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Barrancos, cascadas y foces de Navarra al alcance de todos

Francisco José Padilla ha publicado una guía que recoge más de setenta descensos por barrancos, cascadas y foces de Navarra

Barrancos, cascadas y foces de Navarra al alcance de todos

pamplona - Con 30 años de experiencia en la montaña y más de 23 en el mundo del barranquismo, a Francisco José Padilla le ha llegado el momento de contar parte de lo que sabe. Desde abril está en las librerías su libro Barrancos, errekas, cascadas y foces navarrensis, una guía de lugares cercanos en los que es posible practicar este deporte, pero que también es útil para cualquier persona simplemente interesada por la naturaleza. “Más de la mitad de los descensos que propongo no estaban editados; hay cuatro que conoce todo el mundo pero hay muchas más propuestas que pueden ayudar a completar un fin de semana”, señala Padilla.

La idea de esta publicación, la primera del autor, viene de muchos años atrás, pero ha cuajado en los tres últimos: “No es una idea original, ya venía colaborando con compañeros, pero hace tres o cuatro años me animé porque había encontrado descensos nuevos y había material como para editar un libro. Se unieron varias circunstancias: madurez personal y deportiva, experiencia, el haber conocido a mucha gente...”, añade. El resultado es esta obra de 344 páginas en la que propone más de 70 descensos divididos por zonas geográficas de Navarra. Cada ficha incluye la presentación, un mapa, los accesos, las características técnicas, croquis hechos a mano y actualizados, datos históricos, anecdotario, fecha de la última visita, apuntes de fauna y flora, y lugares de interés en el entorno. Se ilustra con más de 450 fotografías, la mayoría del propio Padilla, además de algunos relatos inéditos de pioneros en los descensos.

Francisco José Padilla los ha hecho todos, “algunos una vez y otros diez veces”, observa, en distintas condiciones climáticas. “Los barrancos son un medio vivo; no es lo mismo un descenso en primavera que en invierno, cuando está seco que cuando tiene agua”, añade. No están todos los que conoce porque no ha pretendido hacer un catálogo, pero “dentro de lo que conozco, está lo más representativo”. Padilla considera que en Navarra no hay descensos técnicamente complicados, salvo algunos en las Malloak “que implican dificultad porque tienen bastante verticalidad y los accesos tienen su riesgo”. Algunos son sencillos, en los que el aficionado puede empezar. “He intentado abrir el abanico. Por supuesto que es una guía para gente que hace barranquismo, hacen falta cuerdas, material... pero también está abierta a gente a la que le gusta la naturaleza, el senderismo, conocer la fauna y la flora, los rincones que no son habituales”, sostiene.

deporte de moda El barranquismo es un deporte entre la espeleología y la montaña. En Navarra no cuenta con federación propia y lo practican tanto espeleólogos como escaladores, aunque “hay mucha gente que solo hace barranquismo”, asegura Padilla. Ahora mismo está de moda: “Muchos se van por Europa y a otros continentes a descender barrancos; antes los líderes eran los franceses pero ahora posiblemente sea en España donde la gente está más activa”, opina.

Y entre esos activos se encuentra Francisco José Padilla. “Un grupo de amigos que vivíamos en Barañáin empezamos con la espeleo. A partir de ahí algunos se fueron a la escalada y otros seguimos con los barrancos”, recuerda. Empezó por Navarra y Huesca, pero pronto comenzó a salir más lejos. Ha estado en Francia, Suiza, Italia, Brasil, Cuba, Argelia, Madeira... pero aún le quedan retos: “Este verano iré a Azores y también tengo el capricho de hacer barrancos en Nueva Zelanda”.

Al contrario de lo que pueda intuir el profano, Padilla opina que el barranquismo no es una afición cara. “Si te quieres comprar todo el equipo de golpe vale un dinero, pero es un deporte que nunca se debe practicar solo, por lo que hay mucho material que se puede compartir. Tampoco hay por qué comprarse un traje de neopreno nuevo, ahora hay cantidad de posibilidades”. Además, el monte sigue estando abierto: “No tienes que pagar por bajar un barranco, aunque en algunos existen sus reglamentos”, señala.

¿Y es un deporte peligroso? Padilla tiene claro que depende de cada uno. “Estamos en la naturaleza; si hay tormenta, hace frío o hay poca luz puede ser peligroso. La naturaleza entraña un cierto riesgo, que siempre dependerá de la exposición que esté dispuesta a asumir cada persona, además de la preparación física y técnica, del equipo y de lo que veas allí. Hace unos días murió un barranquista portugués en Galicia. Yo he estado allí dos veces y las dos me he vuelto porque bajaba mucha agua. Hay que tener un poco de cabeza, ver hasta dónde quieres arriesgar porque nadie va a un sitio para no volver. Si ves que no se puede, es mejor hacer otra actividad o irte a almorzar”, reflexiona.

Para un barranquista avanzado como Francisco José Padilla, el ideal deportivo es explorar nuevos lugares, arriesgarse a entrar allí donde nadie ha estado, “no por un ego personal sino por verlo y luego contarlo”. Pero también se puede practicar a otro nivel y sin salir de casa, y a todas esas personas quiere llegar con su libro: “Lo importante es que la gente conozca nuevos rincones de Navarra, que se animen a ir al monte con cabeza y sobre todo abrir este deporte a la gente joven”, concluye.