pamplona - La fundación Gizakia Herritar/París 365 celebra su década de vida en una situación económica realmente delicada. Siempre han dicho que nacieron con voluntad de desaparecer; significaría que no hacen falta. Su presidente, Patxi Lasa, explica qué les ha llevado a esta situación y por qué deben seguir ahí. Y van a lanzar la campaña SOSParís365 para reivindicar su presencia en la sociedad navarra.

En el 10º aniversario se encuentran con esta situación. Una efeméride amarga.

-Sí, amarga además porque esperábamos que con el aniversario, las cosas que hemos hecho y la repercusión en prensa, fuera un año teóricamente bueno. Pero no ha sido así.

¿Cuál es la realidad económica del París 365?

-Hicimos un balance el 30 de septiembre y nuestra sorpresa fue importante. Una vez consolidado el presupuesto, las pérdidas son de alrededor de 67.000 euros. Los donativos de particulares se han reducido en unos 32.000 euros. Pero no es solo eso. Las donaciones de empresas y otras entidades se han reducido en 12.700 euros. Y las subvenciones, que algunas ya estaban congeladas, en otros 10.000 euros. El resto del descenso es de las huchas y campañas de recogida de donativos. Esto nos alertó mucho. Y tenemos un hándicap. Cerramos 2018 con 1.300 euros de beneficios, pero arrastrábamos unas pérdidas de 100.000 euros del año anterior que salvamos con un préstamo de 50.000 euros de personas del patronato y otros 50.000 euros que pedimos a Triodos Bank. No podemos pedir más financiación y además hay que devolver esos 100.000 euros. Y estamos a menos 67.000 euros.

¿Hasta qué punto está comprometida la viabilidad?

-La situación es grave. Tenemos una tesorería para aguantar hasta enero, pero sin un repunte importante de ingresos corremos peligro de cerrar. No es legítimo que empecemos a no pagar a los trabajadores, y no tenemos capacidad de financiación después de los préstamos. Tampoco podemos arriesgarnos a entrar en deudas particulares de personas del Patronato, que son trabajadores y pensionistas. Ni tenemos grandes empresas, ni grandes inversores ni personas con un patrimonio como para sostener la actividad del París.

¿Cuáles cree que son los motivos de esta situación límite?

-Por un lado, la competencia con las ONG. Cuando empezamos salía muy poca gente a la calle para recaudar fondos, y ahora está todo el mundo; carreras, eventos, conciertos... La gente está saturada. Por otro lado el apoyo institucional y de las entidades financieras. El discurso mayoritario es que estamos saliendo de la crisis. Parece que los comedores sociales ya no tienen prioridad a la hora de recibir ayudas. Eso es muy preocupante. Hay mucha necesidad, y de hecho hemos notado un incremento de la demanda. En el ámbito de lo social se habla mucho de proyectos innovadores. Para nosotros lo innovador es salir del día a día. Dar de comer es un recurso de emergencia.

¿A cuántas personas atiende el comedor y la despensa que depende de este?

--A unas 600 al mes, y 240 son menores. Tenemos listas de espera tanto en el comedor como en la despensa, como hacía meses que no teníamos. Con esta perspectiva, un incremento de la demanda tan importante y este resultado, el miedo es que esto no se pueda mantener hasta el final de año. Está en peligro la viabilidad del comedor y de la despensa.

¿El número de socios es estable? ¿No puede sostener esto?

-Los últimos años se mantiene estable. Son unos 500 socios, con una recaudación en 2018 de 103.000 euros. Se mantiene gracias a eso y a los voluntarios. La principal pelea estos 10 años ha sido económica. Nuestro presupuesto oscila entre los 750.000 y 800.000 euros, es complicado sacarlo adelante. Y los voluntarios, entre 400 y 450 personas activas, han sido el alma y la base del proyecto. Gracias a ellos hemos tirado para adelante.

La idea será seguir tirando...

-Sí, pero siempre y cuando podamos llevar una actividad normalizada. Vamos a tener que reducir algunos recursos y emprendimientos, y desde luego al menos hasta el 30 de enero hacemos un llamamiento a la sociedad. A partir de ahí va a depender de la respuesta de la ciudadanía, instituciones y entidades financieras.

¿Qué estructura tiene el París 365? ¿Cuántos empleados?

-Entre comedor, viviendas, cocinas, Garabato... la estructura fija es de unas 8 personas. Varía con los emprendimientos y en función de programas a los que nos presentamos.

Hay quienes les achacan que han querido abarcar mucho.

-Hemos ido respondiendo a las demandas en función de nuestra economía, siempre con un colchón. Ahora que hemos visto estos problemas de viabilidad tendremos que cerrar algunos recursos para intentar mantener el comedor y la despensa, que no está garantizado a día de hoy. Nacimos con el comedor, apostando por el derecho a la alimentación. Es nuestra bandera y tenemos que seguir con ella.

En estos diez años, ¿nunca se habían encontrado una situación tan delicada?

-Hasta ahora teníamos tesorería para poder cubrir pérdidas. La gestión siempre ha sido muy profesional. No tenemos obligación de hacer auditorías externas, y sin embargo las hacemos desde que empezamos. Manejamos dinero de instituciones, entidades financieras y de muchos particulares. Hay que dar una explicación de dónde va el dinero que recibimos. Y eso se hace a través de una auditoría externa, que está dos meses al año revisando cuentas y toda la documentación. Tenemos controles de los proyectos de la administración y de los proyectos de las entidades financieras. Y además hacemos esas auditorías.

Vamos, que no han hecho el kamikaze con los recursos y las cuentas están claras.

-Habrá decisiones que salen bien y otras mal, pero estamos muy tranquilos con las cuentas. Y siempre hemos tenido capacidad como para mirar cuatro, cinco o seis meses por delante sin problema.

Van a iniciar la campaña ‘SOSParís365’. ¿Por qué hay que responder a la llamada de socorro de este proyecto?

-El nuestro fue el primer comedor social no vinculado a entidades religiosas que se abrió tras la crisis. Hemos tenido un impacto emocional en la ciudadanía, y es importante mantener un proyecto local, que trabaja en la alta exclusión en contacto directo con las personas. El París tiene ese gran valor. Solemos decir que no hay que perder tiempo en hablar tanto. Hay que actuar y hacer cosas concretas. Creo que lo hemos hecho, y una parte de la sociedad así lo reconoce.

10 años de paris 365

Comedor solidario. Se han repartido 277.982 desayunos, comidas y cenas.

Despensa solidaria. 10.241 cestas básicas.

Sopa caliente. 1.430.

Txoko. 18.837 estancias.

Asesoría jurídica. 35.571 consultas gratuitas.

Garabato. 417 niños y niñas atendidas en su comunidad de aprendizaje.

Voluntariado. 1.644 personas voluntarias.

Vivienda. En este recurso se ha atendido a 219 personas.

Personas atendidas. En estos diez años, el París 365 ha atendido a 9.072 personas.