pamplona - El abrazo de la kizomba enganchó a Eneko Colmenero y Cristina Martínez, y desde hace seis años imparten clases de este baile africano en la academia de Ezkaba Baila con Eneko. Tienen 33 y 32 años, y además de pareja de baile, comparten una vida en común. "El baile es un estilo de vida", aseguran. Ellos predican con el ejemplo. Durante todos los días, de lunes a domingo, imparten clases de diferentes estilos, aunque confiesan su predilección por la kizomba, baile también llamado tango africano. Creen que el aumento del interés por aprender a bailar que se ha producido en los últimos años tiene que ver con la parte "social" y el ambiente que se crea alrededor de ello, desconocido para una gran mayoría. "El baile hace y rompe muchas parejas", comentan.
"Ahora no se considera raro que un chico baile", apunta Eneko, quien practica esta afición desde los 17 años y ha conseguido convertirla en su trabajo. Recuerda sus comienzos y el cambio que se ha vivido en este mundo en apenas 10 años: "Cada vez hay más gente joven bailando. Cuando yo empecé bailaba con matrimonios de 50 años para arriba y se asociaba a los bailes de salón. Ahora viene todo tipo de gente y de todas las edades". Cuando inició la carrera de Magisterio de Educación Física no sentía predilección por el baile, pero llegó a él "por casualidad", al hacer un trabajo sobre el tema. "No iba para esto, pero me gusta bailar y enseñar actividad física", dice. Se define como "un profesor de bailes latinos que se ha ido reconvirtiendo", ya que la popularidad que la salsa o merengue tenía hace unos años ahora se comparte con el aumento de interés en bailes africanos, como la citada kizomba. "El 70% u 80% de alumnos que tengo hacen bailes latinos, el estilo sigue en auge, pero dentro de este porcentaje muchos se están aficionando también a la kizomba", expone.
"La evolución y el incremento de la gente que baila se ha dado porque se ha convertido en algo social", destaca Eneko. "Nosotros no enseñamos bailes de salón, sino bailes que tienen mucho tirón porque son sociales y hay una convivencia entre ambos aspectos. Se ha creado una cultura en torno al baile que engloba eventos, excursiones o congresos", amplía. La peculiaridad a la hora de enseñar este tipo de bailes, es que procuran descubrir a los alumnos -que van desde los 16 hasta los 70 años- los movimientos, estilos y bases de ritmo, "para que luego ellos puedan hacer sus coreografías y creen sus propios bailes".
el abrazo de la kizomba El baile que causa sensación a Eneko, Cristina y cientos de pamploneses -"Pamplona es la segunda ciudad tras Madrid en la que más se baila kizomba", afirma Eneko- es relativamente joven. Llegó hace más de 10 años a la península a través de Portugal, tiene su origen en Angola y Cabo Verde, y significa "fiesta" en el idioma angoleño. "Se baila muy pegados y se parte de un abrazo, como en el tango. Aunque al principio un abrazo produzca rechazo, es muy agradecido. La gente lo siente y hay mucha conexión en la pareja", indica Eneko. "Para mí ha sido un descubrimiento. Así como en otros bailes muestras una actitud distinta, de fuerza hacia afuera, la kizomba es un baile a nivel emocional o sensitivo", interviene Cristina.
A la hora de describirlo, Eneko recuerda unas palabras que escuchó en una conferencia: "Bailar kizomba es escribir una poesía en un folio en blanco, y cuando acaba la canción la poesía se esfuma". Según explican ambos, quien interpreta el rol de chica se entrega a quien interpreta el rol de chico, que es el que guía el baile, aunque "ambos interpretan la música juntos", matizan. "Produce una sensación de abandono y se genera mucho respeto porque la chica se entrega y se deja llevar", detalla Cristina. "En tres minutos que dura el baile, solo existes tú y tu pareja", agrega Eneko. La técnica que llevan a cabo con quienes se inician en el aprendizaje de la kizomba es vendar los ojos a quienes cumplen el papel de chica.
A los dos les sorprende la expansión de este baile, pero no creen que "desbanque" a la salsa, que tiene una cultura muy arraigada y que es el baile con más éxito. "Está aumentando mucho su popularidad a nivel estatal y aún parece que va a crecer más, pero no va a desbancar a la salsa. Probablemente lleguen a compartir ambientes y popularidad, porque la kizomba no se trata de una moda pasajera", opinan. Ellos, fieles a este novedoso baile, se mantienen enganchados al abrazo africano.