“Bienvenidos, bienvenidas y bienvenides a la calle San Lorenzo. En estos años de abrasante crisis climática, no podemos permitirnos destruir los pulmones de nuestra ciudad. Desde esta corporación, insistimos en nuestro compromiso con el clima y con la vida. Prometemos no talar árboles y no ceder a la dictadura exclusiva del coche”. 

Esa fue la promesa que realizó el alcalde de San Lorenzo momentos antes de que se lanzara el cohete que dio inicio a la jornada festiva. La peculiar corporación, una tradición que se remonta unos 30 años atrás, estuvo formada por Oier Zúñiga como alcalde, Ainhoa Unzué de alcaldesa, Asier Ganboa de chupinero, Alba Gil como concejala de festejos y Jaime Zelaia de municipal

Como se puede observar, el día de la calle San Lorenzo es una sensacional mezcla entre la fiesta, la reivindicación y el homenaje. “Son unas fiestas muy bonitas y siempre intentamos estar conectados con las realidades que pasan en nuestro entorno. Tenemos ese punto de mofa y de seriedad. Hemos hablado de cambio climático y de la tala de los árboles. Y también hay cosas no tan serias como que nosotros seamos alcaldes y alcaldesas”, explicó Oier Zúñiga, autodenominado alcalde consuerte, un cargo que ocupa desde hace 12 años. “Yo creo que soy un alcalde mediocre. Y puede que sea por eso por lo que me mantienen en el puesto. Si fuese bueno, seguramente que me quitarían”, bromeó.

 La alcaldesa, dantzari de Iruña Taldea al igual que el alcalde, fue Ainhoa Unzué. “Ha sido un día de nervios, aunque ya llevo desde 2011 en el cargo. Siempre hay muchas cosas que hacer e imprevistos de última hora, pero al final se soluciona todo”, explicó mientras sus compañeras de Iruña Taldea bailaban, al igual que hizo por la tarde el grupo Ortzadar

“He vivido toda la vida en esta calle, aunque ahora ya me he mudado. Además de alcaldesa, soy terapeuta ocupacional en mi tiempo libre. Eso sí, no me gustaría ser alcaldesa de Pamplona, prefiero quedarme con este minicargo: comprándome mis pendientes y sin talar árboles”, confesó.

El honor de lanzar el cohete recayó este año en Asier Ganboa, ingeniero agrónomo de 26 años. “Ha sido el primer año que me toca y los nervios siempre aprietan, pero ha salido todo bien. Nos solemos juntar unos meses antes para organizar y repartimos los papeles entre diferentes vecinos o personas implicadas con la calle. No hemos hecho que los vecinos voten, que bastantes elecciones ha habido este año”. 

El munipa que vigiló todo fue Jaime Zelaia, que volvía al cargo después de varios años ausente y tuvo serias dificultades para hacer valer su autoridad ante los vergazos de los kilikis Jesusa, Mari, Freddie y Alkate. “La gente en general se ríe. Tengo una libreta y un boli para apuntar multas por si la gente se pasa y nada más. La porra la llevo con un cierre de seguridad para no poder sacarla por si acaso. He sido vecino de lo viejo de siempre y he hecho mucha vida en San Lorenzo. Eso sí, este año voy a estar más tranquilo porque mañana tengo que trabajar a las 5 de la mañana en Renfe”, aseguró entre risas. 

Por último, la concejala de festejos, Alba Gil, se felicitó por el programa que había preparado. “Es un día muy intenso pero muy bonito. Hemos hecho un programa muy amplio y lo vamos a disfrutar. Alegría, buen humor y buen tiempo”. Y era verdad, el lorenzo acopañó a las fiestas de San Lorenzo, aunque con unas temperaturas más agradables que las del miércoles.

Homenaje a los que no están 

En medio de tanta parodia, también hubo tiempo para homenajear a los que ya no están. “Los años pasan, algunos vienen y otros se van. Es también momento de recordar a esas personas que durante muchos años nos han acompañado. Pepa Pagola, no olvidamos tu tenacidad y tu alegría, siempre con una sonrisa en la cara. Iñaki Azkárate, este año echaremos de menos verte en las fiestas. Y, por último, desde la corporación y desde la calle un sentido homenaje a nuestro munipa de siempre, Armañanzas”, leyó el alcalde antes de que se les bailara un emotivo aurresku. 

La jornada festiva

La jornada de fiestas comenzó muy pronto. Los más madrugadores pudieron disfrutar de las dianas con los gaiteros desde las 8.30 horas. Al mediodía hubo un concurso de tortillas de patata antes del chupinazo, que fue a las 13.00 horas. Después del cohete, salieron los kilikis de San Lorenzo y hubo bailables a cargo del grupo Ortzadar. El vecindario disfrutó luego del vermouth por los bares de la zona.

Maruxak ha protagonizado un animado tardeo desde las 17 horas. También hubo juegos de agua infantiles y talleres. Como no podría ser de otra manera en esta calle, las dantzas han tenido mucho peso en la fiesta. Ha habido el tradicional ingurutxo de San Lorenzo a cargo de Iruña Taldea y han bailado los danzantes de San Lorenzo acompañados por Iruñeko Gaitariak. Por su parte, los auroros de Santa María han cantado en la misa en la parroquia de San Lorenzo. 

A las 20.00 horas se ha obsequiado a los vecinos con el habitual relleno y vino y se ha realizado una cena autogestionada. Por la noche, Jarauta 69 anima las calles con su música y, para los que tengan más aguante, se canta la jotica a San Lorenzo a las 4 de la madrugada.