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Mendillorri Dos décadas inventando un barrio

hace 20 años que se entregaron las primeras vpo en el que durante la década de los 90 fue el barrio de los niños

Mendillorri Dos décadas inventando un barrioFoto: patxi cascante

nuevos desarrollos urbanísticos como Sarriguren son un calco de lo que fue Mendillorri hace ahora 20 años. Aquel trajín de silletas y de vecinos recién llegados se ha trasladado unos cientos de metros, mientras en Mendillorri los primeros vecinos en llegar al barrio ven cómo se cumplen dos décadas desde su llegada. Quienes recorrían las recién inauguradas aceras del barrio en silletas son ahora adolescentes o veinteañeros y los jóvenes que accedieron a aquellas primeras VPO adquieren el derecho a la venta libre al cumplirse 20 años.

Esta circunstancia se da en el caso particular de Mendillorri, donde se permite a los dueños vender libremente sus pisos a pesar de que la última modificación legal fijó un periodo de 30 años con efecto retroactivo para descalificar las viviendas. Técnicamente, en caso de que la vivienda se vaya a vender, hace falta redactar una notificación previa dirigida al Gobierno foral en la que se dé cuenta del precio de venta y de quiénes son los compradores , aunque se trata de un mero trámite ya que al cumplirse los 20 años no existen requisitos en este sentido.

La cuestión de las descalificaciones en Mendillorri ha estado cargada de polémica ya desde los inicios del barrio. Los primeros años de esta nueva urbanización coincidieron con el inicio de la especulación inmobiliaria que comenzaría a hinchar la burbuja. En principio, las viviendas de promoción pública se entregaban con el requisito de un plazo mínimo de cinco años para que los pisos pudieran venderse en el mercado. A finales de los 90 en Mendillorri, Etxabakoitz Norte o zonas de la Rochapea se empieza a extender una práctica especulativa muy lucrativa. Pisos de VPO adquiridos seis años atrás por entre cinco y diez millones de pesetas (entre 30.000 y 60.000 euros) se vendían al cumplirse ese plazo de cinco años por hasta 28 millones de pesetas (169.000 euros) -previa devolución de la ayuda pública, de hasta cuatro millones de pesetas-.

En el año 1999 el periodo para descalificación paso de los 5 a los 12 años, un plazo que se alargaría hasta los 20 años en 2003 y que, finalmente, se fijaría en los 30 años en 2004 . Durante las cuatro fases en las que se han acometido los desarrollos urbanísticos de Mendillorri se han construido 4.685 viviendas. Si bien la cuarta fase se terminó de calificar entre 2001 y 2002, la inmensa mayoría de las viviendas del barrio, hasta 3.107, pertenecen a las tres primeras fases, de entre 1992 y 1995. En aquellos años llegaron a Mendillorri la mayor parte de los vecinos del barrio. En 1998 este nuevo desarrollo tenía cerca de 8.000 vecinos y hoy tiene 11.452. A diferencia de barrios ahora en ciernes como Lezkairu y Erripagaña, donde los vecinos están llegando a cuenta gotas, Mendillorri se llenó de vecinos en muy poco tiempo.

el que menos inmigrantes Los particulares inicios de este barrio han hecho que sea uno de los que tiene una pirámide poblacional más característica. La franja de población más numerosa es la de personas de entre 45 y 49 años (1.940 vecinos), seguida de la de entre 10 y 14 años (1.283). El 37,8% de los vecinos tiene entre 40 y 54 años, y el 27,7% entre 10 y 19, mientras que apenas un 3,9% es mayor de 70 años. Sin embargo, el porcentaje de niños menores de 5 años es de apenas un 3,82%, frente al 11,48% de Buztintxuri y al 15,32% de Sarriguren. Además, Mendillorri es de largo el barrio con menos población inmigrante, apenas un 5,4%, un dato bajísimo en comparación con el 22,3 % de Buztintxuri, el 20,7% de Etxabakoitz y el 19,7% de pamploneses nacidos en el extranjeros residentes en la Milagrosa.

Si hoy el barrio del baby boom es Sarriguren, Mendillorri lo fue en los años 90. "Al principio, durante los años de las obras, veníamos a colarnos para ver cómo evolucionaban los trabajos. Una vez que nos entregaron las llaves, lo primero fue amueblar los pisos y creo que después nos dedicamos a tener hijos. Llego el babyboom y recuerdo que las silletas no cabían en las aceras al cruzarse. En su día salió la noticia de que éramos el barrio con el mayor índice de natalidad de Europa", explica Jon Barcia, que llegó de la Rochapea hace dos décadas, con 26 años, y que ha criado a sus dos hijas, de 14 y 9 años, en Mendillorri.

