Pamplona - “Tengo orgullo de ser del norte”, dice una de las canciones a las que Roberto Urrutia Ugal da voz en su último disco, Roberto Urrutia, un paso más. Aunque la letra hable de lo que supone ser de Monterrey (México), encaja a la perfección con la naturaleza navarra de este mariachi, nacido en la Chantrea hace 36 años. Este trabajo saldrá a la luz el 18 de abril y llega, dice Urrutia, después de una evolución personal. Un mariachi que, en lo musical, combina pacharán con tequila, ligando jota navarra y ranchera.

“En Navarra se lleva mucho la ranchera, hay mucha pasión y cultura de este estilo de música y en todos los programas de las fiestas de los pueblos, siempre hay un mariachi”, explica Roberto. Nació en una familia de músicos, muy ligada a la jota navarra. “Pero como soy morenico, la gente suele pensar que soy mexicano”, confiesa entre risas. Sus primeras aventuras con las notas musicales las tuvo con este folklore: “Toco el acordeón, así que empecé acompañando a joteros y en una orquesta de este instrumento”. El gusto por la ranchera siempre asomaba, pero terminó por aflorar cuando conoció a Chuchín Ibáñez, otro mariachi de esta tierra. “Después de tres años con él, empecé a montar mi propio formato y poco a poco la demanda empezó a ser mayor”, cuenta. Tanto, que este nuevo álbum es el sexto de su carrera. Con los trabajos anteriores ha recorrido parte importante de la geografía navarra y del norte del Estado: Gipuzkoa, Bizkaia, Galicia, Asturias...

El cambio de la jota a la ranchera no le fue difícil ya que, tal y como explica Urrutia, son estilos muy similares: “Musical y armónicamente, ambos comparten, en muchas ocasiones, la medida o el uso del acordeón, entre otros”. También son similares los temas de los que hablan: el amor y desamor.

Pero Urrutia, que, cuando no está sobre un escenario vestido con su traje de luces mexicano, da clases de acordeón y es educador social en la asociación de gitanos La Majarí, subraya que, un navarro, por muy bien que lo haga, cante una ranchera, no es lo mismo que lo haga un autóctono. “Es como si un mexicano interpreta una jota... no es igual”, compara.

Eso sí, “el sentimiento siempre es el mismo”. Coraje, amor, tristeza, despecho... “eso es internacional”, comenta Urrutia. Sentimientos que hay que “poner a flor de piel para interpretar bien una canción. Aunque no siempre hay que haberlo vivido para saber sacarlo; ponerse en la piel de lo quien siente lo que cuenta la letra es algo que el artista debe saber hacer, ser empático y saber transmitir ese mensaje”, detalla.

UN PASO MÁS Además de estar sobre los escenarios y sacar un disco tras otro, Urrutia y su grupo también se dejan ver en bodas y celebraciones, así como debajo de algún balcón cantando serenatas. “Es muy bonito, la gente se emociona mucho”. Y es que, dice Roberto, esta música enamora. Algo pasó así con su mujer: “A ella ya le gustaban las rancheras, pero lo que le he cantado influyó para que cayera”, ríe.

Cuenta Roberto que el nombre de su disco llega porque “ha habido un antes y después en mi carrera, a la que he dedicado más trabajo”. Además, no todos los temas que lo componen son rancheras. “Quiero dar al público lo que quiere”, señala. Por eso, no solo ofrece rancheras tradicionales, sino también piezas más profundas, menos comerciales, como jarochos y huapangos, además de cumbias. Y, entre otras novedades, comparte una canción con su hijo mayor, de 7 años, quien no solo hereda el nombre de su padre, sino su pasión por la música ranchera. “Es el dúo que más emoción y satisfacción me ha dado”, confiesa.

La puesta en escena del nuevo disco, Roberto Urrutia, un paso más, tendrá lugar el 18 de abril a las 19.00 horas en el salón de actos del colegio de los Salesianos de Pamplona. Urrutia interpretará parte de las 16 canciones del álbum, además de otras piezas habituales en su repertorio, entre las que habrá jotas y estampas, y estará acompañado por numerosos artistas: Miguel Ángel, el mariachi de la cantina; los trompetistas Jon Osés y David Lanz; el guitarrista Hernán Cortés, también a la vihuela; el violín Eneko Páez; Sergio Pérez al guitarrón; el acordeón de Javier Marañón y las voces de Ana Ganuza, María Herrera, Arantza Herández y Josu Hernández.

Las entradas, a 3,50 euros, ya pueden adquirirse en las tiendas de alimentación Hermanos Larreta (calle San Agustín 18, en el Casco Viejo de Pamplona) y Ortiz (avenida Villava 18, en el barrio pamplonés de la Chantrea). Además, desde una hora y media antes del inicio del espectáculo, podrán comprarse en taquilla.