pamplona. El primer vehículo matriculado en Pamplona era un Peugeot, motor 7401, de 10-12 caballos de vapor, y propiedad del pamplonés Cayetano Lapoya. Aquel espléndido coche tenía como matrícula el distintivo PA-1, ya que todos los vehículos de Navarra tuvieron durante los primeros años las siglas de Pamplona. El Peugeot de Lapoya fue dado de baja el 30 de agosto de 1962, así que duró la friolera de 55 años, lo que hoy sería casi imposible.

Entre los primeros vehículos de Pamplona se encontraba también el del ingeniero Daniel Múgica (uno de los que proyectó el tren Irati), un Fiat de 24 caballos con matrícula PA-4; las matrículas PA-5 a PA-8, todos Peugeot, fueron inscritos a nombre de la Sociedad Laurak-Bat de Pamplona, y el PA-13 fue propiedad de otro histórico, el fundador de los licores Esparza de Villava, Teófilo Esparza.

Hay que señalar que para esas fechas, se había aprobado en 1897 el Reglamento para el servicio de coches automóviles por las carreteras, que establecía como límite de velocidad en las carreteras los 28 kilómetros por hora, que reducía a 14 kilómetros/hora en las travesías de los pueblos. Hoy en el término municipal el límite está establecido en 50 km/h., aunque el Ayuntamiento puso en marcha el año pasado en varias calles del Ensanche, un límite más restrictivo, de 30 km/h. En toda Navarra, había en 1925 hasta 665 turismos y 124 motos, y la red de carreteras tenía 2.330 kilómetros. ¿Cuánto valía un coche? En 1920, se anunciaban automóviles Torpedo por 11.500 pesetas (Murillo era el representante de Fiat en Pamplona), y en 1926 Ignacio Lafuente, del garaje de Tejería, 22, alquilaba un Salmson, por 50 céntimos kilómetro.

el carné se daba al coche Según el estudio Navarra, punto de arranque, de 1986, las primeras licencias para conducir se concedían "a los automóviles y no a los conductores", ya que las autoridades "entendían que si alguien adquiría un vehículo, se daba por hecho que el comprador era el primer interesado en dominar las técnicas de conducción". El certificado costaba 30 pesetas, que en 1907 eran un gasto muy considerable. Años después se establecería el carné de conducir, que en 1929 costaba 60 pesetas. Entonces, las pruebas se hacían en el antiguo Matadero, y "con arrancar el coche, moverlo unos metros adelante y atrás, y parar junto al bordillo ya era suficiente para el aprobado". Ya en 1948, los exámenes prácticos se realizaban en el entorno de los Caídos (el examinador ni se subía al coche), tras pasar un tes oral sobre señales y normas en la Delegación de Industria, que se situaba en la calle Gorriti.

Años después los exámenes se pasaron a las Escuelas de San Francisco (10 preguntas de señales y 10 del Código de Circulación), y fue en 1934 cuando se dio un salto cualitativo, con la apertura de la primera autoescuela, que Zunzarren abrió en la calle Labrit, 3. Para dar las clases utilizaba un Topolino de 4.500 pesetas. Pero se daba la circunstancia de que "muchos alumnos se enamoraban del coche de la autoescuela, y si sus ahorros se lo permitían, acababan comprándolo",