pamplona - El Gobierno de Turquía ha comunicado a España que una extremidad inferior de una de las víctimas del accidente del Yak-42, en el que murieron 62 militares en 2003, fue enterrada en un cementerio turco dos meses después porque no pudo ser identificada. Así lo ha anunciado este lunes el Ministerio de Defensa que ha pedido a la Audiencia Nacional que abra un proceso de cooperación judicial para verificar la existencia de este resto y tratar de identificarlo.
El Ministerio que dirige María Dolores de Cospedal está informando ahora de este hecho a las familias de las víctimas. Esta nueva información se ha conocido porque un familiar preguntó a Defensa si podía garantizar que no quedaba ningún resto de los fallecidos en suelo turco. El gabinete de Cospedal planteó la consulta al Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía y su respuesta, recibida en la Embajada en Ankara, fue que una extremidad inferior, cuya identificación no pudo determinarse en su momento, fue enterrada el 24 de julio de 2003 en el cementerio de Macka donde tuvo lugar en accidente.
Defensa ha recurrido a la Audiencia Nacional para tratar de verificar si el resto enterrado puede ser localizado, para adoptar en su caso las medidas oportunas de identificación. También, y a instancias del mismo familiar, el Gobierno ha obtenido confirmación de las autoridades turcas de que tanto las muestras orgánicas de las víctimas como las de los familiares utilizadas para su identificación fueron destruidas, como dicta su legislación.
Defensa ha anunciado este hallazgo dos días después del 15º aniversario del accidente. Cospedal pidió perdón en 2017 a los familiares “en nombre del Estado por no haber reconocido su responsabilidad”. Lo hizo tras un informe del Consejo de Estado que hablaba de “responsabilidad patrimonial” del gobierno y apuntaba que el Ministerio de Defensa de entonces (dirigido por Federico Trillo-Figueroa, PP) no hizo lo necesario para garantizar la seguridad de las tropas.
La Asociación de Familias de Víctimas del Yak-42 se disolvió en 2017 pero el que fuera su último presidente, Miguel Angel Sencianes, lamentó que en 2018 no se haya hecho un homenaje oficial. Por su parte, un grupo de familiares de diez de los fallecidos reclamaron ayer la creación de una comisión de investigación. “Es el culmen a la película de terror que vivimos desde ese maldito 26 de mayo, cuando nos enteramos, también por la prensa, del fallecimiento de nuestros seres queridos”, denunciaron, en lo que consideran “un maltrato continuado” del Gobierno. “¿Esto es serio?, ¿en qué país vivimos?”, se cuestionaron. Por ello, pidieron la creación de una comisión de investigación e instaron a PSOE, Unidos Podemos, Ciudadanos y el resto de la oposición que la apoyen “urgentemente”. “Si no serían cómplices de una ignominia”, zanjaron. - E.P.
Víctimas. El accidente, en el que murieron 62 militares españoles -y 12 tripulantes ucranianos y un bielorruso-, ocurrió el 26 de mayo de 2003 en el noroeste de Turquía. El contingente volvía de una misión en Afganistán.
Responsabilidad. Más de 13 años después, el Consejo de Estado determinó oficialmente por vez primera la responsabilidad del Ministerio de Defensa, dirigido entonces por Federico Trillo, del PP, en el accidente.