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Pamplona: conexión haiku con Yamaguchi

En el 45º aniversario del hermanamiento entre Iruña y Yamaguchi, alumnos de la escuela japonesa Ogori Minami han trabajado inspirándose en fotografías y textos del grupo Haikunversaciones

Pamplona: conexión haiku con YamaguchiUnai Beroiz

Las calles del Casco Viejo, el río Sadar, la Plaza del Castillo y los montes navarros como inspiración. Alumnos de la escuela Ogori Minami de la ciudad japonesa de Yamaguchi han trabajado a partir de foto-haikus creados a más de 10.000 kilómetros de distancia. El resultado, por ejemplo, dice así: “Río Sadar. El ruido del bastón de un peregrino”. Una conexión directa desde la biblioteca de Yamaguchi gracias al grupo Haikunversaciones, que desde hace 15 años se reúne una vez al mes para conversar sobre estos poemas minúsculos, los más breves del mundo.

El proyecto, realizado con el Ayuntamiento de Yamaguchi a propósito del 45º aniversario del hermanamiento entre ambas ciudades que se celebra este 2025, nació por iniciativa de Gema Gálvez, coordinadora de Relaciones Internacionales del Ayuntamiento de Yamaguchi. “Escribió solicitando colaboración a los grupos que, en nuestra biblioteca, estamos realizando alguna actividad de cultura japonesa. El grupo Haikunversaciones les enviamos nuestra historia con fotos y varios foto-haikus”, recuerda Carmen García Carnicer, una de las cuatro fundadoras del grupo. “La idea que ellos tuvieron fue que los niños se inspiraran con nuestras fotografías para crear haikus, y la traducción de nuestros haikus la hizo la coordinadora”, dice Carmen, que añade que los niños “son un mundo. Era enseñarles y ver una foto y a ver qué les despierta. Por ejemplo, en un foto-haiku de montañas, un niño ha escrito algo de sobre el mundo vasto de Heidi. Los niños son punto y aparte, mezclan su fantasía y todo lo que quieren. Me ha parecido muy bonito y emocionante. Cuando mandé sus haikus al grupo, mi compañero Luis respondió: ‘Cómo no ilusionarme”". 

El poema "más breve del mundo"

Carmen es una apasionada de los haikus desde tres décadas. “Me gusta muchísimo la naturaleza, esa contemplación del musgo en los hayedos o en los robledales, de esas flores cuando nacen en primavera... El haiku no es que esté dedicado a la naturaleza, sino que la utiliza para manifestar otras cuestiones. Pero siempre tiene que haber algo de naturaleza”, resume. “Dicen que es el poema más breve del mundo. Y no está hecho a imagen y semejanza de lo occidental. Tiene unas características y una estética muy diferentes. Tú los lees y y dices, ‘bueno, ¿y esto qué me dice?’ Y si te detienes y piensas a ver qué te está diciendo, posiblemente vayas bastante más allí y veas que te está diciendo algo. Es muy difícil saber leer un haiku”, afirma.

El grupo que se reúne una vez al mes en la biblioteca para conversar sobre haikus.

Para ella, “la buena poesía es la que sugiere, no la que lo dice todo. En el haiku es mucho más porque no hay espacio, no hay palabras, no hay sitio para poner cosas. Se reduce de tal manera que tienes que vaciar la mente y escuchar, y siempre te dice algo. Por eso me interesó mucho, porque es muy misterioso. Y es todo un reto escribir haikus”, considera.

Carmen destaca la “enorme suerte” del grupo de contar en la biblioteca Yamaguchi con un fondo especial de cultura japonesa. Y para ella ha sido “muy gratificante” conformar y formar parte del grupo Haikunversaciones “porque ha pasado mucha gente y se han hecho muchas cosas. Para nosotros el haiku ha sido importante porque ha llenado mucha parte de nuestra vida y de nuestras expresiones, y es hermosísimo poder transmitirlo a otras personas. Por eso nos abrimos, por eso hemos seguido y por eso dos abuelitos seguimos así, dale que te pego”, finaliza.

Tres lustros de haikus

Por su parte Luis Elía, otro de los fundadores del grupo hace 15 años, recuerda que “veníamos de una experiencia que no había funcionado, pero éramos personas que no nos rendíamos con facilidad”. El 30 de abril de 2010, Carmen, Luis, Pedro y Rosa pensaron que era el momento de crear un grupo al que más tarde se le denominaria Haikunversaciones. “Los cuatro poseíamos, más o menos, el mismo conocimiento sobre el arte de esa inmensa y diminuta poesía, llamada haiku. No tendría estructura regular, ni presidenta, ni secretario. Todos aprenderíamos de todos, estudiando nuestros haikus, enviados por correo, con una semana de antelación”, dice.

Los haikus de la escuela.

Alumnos japoneses de la escuela Ogori Minami, con la Plaza del Castillo como insipiración.

Elía asegura que “el taller ha conseguido, en sus 15 años de existencia, llegar al corazón del haiku. En marzo de 2017, tuvimos la oportunidad de contactar, por mediación de María Rubio, con la Asociación del Haiku de Yamaguchi, quien a través de su presidente, Yukie Nagato nos hizo llegar sus opiniones, coincidentes con la nuestras, sobre la estructura íntima del Haiku, Lo mismo ocurrió, esta vez, en Pamplona, en septiembre de 2019, en una reunión preparada para recibir a Jiri Kayoko, profesora de la Facultad de estudios culturales, en la Universidad de Kioto Sangyo. La profesora Kayoko, escritora experta en esta poesía mínima y requerida como jurado de concursos, de haikus en Japón, nos propuso acudir a una de nuestras reuniones, para estudiar nuestra forma del aprendizaje del Haiku”. 

Con ella constataron “que no nos separábamos de lo que entendían los japoneses por Hakin, ni un milímetro. Antes, al contrario, Kayoko nos abrió el horizonte, en cuanto a la participación del ser humano dentro del haiku. Es una poesía de origen japonés cuyo contenido es la naturaleza, incluido el ser humano sin sus opiniones ni deseos, que debe incluir un Kigo o palabra de estación. Su métrica es de tres versos con 5/7/3 sílabas y ha de construirse con un Kire, pausa o corte entre dos polos de atención”, detalla.

Dos años después de su creación, en abril de 2012 el grupo Haikunversaciones creó un blog “como portavoz de información y difusión de nuestras actividades. Lo han visitado personas de más de 40 países, destacando, España, Argentina, México, Japón, Colombia, Francia, Estados Unidos, Chile o Rumanía”, resume. Además, por el taller mensual que celebran en la biblioteca de Yamaguchi hasta este momento “han pasado más de 80 personas, y en la actualidad asisten regularmente alrededor de 15”.