Pamplona duplica las partidas para atender a los sinhogar
El nuevo contrato incluye el albergue de Trinitarios, alojamiento en pensiones y otras soluciones habitacionales, así como el programa de acompañamiento
El Ayuntamiento de Pamplona va a reforzar los medios disponibles para la atención a las personas sin hogar y la gestión del alojamiento dentro del Programa de Alta Exclusión, que incluye el albergue municipal de Trinitarios, alojamientos en pensiones y otras soluciones habitacionales, así como el programa de acompañamiento en sus distintas modalidades.
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Las medidas suponen duplicar las partidas que el Ayuntamiento destinó durante los mandatos de UPN y triplicar las plazas asignadas.
En total, el Ayuntamiento va a destinar 3,26 millones de euros para atender a personas sin hogar, entre octubre de 2025 y diciembre de 2026. La Junta de Gobierno Local ha aprobado la licitación del contrato de servicios para la gestión del servicio municipal de atención a personas sin hogar y acompañamiento en vivienda, con un importe de 2.954.000 euros.
A esto hay que sumar los 300.000 euros con los que está dotado el programa Etxebat-familias, adjudicado en enero y ampliado en junio, que tiene capacidad para atender hasta a 20 núcleos familiares. En total, los diferentes programas del Ayuntamiento consolidan 155 plazas estables de atención a familias y personas sin hogar a lo largo de todo el año: 50 en el albergue de Trinitarios, 45 en pisos municipales y 60 en el referido programa Etxebat-familias.
Los datos han sido facilitados este viernes por el concejal delegado de Acción Social, Txema Mauleón, que ha comparecido en rueda de prensa junto al director del área, Rubén Unanua.
Pamplona: 30 personas sin hogar disponen de vivienda desde la semana pasada
El contrato ahora licitado incluye la gestión del centro de atención a personas sin hogar y los programas que componen el servicio municipal de Alta Exclusión, con itinerarios de intervención social individualizados para las personas en riesgo y/o situación de exclusión residencial.
Las necesidades a atender son principalmente la exclusión residencial, así como las problemáticas que afectan a colectivos en situación de exclusión social, mediante su acogida, alojamiento, atención especializada, atención en calle o en otros recursos residenciales para establecer los procesos de inclusión social que precisen.
El contrato se divide en tres lotes: la gestión del centro de atención a personas sin hogar de Trinitarios, que incluye los programas de alojamiento temporal en hoteles y pensiones, acompañamiento en calle y campaña de frío, dotado con 2.539.000 euros; el lote 2, de acompañamiento social en vivienda, dotado con 347.000 euros; y un tercer lote, para situaciones de emergencia humanitaria, como inundaciones u olas de frio y calor, dotado con 67.000 euros.
Al contrato ahora licitado se une, como cuarto pilar de la estrategia municipal contra el sinhogarismo, el programa Etxebat-familias. Dotado con 300.000 euros, fue licitado en enero y ampliado en junio. Está dirigido a familias en situación vulnerable, alojadas en viviendas de emergencia habitacional o en otros recursos transitorios, que disponen de un servicio de acompañamiento que les ayuda a acceder a una vivienda estable y con carácter indefinido.
La capacidad de este servicio se ha fijado en 60 personas pertenecientes a un máximo de 20 familias. El acompañamiento, que será voluntario, no tiene una duración concreta, si bien se calcula que podría ser de alrededor de seis meses, aunque podría prorrogarse si se van cumpliendo los objetivos.
“Si quieres que alguien aprenda a andar en bici tendrá que disponer de una bici; si quieres que alguien abandone la situación de calle, tendrá que tener una vivienda”
En este tiempo, profesionales del ámbito social ayudan y acompañan a las familias a dar pasos encaminados a lograr una autonomía social, emocional, laboral y económica, que les permita dar paso hacia una vida independiente en una vivienda normalizada. Una vez lograda su inclusión, una nueva familia ocupará esa plaza.
