Los vecinos de Erripagaña mostraron ayer su “enfado, decepción y hartazgo” con el Ayuntamiento de Pamplona que, por segunda vez, retrasó la publicación del estudio de viabilidad económica para asumir la totalidad del barrio, que pertenece a cuatro municipios distintos. El informe sobre el impacto financiero se demoró de abril a junio y ayer, la concejala de EH Bildu, Maider Beloki, aplazó la presentación hasta pasado el verano. “Para ser sincera, se presentará a principios de septiembre”, reconoció Beloki.

La noticia cayó como un jarro de agua fría. “Es una pequeña bofetada porque nos dijisteis que el estudio iba a estar listo para junio. Son tres meses más. Es retraso sobre retraso, decepción sobre decepión. Tenemos una sensación de hartazgo”, lamentó Alberto Errea, secretario de la Asociación de Vecinos de Erripagaña. La entidad aconsejó al Consisitorio que “pise el acelerador” y presente el informe en junio. “Los cuatro estudios se podrían analizar en el verano”, indicaron.

Otros asistentes al foro de barrio recordaron, muy cabreados, que el Ayuntamiento debía haber publicado su informe en abril y lo aplazó a junio. “Siempre alargamos fechas y ahora es para septiembre. Otra vuelta de tuerca más”, se quejó un vecino. “Llevamos esperando muchas legislaturas. Nos sentimos abandonados, el proceso va muy despacio y la lentitud genera malestar”, insistió otro residente.

Beloki se defendió de las duras críticas argumentando que EH Bildu, cuando estaba en la oposición, exigió el informe económico “durante tres años” al exalcalde Maya. “Cuando llegamos a la Alcaldía no había ningún estudio. Estamos en ello y se publicará en septiembre. Vamos a cumplir el plazo”, subrayó.

El retraso del informe se une al que ya sufren la mayoría de dotaciones públicas. Sin ir más lejos, la escuela infantil, cuya construcción se adjudicó por cinco millones de euros hace una semana, debía estar ya terminada. “Estamos satisfechos y contentos, pero llega tarde para muchas familias que viven en Erripagaña desde hace 13 años. Varias generaciones no han disfrutado de esta dotación y es una pena”, lamentó Alberto.

La escuela infantil debe estar lista para el verano de 2025, pero la asociación de vecinos, visto lo visto, no se fía: “Van a ir justos de tiempo porque queda un año y no ha aparecido ni una máquina”. Para evitar nuevos retrasos, el colectivo estará vigilante. “Vamos a estar encima de todos los proyectos para que se vayan cumpliendo los plazos”, advirtieron. 

Dudas sobre la consulta

El proceso participativo en el que los vecinos de Erripagaña votarán a qué municipio quieren pertenecer –Pamplona, Burlada, Huarte o Valle de Egüés– también generó dudas. La principal, si el resultado de la votación será vinculante o no.

La concejala de Participación Ciudadana, Aitziber Campión, admitió que “legalmente no es vinculante, la vinculación es política”. Los plenos de los cuatro ayuntamientos son los que tienen la última palabra y deben tener “la voluntad” de adherirse a la decisión que tomen la mayoría de residentes en el proceso participativo.

Los vecinos también se quejaron de que el acuerdo al que llegaron los cuatro ayuntamientos solo fuera “verbal” y no estuviera firmado. Beloki respondió que el consenso entre los cuatro consistorios “es real, se hizo público y hay una hoja de ruta. Nos hemos asegurado de que tenga cierta garantía hacia la ciudadanía”. Hasta el propio alcalde, Joseba Asiron, intervino para insistir en que “hay un acuerdo verbal en asumir lo que diga la ciudadanía”.