EN 1923, el panorama político estatal estaba francamente revuelto. Todavía resonaban los ecos del desastre de Annual, en el que miles de soldaditos españoles, a los que nada se les había perdido en África, habían sido masacrados por los rifeños marroquíes, y de hecho este mismo año, el 1 de febrero, el temible líder Abd-el-Krim se había dignado devolver a los presos españoles que tenía aún en su poder. Esto no consiguió apaciguar a la opinión pública ni silenciar el ruido de sables que resonaba en la España cuartelera. Finalmente la cosa terminaría mal, porque el 13 de septiembre de aquel mismo año el general Primo de Rivera habría de dar un golpe de Estado, implantando una dictadura militar que duraría 7 años.

La fotografía nos muestra una escena de Pamplona aquel año. Vemos en primer plano a un miembro de la jet pamplonesa, que posa indisimuladamente luciendo su capa. Junto a él acaban de pasar dos tipos de condición más humilde, con abrigos largos y pequeñas y ceñidas boinas. Detrás, el trazado de la futura calle Arrieta está delimitado por una serie de postes eléctricos y por la línea de árboles. A la izquierda vemos el chalet de la familia Martinicorena, el primero de los edificios construidos en este Segundo Ensanche, y en el extremo de la foto, en construcción, la casa correspondiente hoy en día al nº 11 de la avenida de Carlos III, en concreto la esquina que actualmente ocupa la cafetería Zucitola.

HOY EN DÍA, la zona ha cambiado hasta el punto de hacerla totalmente irreconocible. El chalet de Martinicorena, como tantos otros de esta zona, desapareció en algún momento de los 89 años transcurridos entre ambas fotos, y en su lugar vemos una casa moderna de cinco alturas. Y la casa que alberga la pensión en la foto nueva viene a coincidir con el punto donde se alzaba el primero de los postes de madera en 1923.

La calle Arrieta lleva el nombre del músico garestarra Emilio Arrieta (1823-1894), renovador del género musical de la zarzuela, y de cuyo nacimiento se habían cumplido cien años en la fecha de la foto antigua. En cuanto a la calle Bergamín, va dedicada al político malagueño Francisco Bergamín (1855-1937), ministro del tiempo de Alfonso XIII. Así querían agradecerle las gestiones que había hecho para que los militares permitieran la construcción de este Segundo Ensanche, terminando de una vez por todas con ese carácter de "plaza militar estratégica" que ridículamente le habían colgado y que impedía su desarrollo. Ah, y sin olvidar que 1923 fue también el año en el que Howard Carter descubrió la tumba del faraón Tutankamon en el Valle de los Reyes egipcio. Apenas dos meses después, el 5 de abril, moriría su mecenas y protector Lord Carnarvon, por la picadura de un extraño insecto y dando origen a la leyenda de la supuesta maldición del faraón.