¿Cómo se constituye?

Cualquier grupo de personas se puede constituir como una comunidad energética. Los interesados deben redactar unos estatutos y presentarlos en el registro de asociaciones del Gobierno de Navarra. El Ejecutivo foral debe validar la entidad, a la que se le asigna un número de registro y un código de identificación fiscal.

¿Hace falta un mínimo de personas?

No es una condición indispensable. Sin embargo, los expertos indican que para que la iniciativa sea factible económicamente se deben apuntar un mínimo número de personas. En concreto, los expertos recomiendan que haya tantos socios o negocios como kilovatios tenga la instalación fotovoltaica.

En el caso de Pamplona, la potencia es de 100 kW, el Ayuntamiento se queda con el 20-25% y los usuarios utilizan el resto: “Mínimo debe haber unas 60 personas para que tenga sentido participar en el autoconsumo”. 

¿Qué viviendas o negocio le pueden sacar más partido?

Las viviendas o negocios que concentren su consumo en los momentos del día en los que hace sol o personas que están en su piso durante el día y pueden adaptar sus consumos a las horas diurnas porque “es más rentable descontar el consumo real que compensar la generación no usada”, explican desde Ilargienea. 

¿Cuánto cuesta?

Las personas o negocios que quieran formar parte de una comunidad energética deben pagar una cuota de entrada y otra anual. En el caso de Mendillorri, son 30 y 20 euros respectivamente. Además, el socio que desee sumarse a otras iniciativas o proyectos, por ejemplo de movilidad sostenible, deberán abonar otra cuota adicional. 

 ¿Cómo se organizan?

Las comunidades energéticas impulsadas por el Ayuntamiento de Pamplona funcionan con la figura jurídica de asamblea, se rigen por unos estatutos, tienen una junta directiva y los socios votan las decisiones más importantes en las asambleas generales: cuotas, presupuestos, inversiones...

¿Quién paga la instalación de las placas solares?

En los últimos años, el Ayuntamiento de Pamplona ha instalado paneles fotovoltaicos en colegios públicos, cede su uso durante un periodo de tiempo y, por lo tanto, las comunidades energéticas no deben realizar ninguna inversión inicial. Eso sí, estas asociaciones se encargan del mantenimiento y deben contratar un seguro de responsabilidad civil. 

¿Cuánta potencia dispone cada socio?

Las comunidades energéticas establecen sus propios criterios de reparto y el socio paga más o menos en función de la potencia asignada. Eso sí, el Ayuntamiento fija un máximo: 1 kW por vivienda y 2kW en el caso de los negocios.

¿Cómo se reparte la energía que generan las placas?

Las instalaciones fotovoltaicas del Ayuntamiento disponen de una potencia de 100 kW cada una, las placas fotovoltaicas generan más o menos energía según las condiciones meteorológicas y un contador contabiliza la producción eléctrica cada hora.

Esta energía se envía a la red general y las empresas distribuidoras la adjudican a cada vivienda teniendo en cuenta las personas que forman parte de la comunidad, la potencia asignada a cada usuario y el coeficiente de participación. 

¿Qué pasa si el socio consume más de la energía generada por las placas?

Hora a hora se compara el consumo de la vivienda o negocio con la energía producida por las placas fotovoltaicas. Si se ha gastado de más, el socio debe pagar la diferencia. Si ha consumido menos, la empresa paga al usuario por la electricidad generada, pero a un importe menor al que la vendería. Aproximadamente, a un tercio de su valor real, según Ilargienea.

“El objetivo no es ganar dinero con la energía generada, sino aprovechar la producción para todos los socios y así depender en la menor medida posible de las comercializadoras”, comentan desde la comunidad energética Kemendi. 

¿Cuánto se ahorra?

El ahorro en la factura depende de muchas variables: la potencia de la instalación fotovoltaica, los kW que cada socio tenga asignado, de las horas de sol, de la cantidad de energía producida, del consumo de cada vivienda... “Es un ahorro significativo, sobre todo en verano”, defienden desde la comunidad Kemendi, ubicada en Mendillorri. 

¿Afecta a los gastos comunes de la comunidad?

No. Los gastos comunes de la comunidad, como los ascensores, se siguen pagando igual. El ahorro se produce en la factura de la luz de cada vivienda. Las comunidades de vecinos que deseen rebajar estos pagos pueden instalar placas solares en el tejado. 

¿La empresa comercializadora influye en algo?

No. Una vivienda puede unirse a una comunidad energética independientemente de cuál sea la empresa comercializadora. Las compañías están obligadas por ley a permitir que haya socios autoconsumidores, aunque algunas ponen más facilidades.