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En busca de un remedio contra la avispa asiática

Ernesto Astiz lleva casi cuatro años investigando la plaga de avispa asiática que llegó a Navarra en 2010 y que se va extendiendo por toda la península

En busca de un remedio contra la avispa asiática

pamplona - En octubre de 2011, Ernesto Astiz Igoa vio por primera vez avispas asiáticas en un árbol de la Vuelta del Castillo. Apasionado desde niño por el mundo animal, enseguida entró en contacto con apicultores afectados de Malerreka y comenzó a interesarse por esta especie invasora que produce un impacto “sordo pero brutal”, en las abejas autóctonas y en la biodiversidad en general, con consecuencias futuras imprevisibles. Desde entonces, de forma autodidacta, no ha parado de estudiar a la Vespa velutina nigrithorax, una especie llegada de Asia que se reproduce a velocidad de vértigo.

Ernesto Astiz, casado y padre de tres hijos, es autónomo y administra dos empresas familiares. Desde 2011 dedica todos sus ratos libres a la que casi se ha convertido en su segunda profesión. Diseña trampas para capturarlas en Huarte, su pueblo natal, y las experimenta en colmenares de Bera. Todos sus hallazgos los expone públicamente en un canal de Internet en el que ha colgado nueve vídeos sobre la avispa asiática y uno sobre la extinción del jilguero y del gorrión. La prueba de que sus investigaciones interesan es que su canal es uno de los más vistos del sector, con 90.000 visitas.

pasividad Sin embargo, no parecen estar tan interesadas las administraciones públicas. Se confiesa “dolido” por la pasividad que manifiestan todas, desde la Unión Europea al Gobierno de Navarra. “Hace dos años envié un escrito al Gobierno dándoles las coordenadas de ocho nidos y exponiéndoles los vídeos que tenía publicados entonces; pregunté por teléfono quién estaba investigando este tema y me dijeron que nadie”, lamenta. “Así que puedo decir que hago esto porque nadie lo hace, es una cuestión de responsabilidad. No tengo ningún interés económico”, asegura.

A lo largo de estos años Astiz ha capturado miles de avispas en trampas que él mismo diseña utilizando redes, mallas, coladores, botellas, pegamentos, cubos de basura, pinzas, cazamariposas y otros elementos. Ahora mismo, Astiz está en uno de los momentos más apasionantes de su trabajo, el primer experimento conocido en el mundo con reinas fundadoras vivas en cautividad. Esta primavera capturó 117 ejemplares. Conservó doce vivos, pero algunos murieron por frío o por estrés y ahora tiene cuatro, que ha marcado para distinguirlos y con los que prueba distintos parámetros para intentar entender el comportamiento de las avispas y, a partir de ahí, erradicarlas.

De su trabajo en estos meses concluye que la avispa asiática puede vivir en cautividad por lo que “podemos estudiarlas y reproducirlas en laboratorios para obtener feromonas, las sustancias que emiten para comunicarse”. Ha descubierto al menos dos feromonas, una que dejan para atraer a las demás a donde hay comida y otra para señalizar el peligro. “Si las reproducimos tendremos productos para atraerlas hacia trampas específicas o para hacer repelentes, tal y como existen para otros insectos”, dice.

También ha comprobado que solo comen dulces como miel y frutas. “No comen abejas ni pescado, ni carne; he llegado a darles incluso caviar, pero no lo quieren. Eso demuestra que los insectos que capturan no son para alimentarse sino que los descuartizan y hacen una especie de bola con ellos para alimentar a sus larvas, para suministrarles la proteína que necesitan”. Otro dato comprobado es que tienen “una gran facilidad para aletargarse y no morir de frío; pueden estar cinco días o más sin moverse”. De hecho, a partir de sus experimentos observa que este año solo han muerto por frío un 33% de las reinas fundadoras, “por lo que este verano nuestras especies van a padecer mucho”, señala.

buscando un biocida Otra de sus líneas de investigación consiste en capturarlas, aplicales un insecticida y soltarlas para que cuando regresen a sus nidos acaben con las demás. El problema es que no existe un producto específico, por lo que ha probado con insecticidas de uso público. Astiz desconoce por el momento el resultado de esta experiencia, pero considera fundamental que los laboratorios den con un biocida adecuado. “Se tendrían que ir desinfectado las zonas, como se hace con otras plagas”, señala.

