Ainhoa Salcedo vive en la Colonia de San Miguel, la zona más antigua de toda la Txantrea, donde este año se van a rehabilitar 1.116 viviendas. Los vecinos ya tienen las subvenciones adjudicadas, la constructora contratada y solo falta que el Ayuntamiento de Pamplona les conceda la licencia de obra. Cuando el Consistorio dé el visto bueno, las obras durarán ocho meses. "Van a tardar un poco más porque en este caso también van a poner ascensores", explica Ana.

En un principio, Ainhoa y sus vecinos solo iban a arreglar las goteras del tejado y las humedades en la fachada, pero vieron que con las ayudas que les ofrecía Nasuvinsa les salía más barato las obras del aislamiento, que a su vez solucionaba el problema de las humedades y las goteras. "Nos ayudaron a declarar nuestras viviendas zona vulnerable, lo que nos permite optar a subvenciones municipales. Sin su conocimiento, no iríamos a rehabilitar nuestras casas", asegura Ainhoa.

En concreto, su vivienda es de principios de la década de los 40, con las paredes de adobe y sufre graves pérdidas de calor. "Para tener una temperatura de 22 grados, hay que tener encendida la calefacción todo el día a tope. Eso supone pagar entre 250-300 euros al mes, una cantidad que no me puedo permitir", confiesa. Ainhoa destina 150 euros al mes, lo que le permite mantener la casa durante el día a 19 grados. Eso sí, con jersey porque las paredes "de tanta humedad que hay, están frías y transmiten ese frío".Por si fuera poco, su hija padece asma y ha visto obligada a comprar un deshumidificador. "Las paredes siempre están húmedas y es muy molesto. Todos los veranos, abro las ventanas para que las paredes se sequen y así poder rascar el moho", relata. Ainhoa ve con mucha esperanza la rehabilitación, pero lamenta que no les hayan concedido ya la licencia. "Ves que la obra la tienes de la mano y que, sin embargo, tienes que pasar un invierno más. Y cada vez son más duros porque la casa con el paso del tiempo está en peor estado", finaliza.