El Café Roch quiere abrir en Sanfermines y ya está preparado. El emblemático establecimiento, que cerró esta primavera tras la salida de los últimos inquilinos, quiere volver a la actividad, esta vez de la mano de los propietarios, la familia Roch, aunque aún dependen de la licencia municipal, que no llega. “Queremos hacer ruido. No abrimos por hacer dinero, sino que queremos transmitir que el Roch no se cierra y que el Ayuntamiento tiene que colaborar en que este café histórico siga vivo”, explica Eduardo Valle, bisnieto del fundador del café hace casi 125 años, en 1898, Eugenio Roch Duquet, junto a su esposa, Josefina Ubiría.

En los últimos días, ha vuelto el movimiento a la centenaria bajera de la calle Comedias, ya que los propietarios del inmueble están acondicionando lo que queda del café: “Los anteriores hosteleros se llevaron todo, incluidos los muebles, protegidos en grado 3 por el Catálogo municipal”, lamenta Eduardo Valle. 

El tema está denunciado por la familia Roch ante el área de Urbanismo del Ayuntamiento de Pamplona, porque “se trataba de elementos que han sido sustraídos a la ciudad, al estar protegidos”, pero cinco meses después no han obtenido respuesta del Consistorio, un silencio administrativo que no comprenden: “Creemos que hay un poco de pasividad e inacción por parte del Ayuntamiento”, indica.

"Confiamos en que el Ayuntamiento nos dé la licencia para estos Sanfermines"

EDUARDO VALLE ANDRÉS - Propietario del local del Café Roch

También ha pedido la familia Roch al Ayuntamiento que se les traslade la licencia de actividad clasificada del bar, “una vez que han sido desalojados los inquilinos”, pero no han sabido nada aún. El anterior arrendatario anunció que quería transferir esta licencia al local de las tres zzz, en frente, en la misma calle, pero, según Eduardo Valle, “incumple el Pepri y varias normativas más, porque la fachada está protegida. Como se sabe, el Plan Especial del Casco Viejo recoge que éste es zona saturada para bares, por lo que una licencia de actividad es un bien muy valioso. En el caso de cafeterías y restaurantes, marca una serie de distancias mínimas para nuevas aperturas.

Lo que ocurre con el Roch es que la licencia estaría ahora en manos del inquilino que fue desalojado, mientras que los propietarios del local solicitan este permiso para que el bar centenario siga en activo. Para eso demandan al Ayuntamiento que se implique, por ser una “joya histórica de la ciudad que no se puede perder”.

Fachada del centenario establecimiento, a la espera de tener licencia para abrir en San Fermín. Unai Beroiz

“Que el Roch siga vivo”

La idea de los dueños del Roch es abrir al público estos Sanfermines. Han pintado, limpiado y están llenando las estanterías, las cámaras y haciendo acopio de los barriles de cerveza. “Estamos a un tris de poder abrir, pero no sabemos si llegaremos al día 6”.

Eduardo Valle Andrés forma parte de la cuarta generación de este establecimiento del Casco Viejo, uno de los más antiguos de la capital. “La gente veía la puerta abierta y muchos se paraban y nos preguntaban”, dice y añade que “no sé si vamos a poder funcionar como bar, pero aquí vamos a estar, abiertos, al pie del cañón, luchando para que lo que mi abuelo abrió no lo cierre este señor o, en su caso, el Ayuntamiento por inacción”.

El inquilino: "La propiedad del negocio es mía"

Por su parte, el inquilino del Café Roch hasta febrero de este año, Víctor Armino, desmintió lo señalado por el dueño del local y afirmó que en 1984 adquirió “por 6 millones de pesetas” el negocio “conocido como Café Roch, en su estado actual”, con todas “sus instalaciones, enseres y mobiliario” y en el “mismo local”, según explica, con un alquiler de 60.000 pesetas al mes. Añade que la “marca comercial y el rótulo” los tiene registrados, y respecto a que la propiedad es suya “me dio la razón el juzgado” en dos ocasiones.

"En 1984 compré el negocio conocido como Café Roch con todos sus enseres y mobiliario"

VÍCTOR ARMINO - Propietario de la licencia del Café Roch

En 1988 él mismo recibió del “Ayuntamiento de Pamplona” la licencia de actividad clasificada del bar, que hasta entonces “no tenía”, dice y que acogiéndose al artículo 89 del PEPRI va a trasladar esta licencia al local de las Tres ZZZ situado en frente, cuando el Ayuntamiento resuelva su solicitud presentada en diciembre de 2021: “El artículo permite desplazar la actividad a la planta baja de un inmueble o a 150 metros como máximo”, cuando parte de ésta se ubique en “elementos comunes”, como ocurriría en este caso con el acceso al baño situado en las escaleras.

También explica Armino que el Ayuntamiento “ya ha dicho dos veces que la licencia es mía”, la última en febrero de este año, y que ellos “solo” son propietarios del inmueble. “Fue cosa de ellos que cesara el café centenario y desahuciaran a los trabajadores”, se lamenta. Y una cosa más: “Todos los elementos, la vidriera y el mobiliario irán al nuevo local, al del antiguo Tres ZZZ”, quiere dejar claro Víctor Armino y añade que, según recoge el Catálogo municipal, estarían protegidos solo elementos "como la barra de mármol, la escayola de los techos, algunos estantes y el grafismo del rótulo".