Desde 2007 se han denunciado 23 agresiones y 97 casos de amenazas a empleados de Dornier
Trabajadores de la zona azul ponen en evidencia su inseguridad y piden más apoyo municipalEn este año se han tramitado 2 denuncias graves y 4 más por vejaciones
Pamplona - En la última década, concretamente desde 2007, se han registrado un total de 23 casos graves de agresiones físicas denunciados, así como otros 97, referidos a amenazas, injurias, insultos y vejaciones a los vigilantes de la zona azul. Son datos oficiales y demuestran que la agresión del pasado jueves, si bien es uno de los que mayor repercusión ha tenido, no es aislado. En lo que va de año, se han denunciado 2 agresiones físicas graves a trabajadores de Dornier y otros 4 casos han sido denuncias por amenazas, injurias e insultos.
Fuentes de los trabajadores consultadas calculaban ayer que en lo que va de 2016 se habrán producido “unos 5 casos graves de agresiones”, eso sin contar que “hay muchos más, la mayoría”, según una delegada del comité de empresa, “que no llegan a los tribunales”. El ocurrido la semana pasada a una empleada del servicio cuando vigilaba la zona hospitalaria y que fue arrastrada por el suelo es, según sus compañeros y compañeras consulados por este periódico, “uno de los más graves” de los últimos tiempos, aunque también recuerdan el caso de una trabajadora a la que “le llegaron a agarrar del cuello para ahogarla y que ya no volvió a trabajar”. La empleada agredida el pasado jueves se encuentra “muy mal, de baja”, según sus compañeros. Por su parte, la agresora, que fue detenida tras los hechos, se encuentra en libertad con cargos, a falta de que finalice la instrucción de la causa y sea juzgada.
Los vigilantes de la zona azul no cuentan con un protocolo específico a la hora de enfrentarse a una agresión, solo un botón de emergencia. La mayoría de las veces los sucesos vienen motivados por las denuncias que los usuarios se encuentran en el cristal de su vehículo, y son de carácter verbal. “Desgraciadamente estamos acostumbrados a que nos insulten”, señalan, pero en ocasiones también les llegan a agredir físicamente. Antes los vigilantes disponían de un talkie, con el que podían comunicarse en el momento “con todos los compañeros”, pero desde 2006 se les cambió el sistema por una PDA o agenda electrónica. “Tiene un botón de pánico en la pantalla, pero muchas veces ni te da tiempo a sacarla de la funda, ni a encenderla, si, por ejemplo, te viene uno y te agarra por detrás. Es irreal, porque encima estamos solas en las rutas”. Cuando se acciona este botón (el punto rojo junto a las letras Empark, que se ve en la imagen de la derecha) conecta con la central, y a través del GPS les localizan y acuden los agentes.
Una trabajadora de Dornier que prefiere preservar el anonimato, indica que “llevamos una última temporada que parece que se han incrementado las agresiones, pero no, esto ha ocurrido desde siempre”, quizá “esta última temporada han sido más visibles”. Hace unos días, aparecieron en Facebook “unas amenazas a un compañero, que la empresa ha denunciado”, y localizaron otra en Twitter del mes de mayo. Dentro de unos días, un vigilante, según señala, “tiene un juicio por los insultos racistas que recibió y los empujones”, un caso ocurrido hace en torno al mes de mayo en la Milagrosa.
“TRABAJAMOS CON MIEDO” “La mayoría de las veces te tienes que defender como puedes. Le das al botón, pero a veces, para cuando llegan, ya se encuentran al compañero con un ataque de ansiedad hecho polvo. Hemos sufrido hasta intentos de atropello. Por eso, trabajamos con miedo, porque no nos olvidemos que nosotros ponemos multas que pueden ser de hasta 200 euros”. Y eso que, como aseguran y pese a lo que la gente se pueda pensar, “nosotros no recibimos comisión por denunciar. Ni hemos tenido nunca ni queremos tener”.
Los representantes del Comité de Empresa se reunieron ayer para abordar el tema, aunque prefirieron no avanzar qué medidas van a llevar a cabo. Ya en 2006, los empleados protagonizaron una huelga de 52 días, y una de las reclamaciones que planteaban (y no se atendió) era un plus de penosidad de 40 euros, porque entre sus funciones está la de multar como si fueran agentes de la policía.
Porque los trabajadores de Dornier están obligados, según el apartado 7 del pliego de condiciones del contrato firmado con el Ayuntamiento ya en las anteriores legislaturas, a la formulación de denuncias “por dobles filas, estacionamientos sin tique ni tarjeta, excesos del tiempo abonado, paradas o estacionamientos en pasos de peatones, vados, carga y descarga”, es decir, “se nos extiende una función de Policía Municipal para la cual no estamos cualificados”.
Hospitales, zona delicada
De gran movimiento. La zona azul de Hospitales, donde tuvo lugar la agresión a una trabajadora el pasado jueves, forma parte del llamado distrito ORA 1, que engloba también el Casco Viejo y el Ensanche, y en el que trabajan a diario unos 35 vigilantes. En concreto, en la zona hospitalaria, que desde 2014 cuenta con más de 500 plazas reguladas, se establecen tres rutas de mañana y tarde, con 3 controladores. “En Hospitales nunca había pasado algo tan grave”, a pesar de que en su día, los trabajadores ya plantearon a la empresa que a esta zona “acude gente enferma, que acude a una consulta, que ha recibido un mal diagnóstico, o con familiares ingresados... Y en estas situaciones, a veces se les olvida el tique”. Por eso, el comité ya planteó a la empresa que se tuviera especial delicadeza con determinados casos y la grúa no acudiera.
Apoyo de Geroa Bai. Geroa Bai de Pamplona muestra su apoyo a la trabajadora de Dornier agredida el pasado jueves. En un comunicado, el grupo municipal de Geroa Bai expresó su “solidaridad” a esta trabajadora, así como a “toda la plantilla” de Dornier. Asimismo, Geroa Bai insta a la ciudadanía a “respetar el trabajo de los empleados y empleadas que se ocupan de la vigilancia de las zonas de aparcamiento”.
Las denuncias las debe adverar un agente municipal
Los vigilantes disponen de un sistema de PDA o agenda electrónica y cuando advierten de una infracción, remiten una foto a la central de grúas donde un policía municipal debe adverar (firmar electrónicamente), basándose en la foto.
Unas 10 denuncias diarias. Depende del día y zonas, pero un vigilante puede poner unas 10 denuncias en una jornada.
1998
en Pamplona. La zona azul se implantó en Pamplona en el año 1998. Los empleados vienen a cobrar, sin contar antigüedad, unos 1.000-1.100 euros.
Una empleada
“No hemos tenido ni queremos comisión por multar”
Los trabajadores desmienten el rumor de que reciben comisión.
Por agresiones. Hay varios casos de sentencias por agresiones a vigilantes. En 2015, se condenó a dos mujeres con 15 días de multa (225 euros en total) cada una por una falta de coacciones a una vigilante. En 2014, se multó a un ciudadano, por una falta de daños, con 120 euros, y otros 80 por una falta de injurias, por tirar la PDA de la vigilante y romperla. Y un último caso, de 1999, muy curioso. Se le multó, y el denunciado le profirió gritos del tipo “pide ayuda, que si no te mato ahora, ya te pillaré después”. Fotografió a la vigilante y puso pegatinas con su cara por todos los parquímetros con el eslogan Cueces o te enriqueces. 84 euros de multa por una falta de amenazas.