pamplona - La parlamentaria de Podemos Fanny Carrillo rompió ayer la disciplina de voto de su grupo y se alineó con UPN, PSN y PP en una moción presentada por los regionalistas que reclamaba recuperar la referencia al salario mínimo interprofesional (SMI) paras las pensiones. Carrillo voto a favor junto con los grupos de la oposición propiciando así un empate de a 25. Tras votar en tres ocasiones, la moción finalmente decayó, tal y como recoge el reglamento de la Cámara en caso de empate. Aunque esta postura de Carrillo no tuvo efectos reales sobre el devenir de la moción, por primera vez puso en peligro la estrecha mayoría con la que el cuatripartito gobierna en Navarra ya que un solo voto supone el empate con la oposición.
Según la propia Carrillo, este posicionamiento divergente se debe a “convicciones políticas e ideológicas” y lo quiso desligar de los problemas internos que atraviesa su grupo parlamentario. Pero lo cierto es que fuentes del propio Podemos afirmaron que más allá de esas convicciones también es cierto que la situación que vive el grupo ha propiciado que la interlocución entre sus miembros sea escasa y que no haya habido oportunidad para debatir de forma sosegada los temas que se votaron en el pleno de ayer. Con estas mimbres, a pesar de que a última hora el resto de parlamentarios de Podemos trataron de persuadir a Carrillo para que votara en su mismo sentido, no pudieron convencerla.
De cualquier modo, este desmarque de Carrillo no es algo que haya pillado por sorpresa en su entorno, ya que una de las cuestiones por las que primero se interesó al llegar al grupo (entró a finales de 2016 a sustituir a Fátima Andreo) fue precisamente si existía alguna sanción por incumplir la disciplina de voto.
Una situación la vivida ayer que puede quedar en pura anécdota pero que también encendió todas las alarmas sobre la importancia de mantener cohesionados a los 26 parlamentarios que sustentan el cambio.