Novedades de la licitación
El servicio municipal de Atención a Personas Sin Hogar está dirigido a personas en situación de alta exclusión y vulnerabilidad social. Se divide en tres programas, de corta, media y larga estancia, con 10, 15 y 25 plazas respectivamente. Es novedoso el programa de media estancia, con un máximo de 2 meses, que antes era solo para personas empadronadas de más de un año e itinerantes. Está pensado como un programa de atención temprana para evitar la cronificación, y procurar una rápida incorporación social y laboral de las personas con itinerarios exitosos de integración.
"Con este conjunto de recursos, reforzamos de manera significativa nuestra capacidad"
En este lote, el contrato amplía el personal del albergue y equipo de calle con nuevas figuras, y el refuerzo de otras ya existentes. Así, se contará con una figura educativa de calle más y la figura de mediación intercultural, dados los nuevos perfiles de sinhogarismo, una figura más de trabajo social, se amplía un 25% la de enfermería y un 50% la de psicología, y se crea una figura administrativa.
Igualmente, es novedoso que, por primera vez, se saca a licitación el recurso de las estancias en hoteles o pensiones para familias o personas sin hogar, destinado especialmente para situaciones de ola de frío y emergencia habitacional. Se trata de una recomendación que venía haciendo la Cámara de Comptos en aras a la transparencia y la igualdad de oportunidades, que se realiza por primera vez en Pamplona. El máximo es de 7.000 pernoctaciones al año.
El recurso para acompañamiento social en vivienda es un programa novedoso que se creó por primera vez en julio del año pasado y ahora se amplía para atender a 45 personas en otras tantas plazas. Contará con 5 profesionales, casi el doble de los actuales. Respecto al lote para emergencias humanitarias, es la primera vez que se licita, pues se trata de un nuevo servicio que se realizó de manera experimental el pasado invierno con Cruz Roja.
Vivienda y empleo, los ejes
El concejal Mauleón ha afirmado que “con este conjunto de recursos, reforzamos de manera significativa nuestra capacidad de atender a las personas y familias apostando por la integración social y laboral de las personas, teniendo siempre como ejes esenciales de la prevención, la vivienda y el empleo como ejes prioritarios para superar las situaciones de sinhogarismo y exclusión”.
Por su parte, el director del área ha destacado la mejora cualitativa de los programas. Además de contar con más personal y con nuevos perfiles adaptados a la demanda, se apuesta por una metodología de “la vivienda como eje”, en un modelo denominado “housing led”, esto es, acompañamiento social en vivienda compartida, como uno de los elementos clave de integración y superación de la situación de sinhogarismo.”
Pese a la importante dotación económica de estos programas, lo más importante, según los responsables del área, es la renovación de su enfoque metodológico. Un primer cambio se resume en la máxima de primar los programas de arraigo e inserción por encima de la mera atención a la itinerancia. Los primeros pueden dar soporte a personas durante meses, los segundos sólo 6 días al año. “Se pasa de un corte asistencial de pocos días que no resolvía los problemas de sinhogarismo, a uno de media estancia donde la persona puede trabajar durante la estancia más para transitar al acceso de formación, empleo, vivienda o las necesidades particulares que tenga”, explicaban.
El segundo cambio metodológico reside en potenciar, frente a los albergues, la vivienda compartida (Housing Led) que posibilita el acceso de perfiles que en la actualidad no acuden a los albergues porque tienen una estructura de convivencia colectiva que dificulta su adaptación. “La vivienda es flexible en cuanto a horarios, hábitos y rutinas, da un soporte que el centro colectivo no da, e introduce la posibilidad de emancipación en unidades convivenciales en las que se incluye el concepto de copago, por el que los residentes destinan el 25% de sus ingresos a sufragar la vivienda”, explicaba Unanua. “Uno de los componentes que tiene en común las personas sin hogar es la soledad, la recuperación de vínculos es clave para poder salir de esa situación y no recaer. La vivienda es menos estigmatizante que un albergue y ya no digamos que la calle pura y dura”, concluía.
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