El Ayuntamiento de Pamplona ha estudiado en los últimos meses la posibilidad de presentar la candidatura de la ciudad a la Capitalidad Cultural Europea 2031, un análisis acometido tras la declaración aprobada en el Pleno municipal el pasado 16 de enero de 2025. En ella se instaba a las áreas correspondientes a valorar esta opción y, siguiendo la petición del Pleno, en estos meses el Área de Cultura ha llevado a cabo un trabajo interno de evaluación y contraste de información.
Así, una representación municipal participó el 6 de marzo en una reunión con otras ciudades interesadas en obtener la capitalidad y con personal del Ministerio de Cultura, lo que permitió conocer de primera mano los requisitos y el alcance del proceso de designación. Asimismo, personal del Ayuntamiento mantuvo un encuentro con el equipo responsable del proyecto Donostia / San Sebastián Capital Europea de la Cultura 2016 que aportó una visión realista sobre el recorrido, la complejidad organizativa y el esfuerzo económico que supone una candidatura de estas características, una información aportada, además, desde una experiencia cercana y de referencia. En este proceso de análisis también se revisó la propuesta que Pamplona elaboró en su momento con la ciudad polaca de Torun para optar a la Capitalidad Cultural Europea en 2016, así como el estudio de los criterios de evaluación de la Unión Europea y de experiencias recientes en otras ciudades.
Pese a que del análisis realizado se deduce la fortaleza cultural de la ciudad, los informes perciben la existencia de dificultades organizativas, económicas y de estabilidad lo suficientemente relevantes como para posponer la entrada de Pamplona en un proceso para el que, según lo estudiado, no se dan a día de hoy las condiciones necesarias. El debate generado, sin embargo, ha servido para reafirmar el enfoque de cultura como ámbito estratégico y uno de los ejes centrales de la ciudad, por lo que en 2026 el Ayuntamiento seguirá trabajando por fortalecer el tejido cultural local, colaborar con los agentes del territorio y desarrollar políticas culturales sostenibles y a largo plazo.
Fortalezas culturales y dificultades
El análisis del Área de Cultura confirma que Pamplona cuenta con una base cultural sólida y diversa. La ciudad dispone de una amplia red de agentes culturales, equipamientos y eventos con proyección más allá del ámbito local, como los Sanfermines, la programación de espacios como Baluarte, la red Civivox, el Teatro Gayarre, la Ciudadela o el pabellón Navarra Arena, o citas de relevancia estatal como los Premios Max. Este ecosistema cultural activo y cercano a la ciudadanía encajaría con criterios europeos como el contenido cultural y artístico de la ciudad, su dimensión europea y el trabajo de proximidad.
Sin embargo, junto a estas fortalezas, el estudio también arroja importantes dificultades. Entre ellas, la necesidad de un consenso político amplio y sostenido en el tiempo, así como la falta de una estrategia cultural a largo plazo ya definida. Esto último es algo en lo que se está trabajando actualmente a través del Plan de Cultura 2026.
Una candidatura de este nivel, como demuestra la experiencia de otras ciudades, requiere de una inversión económica muy elevada y un fuerte impulso conjunto de varias administraciones, en el caso de Navarra, el respaldo del Gobierno foral, así como una estructura de gestión compleja y específica. Presentar una candidatura para Pamplona supondría para la ciudad un proceso largo, exigente y con importantes riesgos organizativos y presupuestarios.