El PSOE pide a los partidos una adhesión incondicional a la moción
JxCat eleva su precio y exige a Sánchez un gesto con los presos para apoyar la iniciativa contra Rajoy
pamplona - El PSOE no ha disimulado que su opción favorita es desalojar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con el respaldo de Unidos Podemos (ya lo tiene garantizado sin condiciones) y de Ciudadanos. Sin embargo, la formación de Albert Rivera, con las encuestas a favor, quiere una moción instrumental que solo sirva para convocar elecciones con carácter inmediato. Los socialistas volvieron a rechazar ayer esa propuesta.
Es cada vez más inevitable que Pedro Sánchez busque los apoyos en el bloque del nacionalismo vasco y el catalán. Le bastan los votos del PDeCAT, ERC y el PNV. Esta opción no ha gustado nunca en la poderosa federación andaluza de Susana Díaz, y menos aún ahora, en puertas de las elecciones autonómicas de marzo. El PSOE está tratando de proyectar que solo está dispuesto a aceptar sus votos, sin entrar a negociar contrapartidas con el nacionalismo catalán, un discurso que es muy difícil de sostener cuando lo que se pretende es gobernar por unos meses (hacen falta socios y cierta estabilidad) y no convocar unas elecciones de inmediato.
El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, volvió a asegurar ayer que no van a negociar nada sobre la moción, y que solo están apelando a la responsabilidad de los partidos para que les brinden su apoyo. En ese trámite, no van a “fumigar a nadie” si les da sus votos, en alusión al independentismo. La posibilidad de un voto gratuito solo la manejan el PSOE y Unidos Podemos. El resto de partidos no creen que sea realista pedir un cheque en blanco cuando Sánchez pretende gobernar unos meses. El PNV también le ha pedido que aclare si va a abordar un cambio en el modelo de Estado y si va a asumir el autogobierno vasco y catalán.
En las primeras horas tras la presentación de esta moción, el PDeCAT y ERC lanzaron mensajes conciliadores que se interpretaron como una inclinación a desalojar a Rajoy por encima de cualquier otra consideración porque ha sido el presidente que ha suspendido su autogobierno, ha encarcelado a sus líderes y ordenó cargar a las fuerzas de seguridad contra los votantes en el referéndum del 1 de octubre. Frente a esa lista de agravios, desde el PSC Miquel Iceta planteó un indulto para los cargos encarcelados. No obstante, el PSOE ha apoyado el 155 y ha endurecido su discurso en plena competición electoral con Ciudadanos, y los nacionalistas catalanes necesitan un enganche para votar a Sánchez. Los mayores recelos han venido desde JxCat.
Así, JxCat presentó ayer su lista de condiciones para apoyar la moción de censura del socialista Pedro Sánchez, con unos planteamientos que se encuentran muy lejos de lo que está dispuesto a asumir el PSOE y que incluyen un guiño para reconducir la situación de los presos. JxCat no está presente como tal en el Congreso de los Diputados, donde la representación catalana la conforman PDeCAT y ERC, pero sus condiciones sí dejan ver el sentir de un importante sector del independentismo articulado en torno al president cesado, Carles Puigdemont, el actual mandatario Quim Torra, y portavoces como Elsa Artadi y Eduard Pujol. En el PDeCAT y ERC existe cierta predisposición favorable a respaldar la moción para desalojar a Mariano Rajoy de la Moncloa, pero no tienen claro que la llegada de Sánchez vaya a suponer un gran cambio, por el apoyo que prestó a la aplicación del artículo 155 y la suspensión del autogobierno catalán. JxCat ha sido hasta ahora quien ha expresado sus recelos con mayor claridad.
JxCat pide gestiones para liberar a los soberanistas encarcelados (como los exconsellers Rull y Turull, el exvicepresident Junqueras o los líderes sociales del independentismo, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart), el retorno de los huidos (como el propio Puigdemont), el fin de la criminalización del derecho a decidir, y que pueda constituirse un Govern con los consellers en prisión y en el extranjero. Estas condiciones chocan con el planteamiento del PSOE, que esperaba una negociación de perfil muy bajo para la moción de censura o, incluso, sin condiciones por parte del independentismo catalán por las tensiones que generaría su eventual apoyo dentro del socialismo. Estas condiciones son un reto para el PSOE, porque en buena medida dependen del juez Llarena, aunque el Gobierno español pueda ejercer su influencia a través de la Fiscalía. La moción de censura se antoja ya un laberinto de difícil salida. Ciudadanos tampoco cede y exige a Sánchez que, si gana la moción, convoque de inmediato unas elecciones.
las cartas de jxcat El president Torra y el portavoz Eduard Pujol fueron los encargados de destapar las cartas de JxCat. “¿Tiene Sánchez alguna cosa que decir sobre el derecho a la autodeterminación? ¿Sobre los derechos civiles y políticos? Una vez lo sepamos, responderemos, teniendo en cuenta que la libertad de los presos políticos, la vuelta de los exiliados y la no criminalización del derecho a la autodeterminación son los puntos esenciales que sustentan a este Govern”, aclaró Torra.
Pujol se expresó en una clave muy similar cuando pidió a los socialistas que admitan que se equivocaron con el alcance real del 155 y que hay presos políticos, y que trabajen para encontrar “la solución para que puedan salir de una prisión injustificada”. Además, pidió que los presos soberanistas y los cargos huidos puedan ser consellers. Pujol dejó claro que el respaldo no será gratuito y que no siente una inclinación especial por los socialistas. “155 por 155, ¿dónde está el cambio? ¿Qué gana Catalunya con la posibilidad de este cambio en la Moncloa?”, preguntó.
Además de la presión interna, los socialistas se enfrentan al marcarje del PP y de Ciudadanos. La secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, se empleó ayer con dureza contra el PSOE para avisarlo de que “tendrá que pagar un peaje más tarde o más temprano” si pretende el apoyo del independentismo catalán. “Pretender apoyarse en los enemigos del Estado de Derecho le convierte también en enemigo del Estado de Derecho”, acusó, para preguntar después “qué está dispuesto a dar a los separatistas a cambio de ser presidente” y “qué pactos secretos tiene con Puigdemont o Torra”.
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