pamplona - La venta de cientos de alimentos a granel ya es un hecho en Pamplona. Hace seis meses nació un nuevo negocio impulsado por Javier Oreja, que ofrece más de 230 artículos diferentes entre legumbres, cereales, especias o infusiones. Desde lenteja coral ecológica, sésamo negro, cous cous o escalivada, pasando por curry, harina o setas y frutas deshidratadas. El joven, de 38 años, inauguró Cuarto y mitad, en la calle Mañueta, con el objetivo de salir del paro y haciendo un cambio rotundo en su vida.
"La idea la tuve pensando en parejas o personas que viven solas y a las que comprar 1 kilo de legumbre se les queda grande", explica. Con ello en mente y "porque había que lanzarse a hacer algo", visitó Barcelona para conocer establecimientos del estilo. "Hay que reinventarse", afirma. Él lo hizo, después de haber perdido su trabajo en la construcción. "Ha sido un cambio de vida. Después de haber tenido siempre un sueldo fijo ahora he pasado a depender de las ventas de cada mes, pero estoy contento, es una labor mucho más liviana", destaca.
Aunque dice que es pronto para hacer balance, se muestra contento y afirma "ir tirando poco a poco". "Hoy en día cuesta mucho arrancar un negocio porque la cosa está parada, pero está gustando la idea y los productos y me quedo con eso", comenta.
Sus clientes eligen los productos y cantidades "al estilo de un autoservicio", y entre ellos, los más numerosos son "parejas sin hijos, personas que viven solas, y personas mayores que ya no viven con sus hijos y a las que poder elegir la cantidad justa de alimentos les viene bien". Como curiosidad, Oreja relata que muchos vienen "con recetas en la mano", en busca de las cantidades exactas necesarias para elaborar algunos platos.
Una gran parte de sus productos son ecológicos, y la gran mayoría artesanales. En cuanto a los más vendidos, cita risotto y fideuá "preparados de forma artesanal, no industrial" o la harina. "Vendo mucha harina a granel, de producción ecológica y de distintos tipos de cereales, para gente que se hace su propio pan", indica. Las frutas deshidratadas también se consumen "como si fueran gominolas" y las especias e infusiones "se venden principalmente porque se puede elegir la cantidad". Los que buscan artículos más especializados, encontrarán también algas o salsas internacionales como la Teriyaki. Su idea, tras estos meses de prueba, es "ir cambiando y renovando los alimentos que no tienen mucha salida".
Como pequeño comercio, encuentra dificultades por la competencia producida con los grandes centros comerciales, pero es positivo y considera que el público al que él se dirige es diferente. "Creo que los jóvenes se interesan por lo de antes y que están volviendo otras formas de comprar. Lo de ahora se está quedando obsoleto porque no funciona y hay que pensar en nuevas formas de hacer las cosas", termina.