El II Ensanche desafió a la lluvia y consiguió celebrar sus primeras fiestas, en una animada jornada en la que 60 personas se reunieron en una paellada popular. El mal tiempo suspendió el partido de pelotamano femenino previsto durante la mañana y los hinchables de los txikis, mientras que el piskolabis se trasladó a la plaza de la Cruz, donde se reunieron decenas de vecinos y vecinas. La comida fue, sin duda, el acto más concurrido de estos festejos que nacen con vocación de hacer barrio y de repetirse el año que viene.

El inicio

“Más de 100 años han pasado para que podamos gritar: ‘¡Vivan las fiestas del Ensanche. Gora Zabalguneko jaiak!’ Y es que, ¿qué es un barrio sin fiestas? ¿Qué es un barrio sin su gente en la calle? No se entiende un barrio sin su vecindario y es por eso que queremos celebrar que el Ensanche está más vivo que nunca. Y lo queremos hacer juntas”. Así comenzaba el pasado viernes el primer pregón de las fiestas del Segundo Ensanche, que leyó Mertxe Zufia, de la Asociación Vecinal Zabalsanche.

La asociación vecinal está integrada por más de un centenar de socios y nació a finales de 2019. La pandemia marcó sus dos primeros años de vida, que a falta de actividades aprovecharon para definir su estructura, estatutos, etc... En 2022 organizaron por primera vez el Día del Barrio, repitieron en 2023 y en 2024.