Caluroso adiós a San Fermín Txikito
La imagen fue arropada en su día grande por cientos de vecinos que se sumaron a la tradicional procesiónLas altas temperaturas de más de 30 grados marcaron la jornada festiva
pamplona - Cuando los servicios de limpieza todavía terminaban de pulir las calles tras una noche de juerga en honor a San Fermín de Aldapa, los más ansiosos esperaban frente a la basílica para decir adiós al santo: “Hay que estar una hora antes para coger buen sitio. Menos mal que estamos a la sombra”, aseguró María Jesús Fernández, pamplonesa de 60 años, mientras combatía los más de 30 grados con la brisa de su abanico.
Poco antes de que San Fermín de Aldapa saliera a recibir a los cientos de vecinos que se congregaron para acompañarlo en procesión, Duguna Dantza Taldea ultimaba los detalles de su vestimenta para estar a punto. Entre los dantzaris se encontraba Oier Santamaria Remón, que se emocionó al ser la primera vez que bailaba en San Fermín Txikito: “Desde pequeño he venido a ver la procesión y conseguir estar en ella es muy emocionante. Tenía un nudo en la garganta desde que he visto a mi familia a lo lejos y cuando los he abrazado no he podido contener las lágrimas. Para mí es muy importante que estén aquí”, confesó mientras su padre, Txus Santamaria, y su abuela, Elita Rekarte, lo apoyaban.
Fue la corporación txiki la que abrió camino a la figura de San Fermín de Aldapa, que fue portada por Manu Gurucelain, Iñaki Ruiz, Juan Antonio Ruiz, Fermín Hernando y David Hernando. Este último lleva más de 30 años cumpliendo el mismo cargo y no espera jubilarse pronto: “Ahora mismo lo significa todo. Mira toda esta gente”, dijo mientras señalaba a todos los vecinos que escoltaron al santo por las calles del Casco Antiguo.
La música corrió de la mano de La Pamplonesa, aunque los joteros también contribuyeron con una aurora dedicada a San Fermín de Aldapa en la que le hicieron una petición: “Dale a Pamplona días de fiesta que sean estas de gozo y paz”. Una vez en Navarrería varios vecinos se emocionaron al escuchar Es la jota de mi Navarra mientras Diego Gurucelain, de 8 años, y Xabi Hernando, de 10, fueron aupados para ofrecer dos ramos de flores que dejaron a los pies del santo.
Los dantzaris despidieron a San Fermín de Aldapa con un arco formado por espadas que guió al santo hasta el interior de la iglesia. Después, Duguna bailó la ezpatadantza en la plaza del Ayuntamiento mientras la bandera de Pamplona ondeó frente a la atenta mirada de cientos de personas.
Una vez terminada la procesión, los vecinos de Iruña se resistieron a volver a casa y disfrutaron curioseando los puestos artesanales que invadieron las calles del Alde Zaharra. Marcos Muruzabal aprovechó para ojear un posible regalo: “Hoy (ayer) celebramos el cumpleaños de mi hermano y de mi primo, así que espero encontrar algún detalle para ellos”, explicó mientras almorzaba un talo de chistorra.