Síguenos en redes sociales:

Teranga, un restaurante senegalés en el corazón de Pamplona

Moha y su hermana Ndeye regentan en la calle Descalzos de Iruña una “embajada” para mostrar la cultura, gastronomía y amabilidad de su país natal

Teranga, un restaurante senegalés en el corazón de PamplonaIban Aguinaga

Quería “mostrar a la gente la cultura de Senegal”. Y se lanzó al mundo de la hostelería con una idea clara en la cabeza: “Esto va a ser como una embajada, el que venga aquí podrá viajar y ver los colores de mi país, la gastronomía y esa amabilidad que tenemos los senegaleses, que es especial”, dice Moha Ndiaye, desde hace año y medio propietario de Teranga, restaurante de la calle Descalzos del Casco Viejo.

"Esto va a ser como una embajada, el que venga aquí podrá viajar y ver los colores de mi país, la gastronomía y esa amabilidad que tenemos los senegaleses, que es especial”

Moha Ndiaye . Restaurante Teranga

“Siempre suelo pedir consejo a mi madre, y me dijo: ‘el restaurante será como tú’. Este restaurante es mi reflejo”, añade este vecino de Pamplona de 34 años, natural de Dakar y en la capital navarra desde 1998, cuando vino con su hermana Ndeye para reencontrarse con sus padres. Ambos llevan mano a mano el local, ella en la cocina y él en sala.

Ese afán por mostrar con orgullo sus raíces y hacer honor al nombre del restaurante –hospitalidad en wolof, lengua nativa que se habla en Senegal y Gambia– le impulsaron “a seguir con esto. Y hoy gracias a dios tenemos más estabilidad, la gente nos conoce y responde. Se trata de dar esa hospitalidad y un buen servicio”.

Moha se declara “contento y agradecido siempre. Estamos en una calle muy escondida, y que la gente se desplace hasta aquí para probar nuestra comida me emociona. Y que se queden satisfechos también”, apunta.

Entre sus clientes se cuentan los que han viajado a Senegal “y vienen a recordar aquello mediante la comida”. Del mismo modo, se siente bien acogido por los vecinos del barrio. “Me llevo muy bien con ellos y me tienen mucho cariño, han visto el respeto y el buen servicio, esa hospitalidad. Apoyan el negocio y vienen a dar ánimos, ‘Oye, ¿qué tal? ¿Cómo vas?’. Eso nos motiva a seguir trabajando duro, porque la hostelería no es fácil, es mantener el pulso 24 horas. No puedes soltar, no te puedes desanimar y siempre que los clientes se van contentos tenemos un plus de satisfacción, de seguir y de querer aportar más e intentar mejorar”, afirma Moha, de espíritu inconformista y mentalidad positiva: “No consigo ver lo negativo”, se ríe.

La comida y los zumos

En el restaurante, del que hasta ahora “no ha salido nadie con hambre”, ofrecen “calidad humana, buen servicio y una comida un poco especial, con muchos sabores. Exótica, todo casero y hecho con mucho amor”, argumenta.

"Ofrecemos calidad humana, buen servicio y una comida un poco especial, con muchos sabores. Exótica, todo casero y hecho con mucho amor”

Moha Ndiaye . Restaurante Teranga

El plato estrella en Teranga es el maffé, guiso de crema de cacahuete con arroz blanco, pollo o cordero. O el thieboudienne, “típico plato de Senegal a base de guiso de arroz con pescado acompañado de yuca, repollo, zanahoria y berenjena. También tenemos opción vegana, y recientemente hemos añadido, para la gente a la que no le gusta comer siempre arroz o arroz por la noche, brochetas de pollo, pescado frito... Intentamos expandir la carta poco a poco y conservando la calidad. Hacer muchos platos complica la cosa, requiere más personal... Los que hacemos los tenemos controlados porque los hacemos con cariño, con amor y pensando en la gente. Y no queremos fallar en eso. Intentamos tener una carta reducida y conservar el buen servicio, la calidad y los sabores sin decepcionar a a los clientes”, defiende. 

Respecto al picante, innegociable en su país, afirma que aquí “al principio fue un problema, porque intentamos hacer lo mismo que en Senegal pero a la gente le parecía muy picante. Nos hemos adaptado. Es mejor conservar el sabor, y ahora lo dejamos aparte para que el cliente tenga esa opción”.

En cualquier caso, para los valientes “tenemos el domoda, con tomate y harina a base de carne, donde sí conservamos el toque picante. Es una receta emblemática, con un sabor un poco cítrico”.

Moha posa sonriente en su local.

El local también destaca por sus zumos naturales. Como el bissap, bebida nacional de Senegal con la flor de hibisco, o el de jengibre con limón. “Son bebidas refrescantes, naturales y saludables. No hacen daño al cuerpo, que es muy importante. Antes poníamos un poco de azúcar, pero ahora lo hemos quitado. Es 100% natural”. 

Abierto de miércoles a domingo, para tranquilizar al cliente en el restaurante “les suelo decir que si no les gusta no pagan, o pueden cambiar su plato por otro”. Moha asegura que la gente “se suele dejar aconsejar, y me gusta que cada cliente se vaya con una experiencia. De comida y de servicio”. Como así refrendan las estrellas de los usuarios en los buscadores de Internet.

Comida de Senegal en el corazón de una cuidad que “sinceramente creo que es diferente. No sé si es porque me he acomodado o por tener a la familia aquí, pero Pamplona me gusta mucho por su forma de ser, su generosidad, la diversidad de cultura y sobre todo por la mentalidad de la gente”.