pamplona - En mayo de 1976, cuando aún no se habían cumplido dos meses del golpe de Estado en Argentina, España firmó acuerdos económicos que permitieron sobrevivir a la dictadura y sus tácticas de exterminio. Según los archivos en poder de Público, el rey Juan Carlos fue el encargado de facilitar los acuerdos entre la España de la transición y la Argentina de los vuelos de la muerte de la Junta Militar del teniente general Jorge Rafael Videla.
El l 1 de julio de 1976, el monarca recibió en su despacho al embajador de Videla en Madrid, el general Leandro Enrique Anaya. De acuerdo al informe reservado elaborado por el diplomático, el rey tuvo “expresiones de beneplácito por el éxito con que nuestro Gobierno está afrontando los problemas económicos coyunturales que éste vive”, al tiempo que se mostraba muy generoso ante la próxima visita a España del ministro de Economía de la dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz, uno de los máximos defensores del ultraliberalismo en Sudamérica.
El rey Juan Carlos prometió que el responsable de Economía argentino “tendría la mejor acogida y disposición de banqueros, inversores e industriales, para concurrir al encauzamiento y solución de los problemas que pudieran plantearse y/o proponerse. En tal sentido, dijo que España estaba en el mejor estado anímico para concretar operaciones comerciales y financieras con la República Argentina”.
venta de carne La primera buena noticia para Videla vino pronto. Cuatro días después de la reunión entre Anaya y el rey, Argentina anunciaba que había firmado un convenio con España para retomar la venta de carne a este país europeo, paralizada desde hacía seis años. El acuerdo se había gestionado durante una visita realizada a Madrid por los responsables de la Junta Nacional de Carnes de Argentina y traía como consecuencia inmediata una primera remesa de cuatro mil toneladas de piezas vacunas para el mercado español, lo que reportaría tres millones ochocientos mil dólares de ganancias para Buenos Aires.
El ministro Martínez de Hoz llegó a España pocas semanas después de este acuerdo, exactamente un 22 de julio de 1976. Durante su visita, el funcionario pudo moverse con total libertad por los despachos más importantes e influyentes del país. Entre las personalidades que le abrieron la puerta se encontraban el rey Juan Carlos, con quien se reunió en la mañana del 23 de julio, y el gobernador del Banco de España, Luis Coronel de Palma, que además ostentaba el título de Marqués de Tejada. También tuvo tiempo para reunirse a solas con el banquero Alfonso Escámez -presidente del ya desaparecido Banco Central- a quien le prometió que la dictadura argentina le devolvería la sucursal que había sido expropiada por el Gobierno peronista de Héctor Cámpora en 1973.
la junta militar y botín En su intensa campaña por encontrar amigos con dinero, la Junta Militar también contactó con Emilio Botín (padre) para anunciarle que su Banco Santander recuperaría las dos filiales que le habían quitado los peronistas. Coincidiendo con la visita de Martínez de Hoz, el diario Informaciones reveló que “en la última Junta General de Accionistas” del Santander Botín se había referido al “futuro y perspectivas económicas en la Argentina”
Los representantes de ambos países se volvieron a ver las caras el 1 de diciembre de 1976 en Buenos Aires. Ese día comenzaron las conversaciones secretas entre Martínez de Hoz y el ministro de Comercio español, José Lladó, quien había sido designado por el presidente Adolfo Suárez para negociar un millonario acuerdo con la dictadura.
Las negociaciones duraron 72 horas, al término de las cuales ambos ministros rubricaron un documento conjunto.
De acuerdo al contenido de esos papeles secretos, ambos estados acordaron “poner en práctica un programa de cooperación económica y financiera” por el cual España vendería a Argentina “bienes de equipo, barcos de características especiales, dragas y otros elementos flotantes, así como equipos de carga y descarga para puertos, locomotoras y demás material ferroviario, y otros equipos y plantas industriales” por un valor global de 290 millones de dólares. Para facilitar las cosas, el Banco Exterior de España se comprometía a establecer “una línea especial de crédito” que permitiría amparar compras argentinas por un valor máximo de 150 millones de dólares. - D.N.