Desde el año 1872, Churerría La Mañueta ha alegrado el paladar de los pamploneses y pamplonesas. Tras cumplir el año pasado 150 años con churros, música, flores y cariño, el histórico establecimiento pamplonés ya tiene calendario y nuevos precios para 2023. Abrirá el sábado 24 de junio y el sábado 1 de julio de 8 a 11,30 horas, y durante todas las fiestas de San Fermín del 7 al 14 de julio, en horario de 6 a 11 de la mañana.
Asimismo la churrería abrirá los domingos de octubre, de 7,45 a 11 de la mañana. La materia prima ha subido de precio y la docena de churros asciende a 8,60 euros, 60 céntimos más que el año pasado, mientras que la rosca se venderá a 26 euros, 2 más.
Con la llegada de una sexta generación a los fogones, el equipo lo conforman entre 12 y 15 trabajadores. Algunos pertenecen a la familia Elizalde y otros son contratados.
El primer paso es poner a hervir agua con sal de Salinas de Oro en una caldereta. Cuando hierve, el agua se vierte sobre un cubo repleto de harina de secano y bardenera y se remueve con un palo de madera durante varios minutos. "Cuando la masa está lista, se deja reposar cinco minutos para que coja cuerpo y se vaya yendo parte del vapor que ha soltado. Después, se vuelve a remover con el mismo palo", describe Antonio Etxarri, que lleva 40 años haciendo churros.
A continuación, los moldes se llenan de masa, se pegan al pecho y se aprietan para que la masa caiga en forma de espiral en el aceite hirviendo. "Una buena combustión es fundamental para preparar unos buenos churros. Se sabe que el haya funciona muy bien porque genera la llama que requiere el aceite para la fritura. El haya da un fuego más vivo porque su madera es la que más alcohol tiene", señala. Para conseguir una buena combustión, utilizan leña de haya de los bosques de Aralar, Urbasa o la Selva de Irati.
La rosca se fríe durante varios minutos por los dos lados para que coja color. De ahí, va directa al mostrador, donde se corta en trozos y se entrega en una bolsa a los clientes.