En realidad, considera que la solución no tiene que ser difícil ya que “es un insecto que se ve, que es fácil de capturar, que se desarrolla en nidos y, por tanto, que es abatible”. Por ello, “bastaría con encontrar ese biocida o insecticidada específico, impregnarlas y soltarlas para que al regresar al nido lo exterminen. El biocida solo afectaría al sistema nervioso del insecto y los daños colaterales serían inapreciables”.

Ernesto Astiz está convencido de que estas dos líneas de investigación, la producción de feromonas y la fabricación de un biocida específico, serían las claves para luchar contra la plaga. Existen otros métodos como los cebos, pero con ellos “no controlas qué animales se los comen”, defiende Astiz.

Ahora lo que hacen principalmente los apicultores es colocar trampas con líquido atrayente, “pero eso es paliativo, ya que solo se capturan aproximadamente un 20%”. También es efectivo que bomberos o personal con pértigas telescópicas retiren los nidos que están a la vista, aunque tampoco es una solución definitiva porque “quedan muchos que siguen reproduciéndose”, advierte.

Astiz considera que se trata de un problema global, que no solo afecta a los apicultores, ya que la avispa asiática ataca y destruye cualquier insecto mayor que la cabeza de un alfiler y “cuando acaben con las abejas irán a por otra especie”. En cualquier caso, sostiene que Pamplona no es el hábitat ideal para la Vespa velutina. Astiz ha constatado que no resisten bien el frío ni el calor, viven mejor en temperaturas entre 15 y 30 grados, y la lluvia también les afecta, por lo que cree que su expansión en los próximos años se dará en la costa mediterrénea. “En cuatro años abundarán como moscas”, concluye.

266 avisperos en 2014

Evolución. La primera observación de avispa asiática en Navarra se produjo en 2010 en las ramas de un chopo de Luzaide/Valcarlos, y a partir de ahí esta especie invasora ha colonizado buena parte de la vertiente cantábrica. En localidades como Etxalar o Bera se han localizado decenas de avisperos. También se ha detectado en la Comarca de Pamplona y más al sur, en Olite por ejemplo, y al este, en el Monte Peña. En 2014 el Departamento de Medio Ambiente detectó 266 nidos. - P.G.

¿Qué es? La avispa asiática ha evolucionado en varias subespecies. La presente en Navarra es la Vespa velutina nigrithorax, de coloración oscura, con abdomen marrón negruzco y segmentos diferenciados con una pequeña banda amarilla.

Hasta 5 centímetros. Las obreras miden alrededor de 3 centímetros y la reina es más grande (4-5 centímetros).

En Asia. Vive en el norte de la India, en China y en zonas de Indonesia.

Por Burdeos. La avispa asiática fue descubierta en el departamento francés de Lot et Garonne en 2005. Se cree que llegó al puerto de Burdeos en un barco procedente de la región china de Yunnam.

Expansión. La propagación de la plaga ha sido más profunda hacia el norte (ya se encuentra en Bélgica y en 34 departamentos de Francia), pero también ha llegado al sur. A la península entró por Gipuzkoa y Navarra en 2010, un año después llegó a Galicia y en 2013, a Cataluña. También se ha encontrado en La Rioja.

Hábitat. Construye los nidos, generalmente esféricos, en los árboles, pero también en construcciones humanas. Un nido grande puede tener más de mil avispas.

Daños. Es extremadamente agresiva con las abejas domésticas y con otros insectos. Sin embargo, es poco agresiva para el hombre aunque sus picaduras pueden revestir gravedad, sobre todo en caso de alergias.

ernesto astiz “este invierno solo ha muerto el 33% de las reinas”

A partir de la observación de sus experimentos, el experto augura un verano en el que las especies autóctonas “van a padecer mucho”.