En la segunda jornada de la 2ª Muestra de Cine “Mujeres y pelota” se celebró una mesa redonda con Maite Ruiz de Larramendi, histórica pelotari y fundadora, junto a Iera Agirre, del club Ados Pilota, primer club femenino profesional de pelota mano, donde compartió una reflexión crítica sobre el presente y el futuro de la mujer en este deporte. Con 44 años de trayectoria y un palmarés que le acredita como campeona de todo, Ruiz de Larramendi se ha convertido en una de las voces más autorizadas a la hora de hablar de las desigualdades que todavía quedan en la pelota.
“De los 44 años que he competido, menos de cuatro los he hecho como profesional con contrato. Yo que me dedicaba a la sanidad, muchas veces me tocaba ir a partidos sin dormir o me cogía días de fiesta para poder ir con la selección a torneos más importantes”, lamentó la pelotari. Además, Maite Ruiz de Larramendi recordó un dato revelador: en 1920 había más licencias femeninas que masculinas en pelota. “Si lo piensas así, hemos retrocedido”, señaló. “Pero sí es verdad que, si solo valoramos el presente, ha habido una evolución positiva. Hay más chicas en los vestuarios, más aficionadas y más valor para decir que quieren seguir jugando al deporte que ellas aman. Aun así, el progreso ha sido lento y desigual”.
La pelotari insistió en que aún hoy en día las mujeres no son tan libres a la hora de practicar este deporte:“Cuando se habla de chicas, siempre hay que ir justificando el porqué. Nuestro proceso de mejora o evolución siempre va más lento, porque siempre se nos mide con comparación. Hay que dejar el camino libre a las mujeres para que podamos evolucionar y sorprender con nuestro juego”.
El camino no ha estado exento de obstáculos. Ruiz de Larramendi denunció que la igualdad de género “se pronuncia con la boca pequeña”. “Siempre se hace lo justo para salvar el papel, pero no hay una apuesta real. Se llenan titulares, pero luego faltan recursos, contratos y visibilidad”, explicó la pelotari.
En Ados Pilota, club que ella misma fundó junto a su compañera Iera Agirre, actualmente hay 13 pelotaris profesionales con sueldo. “También tiene mucho que ver si un proyecto lo lidera un hombre o una mujer. A veces somos nosotras mismas las que nos ponemos trabas. Falta confianza y unión entre mujeres. En eso también debemos avanzar”, reflexionó.
Uno de los grandes retos sigue siendo la presencia en los medios. “Hay una escasez enorme de representación. ¿Te imaginas a un pelotari masculino que, nada más quitarse los tacos, se ponga a escribir su propia crónica? Pues eso hacemos nosotras. Y aun así, no nos publican. En muchos casos, ni siquiera cuando mandamos nuestras notas a los medios”, denunció. La falta de seguimiento mediático, añade, impide que se genere un relato deportivo alrededor de las jugadoras: “Nosotras somos nuestras propias comentaristas, cámaras y diseñadoras de carteles. Lo hacemos con orgullo, pero necesitamos apoyo real”.
Ruiz de Larramendi también apeló al papel de los espectadores y de la sociedad: “Los aficionados pueden hacer mucho yendo al frontón, llenando las gradas y dando espacio al femenino igual que al masculino. A mí me ha tocado escuchar a gente sorprendida por tener que pagar para ver un partido de pelota femenina. En cambio, nadie se cuestiona pagar cien euros por ver a los chicos”. Para Maite, la clave está en seguir trabajando para que “todos hagan una apuesta real”. “Si el público apoya, las instituciones y los patrocinadores también lo harán. La igualdad se construye entre todos”, explicó la ponente.
El club Ados es hoy un referente en el impulso de nuevas generaciones. Cuentan con 45 niñas en formación de Navarra y Gipuzkoa, todas ellas incorporadas a través de la demanda creciente. “Yo tuve que dejar la pelota a los 13 años, pero volví a los 18 y ya no he parado. Les digo siempre a las chicas que sigan estudiando y trabajando. Todo lo que hemos conseguido hasta ahora es un orgullo, pero no podemos detenernos”, confirmó Ruiz de Larramendi.
Con humildad, Ruiz de Larramendi recordó que las diferencias económicas siguen marcando distancia: “Nuestra nómina no es ni va a ser como la de Altuna. Pero lo importante es que seguimos en movimiento”. Además, recalcó de qué manera efectiva se podría ayudar:“Para poder vivir de nuestro deporte necesitamos la televisión, necesitamos publicidad. Hubo una vez que conseguimos a Eusko Label como patrocinador para un partido. En el último momento la televisión nos comentó que no se iba a emitir y perdimos el patrocinador”.
Ahora, Maite Ruiz de Larramendi tiene claro en cómo gestionar el dinero que van ganando: “Todo lo que generamos lo repartimos entre todas, desde la más pequeña hasta la mayor. Así es como entendemos el deporte”.
Pese a las dificultades, Maite valoró el papel que desempeña hoy como referente: “Durante años no tuve ídolos femeninos en mi deporte. Ahora, por lo menos, sé que sirvo de ejemplo para las más jóvenes. Hay muchas veces que he pensado en dejarlo, pero luego veo a las chicas y solo estar con ellas ya merece la pena”.