Síguenos en redes sociales:

Las dos caras de San Saturnino

roldán jimeno separa la historia de la fábula en la figura del patrón de pamplona

Las dos caras de San Saturnino

En San Saturnino de Toulouse y la cristianización de Pamplona: gestación de la leyenda y su evolución hasta 1611 Jimeno retrocede hasta el siglo V para ubicar la primera fuente que habla del obispo y que lo sitúa en Toulouse hacia el año 250. Pero fue en el VI cuando "se magnificó su figura, alterando su cronología y relacionándolo personalmente con San Juan Bautista y el apóstol San Pedro", según recoge Jimeno.

Así es como en 1614 la figura de San Saturnino aparece en una obra de Prudencio de Sandoval en un relato que continúa "la tradición medieval, adornada con nuevos elementos legendarios". En ella se cuenta que Saturnino fue bautizado por San Juan Bautista y fue uno de los 72 discípulos de Jesús y protagonizó "diferentes sucesos milagrosos narrados por los evangelios".

El culto a Saturnino llegó a Pamplona a finales del siglo XI, cuando se puso su nombre a la parroquia que a su vez nombró al burgo, durante el reinado de Sancho Ramírez.

La leyenda habla también de la relación de San Saturnino con San Fermín, a quienes se les relacionó por primera vez en un manuscrito de Amiens del siglo X u XI. En este se narra cómo el senador Firmus declara que se convertiría al catolicismo si San Saturnino se desplazaba en Pamplona. Según se recoge en el escrito, Saturnino acudió y en tres días bautizó a cuarenta mil personas y "dejó aquella nueva cristiandad bajo el gobierno de Honesto". Fue este sacerdote quien "instruyó a Fermín, el hijo mayor de Firmus, y lo envió a predicar a los diecisiete años". En los escritos posteriores, en cambio, Jimeno señala que las menciones a la relación entre estos dos personajes "se reducirá prácticamente a los autores amienenses y navarros".

El voto de honor a San Saturnino tuvo lugar el 26 de noviembre de 1611. La procesión se celebraría el día 29 y el cabildo catedralicio era el encargado de pronunciar los sermones a los que se fueron añadiendo " nuevos relatos legendarios que pasaron al imaginario popular local", apunta Jimeno. Estas aportaciones se fueron consolidando en el tiempo hasta nuestros días, inspirando la monografía de Juan de Albizu en torno a la historia de la parroquia de San Saturnino en 1945.