Al otro lado de la barra del bar La Bodeguita del Medio, Montxo Elía, su propietario, recuerda cómo tocó hacer barrio desde el principio. El suyo fue el primer establecimiento hostelero de Mendillorri en septiembre de 1993 y ha sido una especie de punto neurálgico en estas dos últimas décadas. "Yo llegaba del Casco Viejo y entonces aquí no había nada. Recuerdo que los árboles de detrás del bar los sembré yo en el invierno de 1992", explica. "Mendillorri era el culo del mundo entonces y los accesos a Pamplona eran peores. Además, era un lugar de muy poca dotación y un barrio muy dormitorio", apostilla Barcia. A partir de aquel punto de partida tocó trabajar para dar vida a este lugar: las primeras fiestas del barrio, el primer Olentzero ya en diciembre de 1993, las reivindicaciones exigiendo más atención... "La primera reivindicación fue la de que se instalase el modelo D, que se terminó consiguiendo, y también recuerdo la lucha para que se estableciese una guardería en un lugar con tanta natalidad, creo que incluso hubo una acampada", añade Elía.

de egüés a pamplona Dentro de la corta historia de Mendillorri hay una fecha especialmente importante: el 1 de julio de 1998. Desde aquel día paso a ser un barrio más de Pamplona tras cinco años en los que no faltaron polémicas institucionales y un referéndum de carácter no vinculante entre todos los habitantes del Valle. La pregunta fue la siguiente: ¿Está usted de acuerdo en que Mendillorri se separe del municipio del Valle de Egüés?. Y las respuestas se dividían entre partidarios de la segregación y quienes optaban por seguir vinculados a Egüés.

Además, en caso de que la respuesta fuese afirmativa, se planteaba la posibilidad de que Mendillorri se constituyese en municipio o que pasase a formar parte de Pamplonan. Tenían opción a votar todos los habitantes del Valle mayores de edad y el 74,3% fue partidario de la segregación (un 71,3% en Mendillorri y un 96,5% en los pueblos del valle). Posteriormente, el 60,8% de los vecinos apoyó la anexión a la capital navarra. Finalmente, el Ayuntamiento del Valle de Egüés ratificaría la decisión, mientras que Gobierno de Navarra y Ayuntamiento de Pamplona se encargarían de las negociaciones posteriores.

un barrio sin plaza A día de hoy, una de las principales carencias que encuentras los vecinos es la falta de un lugar de encuentro para todos, una plaza del barrio. Mikel Garcés, primer tutor de modelo D en Mendillorri hace 18 años, remarca que falta ese lugar de encuentro. "Visto desde fuera, que soy del Casco Viejo y ahora vecino de la Rochapea, considero que falta una plaza del barrio, un lugar de encuentro para los vecinos con bares y cafeterías en el entorno. Al principio el barrio estaba lleno de silletas y ahora se ve a los jóvenes de paseo, de un lado a otro porque no tienen un lugar. Por otro lado, creo que el Ayuntamiento de Pamplona en su momento se vio en la tesitura de aceptar la unión de Mendillorri, pero en mi opinión le ha aportado muy poco al barrio. ", añade.

A falta de un lugar de estas características, otra proyecto conseguido a base de mucho trabajo vecinal como es el nuevo patio entre los colegios Elorri y Mendillorri cumple, también fuera del horario escolar, las veces de punto de encuentro para los más jóvenes. Sin embargo, esta carencia de un epicentro en un lugar que, por otra parte, está lleno de plazas cerradas parece evidente. "Se dice eso de juventud divino tesoro y es verdad, pero tantos jóvenes de entre 16 y 20 años son una bomba de relojería. ¡Son más que nosotros!", comenta con sorna Montxo Elía.

Jon Barcia también coincide al percibir esta laguna, aunque entiende que se ha conseguido que en las dos últimas décadas el barrio forje su identidad : "Los chavales no tienen dónde meterse y son cuadrillas enormes, puedes ver a chicos y chicas de la misma edad que van de 20 en 20. De todas formas, creo que ellos tienen más arraigo al barrio que nosotros y se ha ido fortaleciendo esa identidad. Mis hijas se han criado aquí, han estudiado en Elorri, sus amigas son de aquí y en su cuarto tienen la pegatina del barrio. Para ellas Mendillorri es algo importante", concluye.