pamplona - Un problema de salud fue el causante de que la cocinera Tina Asensio comenzase a interesarse por la alimentación macrobiótica, basada en el estudio de las energías y en el principio del Yin y el Yan y cuyo objetivo es encontrar el equilibrio a través de diferentes alimentos naturales y no procesados como verduras, pescado, legumbres, semillas, algas o frutas. “Sufrí una transformación”, asegura Asensio, que a raíz de esta experiencia decidió convertirse en embajadora de este estilo de vida. “Pensé que algo tan bueno y que a mí me había ayudado tanto tenía que transmitírselo a los demás”, apostilla esta cocinera que hizo de la macrobiótica su pasión.
Una pasión que recientemente la ha llevado al Museo de Educación Ambiental para transmitir sus conocimientos sobre cocina macrobiótica y ecológica a la población pamplonesa. “En Pamplona hay mucha cantera. Es un tipo de cocina que gusta y cada vez hay más personas interesadas, porque ven que algo falla y que no se sienten bien o porque conocen a alguien que lo practica o que están muy interesadas en la alimentación vegana o ecológica”, explica Asensio, que no duda en asegurar que poner en práctica este estilo de vida es “necesario tener información y conocimientos para reconocer cual es nuestra energía en el momento y, luego, saber cómo podemos complementarla” a través de los diferentes alimentos.
Fue precisamente esa necesidad por difundir este estilo de vida y por acercar los secretos de la macrobiótica a los vecinos y vecinas de Pamplona la que dio vida en 2013 a la Euskal Eskola Makrobiotikoa, una escuela de cocina natural, saludable y energética, y a Baratza Kafea, un restaurante y café macrobiótico, vegano y ecológico en el que se pueden degustar platos como tempuras de brocheta en seitán o falafel con salsa de hierbabuena o bocadillo de tofu marinado, con lechuga, pepino, rabanitos, tahin y mostaza. Dos espacios anexos, situados en la Travesía Bernardino Tirapu 5, en los que las personas que compartan este estilo de vida puedan compartir su pasión. “No se trata solo de aprender una cocina saludable, sino también de ofrecer un espacio en el que crecer, tanto a nivel físico como mental”, apunta Asensio.
Así, en la Euskal Eskola Makrobiotikoa se imparten numerosos cursos y talleres de cocina en los que la macrobiótica es la protagonista. “También es un espacio en el que crecer y mejorar tu estilo de vida y el de los que te rodean”, señala la directora de esta escuela en la que se ofertan cursos anuales de formación, divididos en dos bloques de un año cada uno, y también cursos y talleres de iniciación a la macrobiótica y la comida energética. “El concepto de este programa es que luego también puedan disfrutar de esa comida en su casa. Son clases cortas en las que se elaboran dos o tres recetas y se da mucha información que gira en torno al tema de ese curso, por ejemplo, encurtidos”, explica Asensio, convencida de que “para tener salud hay que cocinar”. “Esta cocina es costosa, pero compensa. El tiempo que pasamos cocinando es un tiempo invertido en nosotros y en nuestra salud”, abunda esta cocinera.
libro En 2014, Tina Asensio recibió una propuesta que más adelante se llamó Recetas para curar el tiempo y el alma. “Fue una propuesta de una editorial de Cataluña para escribir un libro sobre alimentación energética y la nutricionista Maite Zudaire me propuso hacer la parte de las recetas”, recuerda Asensio, para quien este proyecto fue “una gran oportunidad” que dio como resultado un libro con más de 50 capítulos, 80 recetas y muchos consejos. “Mereció mucho la pena y puede facilitar mucho la transición hacia una alimentación más sana”, confiesa.