Uno de los edificios catalogados de la ciudad, cerrado hace años, pero desconocido tras sus muros de piedra, volverá a recuperar el relumbrón de antaño y a ponerse ahora en uso. “Ahora vamos a tener la suerte de que se va a poder conocer por la ciudadanía”, señala Patxi Mangado, arquitecto autor del Plan Especial que permitirá convertir Villa Adriana en un nuevo hotel de 17 habitaciones para Pamplona. La licencia de obras, según confirma Mangado, se solicita la próxima semana, de tal manera que, una vez recibida, el hotel pueda estar terminado en un plazo de un año. Porque, tras la aprobación definitiva del PEAU, se da luz verde al proyecto para Villa Adriana, que Víctor Eusa diseñó en 1934 en Beloso por el encargo del constructor Félix Huarte. La inversión, según consta en el Plan Especial, ronda los 1,4 millones de euros, y detrás está la familia Huarte junto al grupo de Alma Hotels.

El proyecto firmado por el arquitecto Francisco Mangado, autor de obras tan reconocidas como Baluarte, se sitúa en una parcela de 7.491 m2 con forma triangular, en la intersección de la avenida Baja Navarra con las calles Beloso Bajo y Beloso Alto y la carretera de Sarriguren. La parcela, de uso residencial, cuenta con un gran jardín con abundante arbolado, además de varias edificaciones para usos auxiliares. En concreto, Villa Adriana cuenta con una superficie edificada de 911 m2 y está catalogada en el Plan Municipal con un grado de protección 3. La propuesta plantea, por un lado, el mantenimiento de Villa Adriana, “adaptando su interior al uso hotelero”, precisa Mangado. Por otro, la construcción de una nueva edificación básicamente localizada en el área ocupada por lo que fueron almacenes.

El frontón se mantiene en el proyecto. DIARIO DE NOTICIAS

Mangado lo ha diseñado con una premisa clara: “La idea es darle protagonismo al jardín, que es lo más bonito. El nuevo edificio, además, no quiere competir con el existente, que es más matérico, más pesado. Va a ser un edificio construido con madera y muy vidriado para que se participe y disfrute del exterior”, señala. Se suprime el vaso de piscina y en el nuevo edificio se crea una zona termal. “La piscina se elimina y se convierte en zona verde, con la idea de dar protagonismo a la casa”, aunque “el gran protagonista es el jardín, con unos árboles, que se mantienen todos, impresionantes. Será uno de los mejores jardines de la ciudad”, considera. Por eso, el objetivo es hacer humilde la arquitectura para que destaque el jardín”.

Villa Adriana, un ejemplo del estilo regionalista de Eusa

Como recoge el minucioso trabajo de tesis La arquitectura de Víctor Eusa, realizado en 2016 por el también arquitecto Fernando Tabuenca González, el chalé de Villa Adriana es ejemplo de la tendencia regionalista que caracterizó la arquitectura de Eusa a comienzos de los años 30.

La puerta enrejada, que asoma en Beloso. Javier Bergasa

El año 1933, en el que proyecta “obras tan racionalistas” como el Club de Tenis, “es también el año en que firma los proyectos de las colonias escolares de Zudaire y Fuenterrabía, en un estilo inequívocamente regionalista”. Así había sido antes (1930) su diseño del chalé para Pedro Irurzun, en la esquina de las calles Olite y Baja Navarra, con un estilo “neovasco”, señala el estudio, hoy en día uno de los pocos que perviven en la trama urbana. “Grandes aleros de madera sobre jabalcones, pies derechos, balcones y pérgolas de madera tallada, entramados de madera en las fachadas con plementerías de ladrillo visto”. No hay más que ver la imagen de Villa Adriana para comprobar su parecido con el típico caserío vasco.

En homenaje a la esposa de Félix Huarte

En 1934, hay varios chalés que Eusa proyecta en la periferia de Pamplona. Para Pedro González junto al Tenis, para Victorio Berroeta en Capuchinos y para Félix Huarte en Beloso”. Se refiere este último a Villa Adriana, que, según explica Tabuenca, recibe el nombre de la esposa del constructor Huarte, Adriana Beaumont, “según costumbre muy extendida”.

Interior de Villa Adriana, con su piscina. Foto: ‘La arquitectura de Víctor Eusa’. F. Tabuenca

Allí vivió la familia, con los cuatro hijos, Juan Jesús, Felipe y María Josefa. Durante años ha permanecido cerrado, y en torno a 2021 varios portales inmobiliarios lo anunciaron como el edificio más caro de Pamplona, a la venta por la friolera de 3,6 millones de euros.

Caserío tipo vasco

El estilo regionalista. Como Villa Adriana, hay otros ejemplos de esta arquitectura regionalista de Eusa que recuerda a los caseríos vascos. El chalé del Club de Tenis, el Hotel Ayestarán o el Hotel Mendía de Alsasua.

En torno a 1,4 millones. El Plan Especial recoge que la ejecución del nuevo edificio costará 1,1 millones, a los que hay que sumar los derribos de los edificios, la urbanización y la adapación de Villa Adriana. En total 1,374 millones.