Mustafa Aydemir levantó la persiana de su local de comida turca, Luna de Estambul, a finales de septiembre, a pesar de las innumerables adversidades a las que tuvo que hacer frente. “Cogimos el local el 1 de febrero de 2020, un mes antes de que estallara la pandemia. Empezamos la obra y la rehabilitación del local, pero nos vimos obligados a parar. En verano comenzamos de nuevo con las reformas y por fin pudimos abrir a finales de septiembre”, relata Mustafa.
Sin embargo, los siguientes meses tampoco fueron halagüeños: el Gobierno de Navarra decretaba el cierre de todos los establecimientos de hostelería. “Trabajamos un mes y se cerró todo. Pasamos un invierno muy duro, lo pasamos muy mal y ahora primavera a ver qué tal. Hemos conseguido una licencia de terraza, que aunque sea un poco ayuda”, reconoce Mustafa.
A ello, hay que sumar el estigma de falta de limpieza e higiene al que, según Mustafa, han contribuido “otros locales pequeños montados como kebab y que en mi opinión lo gestionaron bastante mal. Se ha creado una muy mala imagen y romper eso va a costar un poco”, augura.
A pesar de todo, poco a poco van afianzando su clientela y “cada persona que viene repite porque le gusta lo que les estamos ofreciendo”, asegura. Luna de Estambul prepara el tradicional kebab, pero también otros productos como el Iskender, pinchos de pollo y de cordero, ensaladas, Kunefe, Baklava o Kadayif. “Aquí todo el mundo cree que la comida turca solo es kebab y el abanico es mucho más amplio”, señala.
Además, las series turcas están jugando un papel fundamental en el pequeño negocio: “Creo que la gente está entrando por las series turcas. Nos están ayudando mucho. Cada vez que vienen dicen ‘pues yo veo Love is in the air, yo Mujer...’ Me he quedado muy sorprendido”, confiesa.