organismo de EEII de Pamplona, donde yo trabajo, estamos 10 escuelas de gestión directa y dos de gestión indirecta (las dos últimas que han abierto de jornada completa). Ahora acaban de anunciar que la última va a ser de gestión indirecta (ya van a ser tres), pero no se preocupen. Los 2 jefes (Gerente y Director técnico), administrativos, pediatra, tallerista, trabajadora social, economista, empresariales... corren a cargo de las arcas públicas, pero figuran y enriquecen con su labor a las escuelas de gestión indirecta a costa de cada vez toque a menos a las de gestión directa.
Esto produce un efecto muy curioso: sólo las educadoras, cocineras, y auxiliares de mantenimiento dependen de esta gestión indirecta (con su consiguiente repercusión económica). A su vez, como dependen de otra empresa, no están representadas en el Comité de Empresa del Organismo, pero tienen que atenerse al calendario, horarios, medidas de gestión, línea pedagógica... sin ninguna voz ni voto. Y por si fuera poco están en el punto de mira, porque estamos deseando que desaparezca este modelo de gestión y ven en peligro su futuro profesional. Bonito papelón el de estas profesionales, ¿eh?
Recientemente se pidió a la Dirección Técnica del Organismo Autónomo de EEII de Pamplona que realizara un estudio sobre el tema. La conclusión es que se ahorraba con la gestión indirecta un 15% (sectores críticos dicen que un 5%), pero ¿saldría igual de económico si a la empresa privada se le exigiera la gestión de todos los servicios que ofrece el Organismo? Lo dudo mucho. Pongámonos en el 15% del informe imparcial y objetivo del Organismo. Si tanto ahorro supone un 15% en tres escuelas (que para las trabajadoras supone bastante más que 15% de salario), voy a proponer medidas de ahorro que pueden resultar interesantes.
QUE se cree una empresa de políticos. Ellos realizan listas según ideología y se les paga un 15% menos (o lo que queramos, que para eso podemos crear un convenio estatal para puestos de representación a la ciudadanía o listo). Exactamente lo mismo podemos hacer con directores generales, de sección, técnicos... y demás puestos de designación directa o libre designación que desbordan las plantillas orgánicas de la Administraciones. Se trata de externalizar estos puestos. De hecho, ya está siendo así, pero la empresa es el partido político, que decide el nombre de las personas que van a ocupar estos puestos, pero qué curioso, lo hacen con salarios públicos, no privados.
También podemos reducir las pensiones vitalicias de senadores, presidentes autonómicos, ministros, presidentes de gobiernos... que cobran para toda su vida, tan sólo por ocupar un día esos puestos. Se me ocurren un millar de medidas de ahorro que no se dediquen a fastidiar directamente a las trabajadoras, que día a día nos ganamos el sueldo de mileuristas (muchas ni eso), pese a haber dignificado con nuestro trabajo diario los servicios públicos. En la clase política y dirigente, pese a que la situación de crisis es fruto de su mal hacer, y cada vez salen más noticias vergonzosas en la esa misma línea, son intocables. A ellos no les pueden afectar las medidas anti crisis. De hecho todo intento de cundir con el ejemplo lo hacen exprimiendo a los obreros. Fácil modo de ser ejemplar.
En mi casa hemos bajado en gastos de ropa, de regalos, salidas… (inversiones a corto plazo) pero mis hijos siguen estudiando, haciendo deporte, socializándose… (inversiones de futuro) y, por supuesto, mi pareja y yo hemos sido los primeros en ajustarnos el cinturón. ¿Qué pretende hacer la Administración?